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Después de que en 2015 ganaron el concurso para el Museo, los arquitectos autores de la propuesta celebraron un contrato, no con la Ciudad sino con Papalote A. C. pues el gobierno anterior así lo había fijado. Firmaron un contrato el 1 de marzo en 2016, entregaron el proyecto terminado entre noviembre-diciembre de 2016, y a principios de 2019 Papalote les comunicó que les habían cancelado la concesión. No se ha pagado lo que se les debe a los arquitectos.
En noviembre de 2015, el despacho MX_SI —integrado por Mara Partida, Boris Bezan y Héctor Mendoza, y el despacho SPRB Arquitectos, formado por Laura Sánchez Penichet y Carlos Rodríguez Bernal ganaron, entre 171 propuestas, el Concurso Nacional de Arquitectura Papalote Museo del Niño en Iztapalapa. El proyecto ejecutivo se desarrolló para un espacio de 19 mil 966 metros cuadrados, y el presupuesto que anunció el entonces gobierno de Miguel Ángel Mancera era por 424.9 millones de pesos. El título de la concesión no se concretó durante la administración Mancera, y el nuevo gobierno canceló todo con la A. C. de Papalote, pero continúa la ejecución de la obra con el proyecto que ellos ganaron.
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Hoy, a unos meses de inaugurarse el Museo, Papalote A.C. no les ha pagado a los arquitectos autores del proyecto lo que les debe, que es 30% de sus honorarios profesionales.
“Papalote se ha desentendido de su adeudo, desconoce la personalidad jurídica de quién entonces -hace cinco años- fungía como su director administrativo y representante legal, y los compromisos que firmó. Pensarán que no es un tema suyo sino de la Ciudad de México, pero con quienes tenemos contrato es con Papalote", dice el arquitecto Carlos Rodríguez.
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Cuenta que el entonces director administrativo de Papalote les firmó un contrato, una carta de reconocimiento de adeudo, un acta de entrega-recepción de los trabajos de conformidad y el compromiso de pagar intereses porque en los hechos los arquitectos estaban financiando el proyecto (el director administrativo era Luis Camargo). Hoy Papalote A. C. les dice que no lo reconocen, que no tiene la personalidad jurídica para ello y no reconocen ni su firma. "Asombra que hayan tenido esta actitud respecto a un servicio y un trabajo que ellos encargaron, que cumplimos a cabalidad. Este adeudo es desde 2016, antes de cambio de administración, antes de la pandemia", asegura el arquitecto.
“Así está la situación y es decepcionante. La última comunicación con Papalote fue en febrero de este año. Es un poco como la situación con Alfonso Suárez del Real y Vanessa Bohórquez (exsecretario y secretaria de Cultura de la CDMX): el trato es amable, pero en los hechos no se traduce en nada”, concluye Carlos Rodríguez.
