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El movimiento zapatista
en todo se esplendor podrá ser visto a través de una exposición fotografía en la Galería de Historia. Museo del Caracol hasta el 1 de agosto de 2019.
En el marco del centenario luctuoso de Emiliano Zapata, alrededor de 300 imágenes revelarán la evolución de este movimiento liderado por el “Caudillo del Sur”, sus protagonistas, seguidores, antecedentes, motivaciones y decaimiento, se indicó en un comunicado.
La exposición “Emiliano Zapata. A cien años de su muerte” incluye imágenes que cubren un marco temporal de casi una década, hasta la emboscada en la Hacienda de Chinameca, donde Zapata cayó abatido el 10 de abril de 1919.
Además de algún retrato de Zapata, aparecen los rostros de Otilio Montaño, Amelia Robles, Gildardo Magaña y Jesús Guajardo, el militar que ejecutaría aquel crimen de Estado, como ha sido estudiado el asesinato del caudillo.
De acuerdo con el historiador Pavel Luna Espinosa, la muestra hace una revisión de todo el movimiento armado y más allá, detallando las profundas raíces del problema de la tierra en Morelos; el auge del zapatismo entre 1913 y 1914, cuando representaron una férrea oposición junto con los villistas; y los siguientes dos años en que sobrevino un estancamiento. Algunos abandonarán sus filas, un caso emblemático es el de Otilio Montaño, quien fue fusilado, acusado de traidor”.
El conjunto visual de la instalación " Emiliano Zapata. A cien años de su muerte" , muestra la participación activa del campesinado que se unió al general, un pueblo que se había forjado una identidad propia a lo largo del siglo XIX, construyendo formas de organización que no existían en otras regiones agrícolas. Sobre los antecedentes del problema agrario, el investigador agregó:
“Para los indígenas prehispánicos, la tierra era sagrada, y aunque el virreinato supuso un cambio drástico en su forma de vida, los indígenas se mantuvieron aparte de la estructura social novohispana y, en cierta medida, contaron con la protección de sus tierras comunales”.
Zapata creció viendo esta realidad, y al estallar la lucha maderista en 1910, vio una oportunidad para “presentar” estas demandas en defensa de la tierra, por un lado, con el Plan de Ayala y, por el otro, con la organización del Ejército Libertador del Sur. La fricción con Madero partió de dos visiones distintas, explica el historiador, ya que “para el maderismo el fundamento de la Revolución era político, mientras para los zapatistas, el cambio tenía que ser social.
Aunque con una zona de influencia que abarcó Morelos, partes de Guerrero, Estado de México, Puebla, Oaxaca, y en cierta medida el sur de la Ciudad de México, el aislamiento propio del movimiento fue un aspecto que contribuyó a su declive. “Su lucha era demasiado concreta: la restitución de las tierras, en ese sentido, nunca trató de integrarse totalmente con otros movimientos, a menos que aceptaran los principios establecidos en el Plan de Ayala”, indicó el historiador.
A pesar de que el movimiento de los pueblos de Morelos no logró los objetivos militares y muchas de las reivindicaciones que planteó en un comienzo, su gesta se convirtió en un símbolo de lucha contra la injusticia y de resistencia de los débiles frente a los poderosos, concluye Pavel Luna.
"Emiliano Zapata. A cien años de su muerte", permanecerá hasta el 1 de agosto en la Galería de Historia. Museo del Caracol (rampa de acceso al Castillo de Chapultepec, 1raSección del Bosque de Chapultepec). El acceso al área de la muestra es libre.
akc