En 2000, el flautista Alejandro Escuer fue invitado a inaugurar la edición 40 del Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez e interpretó “A Play of Shadows: Fantasy for flute and orchestra”, de Joseph Schwantner. Poco después lanzó el proyecto Flauta y orquesta XXI. En más de 20 años ha estrenado más de ocho conciertos nuevos.
Cuatro de ellos: FLOW para flauta y orquesta (2019), de David Dzubay: REQUIEM MARÍTIMO. Homenaje a Vicente Huidobro para flauta, clarinete bajo y orquesta (2004), de Hebert Vázquez y Concierto para flauta y orquesta (2010), de Michael Matthews, escritos especialmente para Escuer, quien trabajó directamente con los compositores; así como A Play of Shadows, integran el disco Flow (Urtext, 2022).
“Me invitaron a tocar como solista y me di cuenta de que había muy poco repertorio para flauta y orquesta, hay obra de canadienses, norteamericanos, latinoamericanos, pero no mucho. Al año siguiente hice una convocatoria a compositores y en 2003 se estrenó el primer concierto, de Leonardo Coral, El jardín de las delicias, basado en El Bosco; en los siguientes años se estrenaron las obras de Gabriela Ortiz, Enrico Chapela, Mauricio Beltrán, David Dzubay, Michael Matthews, de Hebert Vázquez y varios más. Es una combinación increíble, la flauta tiene capacidades expresivas, dramáticas y conmovedoras únicas, es un instrumento moderno, pero también es primitivo porque es de los primeros, junto con la voz humana, que existen”, dice Escuer en entrevista.
En los últimos años, la obra para flauta ha crecido, y en México es Escuer y Ónix Ensamble quienes impulsan su composición e interpretación; en 25 años la agrupación ha estrenado más de 200 obras de compositores como Gabriela Ortiz y Michael Nyman.
“Estoy muy contento de decir que he logrado una aportación en ese sentido, es el trabajo de muchísimas personas, de las orquestas, directores, disqueras, intérpretes, de las instituciones como el Cervantino, la UNAM, el Foro de Música Nueva, el Fonca; Marisa Canales, de Urtex, también ha hecho una gran labor. La camaradería es fundamental para el futuro de las artes”.