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Puede que sea una las imágenes más famosas de las que retrataron las celebraciones del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Y uno de sus protagonistas, George Mendonsa, murió este domingo a los 95 años. El exmarino estadounidense fue fotografiado besando a una desconocida en la plaza Times Square de Nueva York celebrando el fin de la contienda.
La mujer era Greta Zimmer Friedman, que en el momento de la instantánea tenía 21 años y trabaja como asistente dental.
Friedman murió en 2016 a los 92 años. Y ahora lo ha hecho quien la besó apasionadamente para celebrar la victoria del ejército estadounidense sobre Japón en lo que se conoce como el VJ Day (el Día de la Victoria sobre Japón).
Su hija Sharon Molleur informó que su padre murió el pasado domingo tras sufrir una crisis después de una caída en la residencia de ancianos en la que vivía en Middletown, Rhode Island (Estados Unidos).
La pareja misteriosa
La imagen fue tomada por Alfred Eisenstadt para que formara parte de un reportaje de la revista estadounidense Life sobre el fin de la guerra.
Eisenstadt no dio los nombres de los extraños que se besaban y tuvieron que pasar años antes de que se confirmara que Mendonsa y Friedman eran los protagonistas de tan icónica fotografía.
En su libro, el fotógrafo describe cómo tomó la instantánea después de ver que Mendonsa iba corriendo por la calle agarrando a cualquier chica que se le cruzaba.
"Estaba corriendo delante de él con mi Leica encima del hombro. Ninguna de las imágenes que había conseguido me gustaban demasiado", escribió.
"Entonces, de repente, en un instante, vi que alguien agarraba algo blanco. Me di la vuelta e hice clic en el momento en que el marinero besó a la enfermera. Si ella hubiese llevado un vestido oscuro, nunca hubiera tomado la foto".
"No fue un gran beso"
Friedman dijo años más tarde que solo supo de la existencia de la fotografía más de una década después, en 1960.
"No fue un gran beso", llegó a reconocer. "Era solo alguien que estaba celebrando. No fue un acto romántico".
Mendonsa había servido en el Pacífico y estaba de permiso en casa cuando se tomó la foto.
Pero aunque el gesto de Mendonsa fue ampliamente alabado por ser una expresión de la alegría que hubo en Estados Unidos el día en que Japón se rindió, han surgido críticas en los últimos años.
La revista Time, por ejemplo, llegó a asegurar que se trataba de "la documentación de una agresión sexual pública".