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Estudiantes y profesores señalaron que la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) se encuentra en medio de una “crisis de institucionalidad” , que se refleja en la cancelación de 103 materias , y por ello hacen un llamado a las autoridades del INAH y a las secretarías de Cultura y Hacienda para trabajar en una solución.
El 3 de marzo, cuando inició el semestre, la comunidad de la ENAH se enteró de la cancelación de las 103 materias de las siete licenciaturas que ahí se imparten: Antropología física, Antropología social, Arqueología, Etnohistoria, Etnología, Historia y Lingüística. Sin embargo, no es la primera vez que sucede, pues el semestre pasado se cancelaron 37 materias.
Ante las críticas, el 12 de marzo, durante la sesión del Consejo Técnico de la ENAH, Diego Prieto, director del INAH, se comprometió a la reapertura de 35 materias: “Con todo y este anuncio, hasta el día de hoy no ha habido un anuncio formal y público, que comunique a la comunidad de la ENAH sobre cuáles son las materias que se reabrirán y cuáles son las fechas para que los alumnos puedan inscribirlas”, dijeron esta mañana estudiantes y profesores en encuentro con los medios.
La comunidad de la ENAH no sólo ha externado sus quejas a las autoridades de su escuela y al INAH, también han enviado oficios a las secretarías de Hacienda y de Cultura, sobre todo porque la problemática no es nueva, sino que se remonta hasta 2018, cuando comenzaron a detectar irregularidades.
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“La responsabilidad del desastre presupuestal y funcional que vive actualmente la ENAH recae directamente sobre el INAH y la Secretaría de Cultura, el primero porque la situación actual de la ENAH no es nueva ni de hace 3 años, eso solo fue la consecuencia de décadas de soluciones a medias, de no querer atender los problemas de fondo que al día de hoy explotan por todos lados con múltiples
consecuencias”, indicaron.
La responsabilidad de la Secretaría de Cultura, dijeron, recae porque “desde su creación en 2015 no ha elaborado una estrategia que resuelva los graves problemas presupuestales y de recursos que vive el INAH y en consecuencia el impacto que se vive en sus escuelas y centros de trabajo . Además es notorio el total desinterés de esta Secretaría en escuchar, atender y resolver los problemas que vive actualmente la ENAH”.
Esa falta de certeza los llevó a manifestarse el 13 de marzo afuera del Museo Nacional de Antropología (MNA); aunque hubo un momento de tensión entre estudiantes y profesores y una pareja que se identificó como visitantes del recinto, la comunidad de la ENAH señaló que ese apenas fue el inicio de su movimiento.
“Pese a los actos de provocación e intimidación seguiremos tomando museos y zonas arqueológicas pertenecientes al INAH y Secretaría de Cultura, hasta que nuestras demandas sean atendidas de manera cabal y sin promesas vacías”.
Brisa, estudiante de la ENAH, indicó que en comparación con otras universidades, en su escuela no han sido ubicados grupos porriles ; sin embargo, sí han registrado que hay “grupos de provocadores”, que no son estudiantes, sino que aparentemente son grupos de la sociedad civil.
“Ese tipo de actos vienen de mañas (del pasado). Lo tenemos claro y nosotros tenemos la consigna de no caer en provocaciones. Si alguno de nosotros es víctima de violencia de este tipo, no es por parte de nosotros y la responsabilidad cae en la dirección del INAH y de la ENAH, por no salvaguardar nuestra seguridad ante el libre derecho que tenemos de manifestarnos. El deslinde que hacen las autoridades sólo es ejemplo de la crisis de institucionalidad que tenemos”, sostuvieron.
Ante las omisiones por parte de las autoridades, la comunidad de la ENAH también pide la renuncia de Diego Prieto como director del INAH, un incremento presupuestal para su escuela, abrir las plazas de tiempo completo congeladas por el INAH “desde hace décadas y ponerlas a concurso de oposición de acuerdo al Reglamento de Admisión, Evaluación, Promoción y de Concursos y Exámenes de Oposición (RAEPCEO)”, así como una auditoria al INAH y a la ENAH “para trasparentar el uso y manejo de los recursos públicos”.
nrv