Como parte de la exposición “Genealogías y disidencias”, de la colección permanente del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), este sábado se inaugura el núcleo “Diseño e Industria”, con 22 piezas.
En entrevista, la curadora de la muestra Ana Elena Mallet explica que a través de mobiliario, como sillas y vajillas, así como con 100 documentos provenientes de archivos de fábricas y privados, se cuenta la historia del desarrollo estabilizador de México, que ocurrió entre la década de los 40 y los 70.
“Exploramos la historia de nueve fábricas que de alguna manera apostaron por el diseño, ya sea contratando a diseñadores o comprando patentes de diseñadores extranjeros para comercializar en el mercado nacional”, detalla Mallet.
En la muestra se exhiben piezas de la Compañía Manufacturera de Muebles La Malinche S.A., DM Nacional, IGA S.A., Industrias Ruiz Galindo S.A., Loza Fina S.A., PM Steele, Van Beuren S.A. de C.V., Vitro Crisa, Kristaluxus y Taller de Colección y Anfora.
Mallet –quien también curó una la exposición “Crafting Modernity: Design in Latin America”, en el MoMA de Nueva York– señala que a través de las imágenes de archivo se podrá conocer la manera en la que trabajaba la industria en aquella época y el tipo de vida que había dentro de las fábricas.
“Hay una investigación también de publicidad de las fábricas de esa época que nos refleja cómo México estaba creciendo, cómo se formaba el mercado del consumo, desde el ascenso social, el estilo. Esta publicidad nos deja ver cómo durante el Desarrollo Estabilizador había una clase media que buscaba cosas asociadas a lenguajes modernos e internacionales”, dice.
A través de estos muebles, también se puede observar la innovación tecnológica de producción y diseños de muebles. Por ejemplo, una silla de Van Buren que recuerda que la fábrica fue innovadora por trabajar sets de muebles con el mismo material de madera de caoba, haciendo que la producción sea más económica. Otro ejemplo es DM Nacional, que se distinguió por estar a la vanguardia en la fabricación de muebles de acero importado, en una época donde lo usual era contar con mobiliario de madera.
Estas fábricas eran las que amueblaron no sólo los hogares de las familias de clase media, sino que también hacían diseños especiales para dependencias del gobierno, como el IMSS y la SEP, y otras oficinas.
Si en los 70 hubo un boom en el diseño de mobiliario nacional, ¿qué pasó después? De las nueve fábricas que se abordan en la muestra, en la actualidad sólo sobreviven dos. El resto no sobrevivió a crisis financieras, compras y desastres como incendios.
Esa pregunta, sobre qué pasó, es la que quiere generar la curadora entre el público.
“Con la apertura de mercados y la firma del Tratado de Libre Comercio, empieza la globalización, y muchas de estas empresas no tienen el capital para competir globalmente y otras estaban acostumbradas a cumplir con un público local. La globalización fue buena para muchas cosas, pero para otras no. Quiero generar una reflexión, porque en el campo del diseño, dejamos de ser un país productor para ser un país maquilador y eso es lo que se sigue promoviendo con el nearshoring”, concluye Mallet.