La precarización laboral de profesores de la Escuela Nacional de Antropología e Historia () y una infraestructura deficiente son al menos dos de los factores que agudizan la crisis de esa institución adscrita al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); por ello, los estudiantes claman recursos para un proceso de formación digna; y los docentes, contratos dignos para no vivir en incertidumbre. Sin embargo, el INAH indica que trabajan “con las instancias correspondientes a fin de lograr condiciones de trabajo que den mayor certidumbre profesional al personal docente”.

“Estamos en un severo proceso de precarización. En la ENAH hay dos tipos de profesores, los de tiempo completo, alrededor de 90; y profesores de asignatura, que hoy en promedio hay 350. En los primeros tres años de este gobierno han sido despedidos más de 100. En términos generales, el promedio de profesores de asignatura contratados por la Escuela hasta 2018 era de 450, ahora somos menos de 350, desafortunadamente no tenemos las cifras exactas. En una reunión con autoridades se nos dijo que eran 317 profesores, incluso menos porque desde el semestre pasado arrastramos el problema de la cancelación de alrededor de 100 materias optativas y eso impacta la pérdida de profesores”, sostiene José Flores, profesor de asignatura de la licenciatura en Arqueología desde 2012.

La ENAH tiene su origen en 1938, en el Departamento de Antropología de la Escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional. Su situación cambió un año después cuando se creó el INAH, y para 1946 recibió su actual nombre. Actualmente ahí se imparten siete licenciaturas: Antropología Física, Antropología Social, Arqueología, Etnohistoria, Etnología, Historia y Lingüística, en tanto que a nivel maestría y doctorado están Antropología Social, Antropología Física, Arqueología, Historia/Etnohistoria y Lingüística.

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Desde hace varios años, esa institución enfrenta una problemática debido a la forma de contratación de los profesores, pues de acuerdo con Flores, el personal docente de asignatura representa entre 75% y 80%, los cuales no tienen garantizada la posibilidad de impartir una materia cada semestre.

José Flores señala que cada ciclo escolar “se abren materias obligatorias que ya están registradas en el plan de estudios. Los profesores de asignatura proponemos un programa de asignatura que entregamos al coordinador de la carrera correspondiente. El responsable de la coordinación elabora una planta tentativa a partir de las necesidades de los estudiantes, de la totalidad de materias obligatorias, y a parte abre la posibilidad para que los profesores de asignatura ofrezcamos materias optativas, es decir, materias que no están registradas de manera obligatoria”.

Una vez que el coordinador recibe las propuestas, estas son evaluadas por profesores de tiempo completo y poco a poco se definen. Sin embargo, hay otro filtro que depende del presupuesto.

“Sabemos del ‘Banco de horas, semana, mes’ (del que se obtienen los recursos para el pago de los profesores), que tiene recursos fijos, no puede aumentar ni disminuir porque ya es parte del presupuesto federal. El problema es que ese recurso sí se reduce porque son utilizados para el pago de otras estructuras departamentales o gasto corriente, según las necesidades de las escuela”, sostiene Flores.

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Por falta de recursos es que se han cancelado materias optativas, tan sólo en 2021, la comunidad de la ENAH denunció que para el primer semestre de 2021 se cancelaron alrededor de 30 materias, y para el segundo, más de 60: “Esto lleva mucho tiempo, pero los últimos tres años se ha agravado. Lo único que ha habido son simulaciones”, indica Flores. Pero los académicos no son los únicos perjudicados, también los alumnos, quienes no han podido cursar las materias que requieren.

“La falta de presupuesto ha sido un problema para poder contratar profesores. Ante la cancelación de materias nos dijeron que podíamos buscar otra alternativa en otras licenciaturas, pero son materias totalmente diferentes. Por ejemplo, yo quería tomar una muy específica y no pude, entonces, aunque se ofrecía como alternativa tomar otra materia, eso no resolvió el problema”, relató José Juan, estudiante de Antropología Social.

Infraestructura deficiente

La problemática de la ENAH cobró fuerza desde el inicio de este año, porque Pedro Velázquez Beltrán, secretario Administrativo del INAH, envió el 29 de diciembre un oficio en el que pidió que “a partir del uno de enero no deberá convocarse a laborar a ninguna persona que haya estado contratada como personal eventual al 31 de diciembre del 2021, en tanto su eventual contratación no haya sido aprobada por la Coordinación Nacional de Recursos Humanos”. Al respecto, Hilario Topete, director de la ENAH, envió una misiva a Diego Prieto, director del INAH, en la que alertó de las posibles afectaciones que habría si no se contrataba a ese personal, y aunque las autoridades indicaron que la problemática fue atendida a través de contratos temporales de tres meses, la comunidad de esa institución señaló que esa acción no resuelve la situación, pues enfrentan serios problemas como la falta de inversión en infraestructura.

Esa falta de inversión es más perceptible en un edificio que comenzó a construirse desde hace 10 años, con la intención de ampliar los laboratorios y salones de la ENAH; sin embargo, actualmente está en obra negra, en tanto que los laboratorios están un rezago frente a espacios similares de otros países.

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“Se requiere una actualización de los equipos tanto de cómputo como del laboratorio. Estas deficiencias han repercutido en la formación de los estudiantes, porque hemos tenido cursos con profesores invitados de universidades de prestigio, que están a la vanguardia, pero no les hemos podido sacar todo el provecho que deberíamos porque hay equipos que de repente no funcionan o tenemos que pedir prestado equipo. Nosotros mismos hemos tenido que adquirir equipo con nuestros recursos”, lamenta Víctor Acuña, profesor de la ENAH desde hace 15 años y quien actualmente labora en el Laboratorio de Genética

EL UNIVERSAL solicitó al INAH información sobre qué es lo que ha retrasado la construcción del edificio, si tienen contemplado terminarlo antes de que termine en este sexenio, si planean renovar el equipo de los laboratorios de la ENAH y si implementarán algún mecanismo para cambiar la forma de contratación de los profesores.

Al respecto, el INAH se limitó a decir: “Lo que está detenido es la conclusión de la Torre de Investigación, un proyecto largamente anhelado por toda la comunidad de la ENAH y del INAH y que, por diversas razones, en su mayoría presupuestales, no se ha podido concluir. No obstante, desde la Dirección General del INAH entendemos que se trata de un proyecto fundamental para el desarrollo académico de nuestra institución. Por ello, seguimos insistiendo en la gestión de los recursos indispensables para esta obra de infraestructura y esperamos que, con el apoyo de la Secretaría de Cultura, podamos concluirla este año. El proyecto también incluiría el equipamiento de los laboratorios”.

La ENAH: en precariedad laboral y de instalaciones
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Sobre la ENAH

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Frases

“La falta de presupuesto ha sido un problema para poder contratar profesores... yo quería tomar una materia muy específica y no pude, aun con alternativas”. José Juan. Estudiante de Antropología Social.

“Se requiere una actualización de los equipos... de repente no funcionan o tenemos que pedir prestado... Hemos adquirido equipo con nuestros recursos”Víctor Acuña. Profesor de la ENAH .