Más Información
Niño de 3 años toca “la campana de la victoria” por vencer al cáncer; recibió quimioterapias en el IMSS
Tres de cada 10 estudiantes es víctima de violencia en planteles; exigen reforzar medidas de seguridad
Unión Nacional de Padres urge a acabar con clima de inseguridad en Sinaloa; exigen esclarecer asesinato de su líder
“Aún hay tiempo”: Inai lamenta extinción aprobada por Diputados; pide al Senado reconsiderar reforma
Oposición se lanza contra extinción de órganos y elección judicial; diputada de MC llama a interponer controversia constitucional
Bogotá, Colombia.— Vanessa Rosales, escritora especializada en Historia y Teoría del estilo y la moda, reflexionó sobre cómo pese a que esta industria propicia contextos de clasismo y discriminación, a lo largo de la historia también ha sido un espacio para la desobediencia. Por ejemplo, Rosales habló de “la política del pantalón”, prenda que estuvo prohibida para las mujeres durante siglos, hasta que revelaron y se apropiaron de ella. Aunque señaló un pendiente para la apropiación total de la prenda: los bolsillos en los pantalones, que en los modelos para mujeres tienden a ser diminutos; sin embargo, destacó cómo la estética ha tenido un gran rol en los movimientos sociales.
También habló de la relación en Argentina con los pañuelos verdes que se convirtió en un símbolo internacional para la lucha por el derecho del aborto o las capuchas negras en Chile. Reconoció que la industria de la moda llega a la “estetización de las protestas”, es decir que estos estilos se convierten en una tendencia. Sería el caso de cómo ser una persona de izquierda durante una época implicó replicar el look del Che Guevara, al grado de convertirla en una moda.
Lee también: Eligen el diseño más costoso para sede del Archivo General Agrario
“Es súper interesante cómo debe lucir una persona que busca justicia social. Otro ejemplo es este movimiento bellísimo que surgió en los años 60 en Harlem, el Black is Beautiful, que era también estético, que era de lucir el afro. Todo eso es político y eso es desobediente, pero después se convierte en moda porque es cooptado por el capitalismo”, señaló Rosales, quien aborda este tema en sus libros Mujer incómoda (Lumen, 2021) y Mujeres vestidas (Libros Cúpula, 2017), ensayos sobre feminismo, estética y moda.
“El ensayo de moda es de alguna manera una compensación. El libro tenía la intención de hacer la historia y teoría de la moda algo más divulgativo. Vivimos en un mundo que codifica muy rígidamente las categorías, entonces durante unos años, en el mundo intelectual y de la cultura, yo era perseguida como ‘la de la moda’ entonces tuve siempre esa necesidad de poder cohabitar la estética, la cultura visual. En las Ciencias Sociales se tiene esa idea de que la moda no es significativa, no es trascendente, no es importante”, reflexionó la colombiana egresada de la Universidad de los Andes.
Lee también: Festival Paax GNP, puente para la cultura en el Hotel Xcaret Arte
La también periodista, que formó parte de la Bogotá Fashion Week, dijo además que en los últimos tiempos “se ha ido institucionalizando la moda, a través de estudios de moda. Hay necesidad de cambiar la industria a través de la educación”, sobre todo en contextos actuales donde se abordan temas como la decolonización. Y recordó que “la moda es el espíritu, un reflejo, de los tiempos”.