El movimiento de buscaba poner fin a problemáticas como la falta de justicia, la desigualdad y la discriminación; sin embargo a 200 años de haberse consumado ese hecho histórico, historiadores consideran que si bien surgió México como nación independiente, esas problamáticas persisten.

Formalmente, el movimiento de Independencia inició la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla hizo repicar las campañas de la parroquia de Dolores, en Guanajuato, como respuesta a la política y forma de gobierno establecida por los españoles tras la caída del imperio azteca, el 13 de agosto de 1521.

A 200 años de la consumación de la Independencia, los hechos son analizados por los investigadores Cristina Gómez Álvarez, catedrática de la Facultad de Filosofía y Letras; Ana Carolina Ibarra, investigadora del Instituto de Investigaciones Histórica de la UNAM; Felipe Ávila, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), y Josep Escrig, doctor en Historia Contemporánea por la Universitat de València.




 

Cristina Gómez Álvarez:

“Los insurgentes, junto con las oligarquías. logran en esta República construir un Estado en donde todos los individuos fueran iguales frente a la ley, se acabarán los privilegios; pero el programa social de los insurgentes que sintetizaron en Los Sentimientos de la Nación escritos por Morelos y aprobados por el Congreso de Chilpancingo en 1813, son asignaturas que todavía están pendientes. Nos falta, lo que ahí se dijo: lograr construir una sociedad donde haya menos desigualdad social y donde se modere, como se decía en Los sentimientos de la Nación, ‘la indigencia y la opulencia’. La Revolución Mexicana, con los ejércitos de Villa y Zapata, sobre todo de Zapata, intentó que los indios y los campesinos tuvieran mejores condiciones. No lo lograron y no lo hemos logrado todavía.

“Es una de las asignaturas pendientes que el actual gobierno trata de recuperar a través de los programas sociales, pero esto es un poco lento; hay que presionar que el sueño de los Insurgentes, de lograr una sociedad donde haya justicia e igualdad social exista. Lograr tener un país donde exista plenamente igualdad y justicia social, que no la hay, era la propuesta de los Insurgentes, esa no salió en 1821 pero tampoco salió en el resto del siglo XIX. Y esa es una tarea que está pendiente. La mejor manera de conmemorar los 200 años de vida independiente es tener la conciencia de que tenemos que construir un país donde haya igualdad y justicia social.

Cuatro historiadores analizan los 200 años de la consumación de la Independencia
Cuatro historiadores analizan los 200 años de la consumación de la Independencia

Ana Carolina Ibarra:

Cuatro historiadores analizan los 200 años de la consumación de la Independencia
Cuatro historiadores analizan los 200 años de la consumación de la Independencia

Felipe Ávila:

“La independencia, en su primera etapa, conducida por Hidalgo y Morelos, tenía el propósito de hacer una profunda transformación social. Se quería establecer una sociedad más equitativa, se proponía acabar con la esclavitud, con la sociedad dividida en castas, y el tributo; devolver las tierras a las comunidades campesinas e indígenas, tratar de acabar con la desigualdad. Y desde esta perspectiva, el gobierno del presidente López Obrador tiene como una de sus fuentes de inspiración a ese movimiento libertario, sobre todo en su primera etapa.

“En buena medida, el ideario insurgente sigue siendo válido, porque 200 años después de la consumación de la Independencia, seguimos teniendo una sociedad con grandes rezagos, una sociedad donde muchos viven en condiciones de pobreza, marginación y falta de oportunidades, donde la justicia no alcanza a ser equitativa para todas y todos; sigue habiendo discriminación y exclusión. Hace falta consolidar los hechos sociales. Sigue habiendo asignaturas pendientes que tienen que resolverse; una buena manera de contribuir a esa solución --que tiene que ser colectiva-- tiene que ver con conocer nuestra historia. Esta conmemoración sirve para hacer conciencia de que tenemos la responsabilidad de continuar con esta lucha ancestral de la sociedad mexicana por construir un país mejor”.

“Nos falta lograr una sociedad donde se modere, como se decía en Los sentimientos de la Nación, ‘la indigencia y la opulencia’”; Cristina Gómez Álvarez
Historiadora FFyL UNAM.

Josep Escrig:

“La fecha no debe reducirse a ese solo momento, sino que se trata de un proceso histórico que no arranca en 1821, que tiene raíces históricas, por lo menos hay que remontarse hasta 1808, cuando se produce la crisis de la monarquía con la invasión napoleónica de la península ibérica; cuando empiezan, en 1810, las insurgencias en diferentes puntos del continente americano, entre ellas las del cura Hidalgo.

“Ahora bien, cuando intentamos acercarnos al pasado, es intentar ver cuáles fueron las motivaciones, expectativas y horizontes que tenían en mente los actores del periodo (a estudiar), porque si no se hace el ejercicio de reflexionar e intentar ponernos en la mente de los actores del momento, corremos el riesgo distorsionar el contexto histórico en el que se movían. En torno a fechas como el 16 y 27 de septiembre han existido visiones encontradas que se construyen en el momento en el que se funda el Estado nación mexicano, son disputas en torno a símbolos nacionales. Esto no es una cuestión exclusiva de México, pero los historiadores tratamos de zafar de visiones nacionalistas, sesgadas del pasado. “Es necesario decir que no es exactamente preciso hablar de la consumación de Independencia en 1821, porque son distintos los procesos de 1810 al de 1821, es mejor hablar de un proceso histórico con distintos ritmos, fases, protagonistas, distintos objetivos y actores sociales.

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