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La vigencia y actualidad que para el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma tiene el estudio que hace 100 años publicó el lingüista Pablo González Casanova sobre el riesgo de desaparición del náhuatl en el valle de Teotihuacan, titulado “El mexicano de Teotihuacán”, es estremecedora, pues hoy México ha perdido muchas lenguas y enfrenta esa misma problemática.
Ese ensayo que forma parte de la magna obra "La población del valle de Teotihuacán", de Manuel Gamio, publicada en 1922, es analizado y recuperado, por su actualidad, por Eduardo Matos Moctezuma a través de su lectura estatutaria en la Academia Mexicana de la Lengua, que se transmitirá hoy a las 13 horas por las redes sociales de esa institución a la que pertenece desde 2015.
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A propósito de la colaboración de Pablo González Casanova en el libro de Manuel Gamio, el Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales 2022 habla de la importancia de la lengua vernácula dentro de un contexto mayor e integral para entender el todo social, como lo expuso González Casanova en el ensayo donde estudió la lengua náhuatl a través de entrevistas a personas, a familias que hablaban náhuatl.
“Él advierte, hace ya un siglo, que la lengua en ese lugar está tendiendo a desaparecer, que ya la hablan sólo personas mayores de 30 años y que por lo general esta lengua estaba siendo superada por la presencia del español; esta advertencia que plantea González Casanova es muy interesante porque nos habla de una problemática que hoy, un siglo después, vive México; es decir, la tendencia a que desaparezcan poco a poco, las lenguas indígenas”, afirma.
68
LENGUAS INDÍGENAS
se registran actualmente en México y cerca de 300 variantes.
Eduardo Matos Moctezuma dice que actualmente sabemos que hay 68 lenguas y cerca de 300 derivaciones, “son lenguas que han logrado sobrevivir más de 500 años después de la Conquista, pero la realidad es que se han ido perdiendo, desafortunadamente”, y lo peor, agrega, es que ese peligro de desaparición se da poco a poco, de forma paulatina, con diversas lenguas indígenas.
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“Claro, hay organismos que supuestamente están encargados de velar por la permanencia y la persistencia de estas lenguas; en los últimos años, en las últimas décadas han destacado diferentes hablantes de varias lenguas indígenas a través de la poesía, y de la literatura, en general, esto es bueno, pero el peligro está latente”, dice.
Matos Moctezuma advierte que todo lo que sucedía en Teotihuacan hace un siglo no dista mucho de lo que actualmente ocurre en regiones del país en las que las lenguas locales pierden cada vez más terreno. “Yo creo que hay que fomentar, difundir y dar a conocer nuestras lenguas vernáculas para que éstas cobren fuerza y cualquier medida que se tome para tratar de salvaguardarlas es bienvenida, si es una universidad o un programa, qué bueno”, afirma el fundador y director del Proyecto Templo Mayor.
EDUARDO MATOS MOCTEZUMA
Arqueólogo
“(González Casanova) habla de un problema que, un siglo después, hoy vive México; la tendencia a que poco a poco desaparezcan las lenguas indígenas”
Incluso recuerda que hace muchos años en una conversación con un secretario de Educación, él le planteó la posibilidad de atender desde la SEP que dentro de las regiones donde se hablara y conservara una lengua vernácula hubiera desde la primaria un sistema para fortalecer a través de una clase la enseñanza de esa lengua, “es decir, que en un curso normal, así como se pide que se dé inglés, pues que se diera la lengua local según la región; porque estoy convencido de que cualquier medida es bienvenida siempre que sea en favor de preservar estas lenguas que son un patrimonio invaluable de los pueblos, y no me refiero sólo a México, sino a nivel mundial”.
Por esa razón, Matos Moctezuma escogió dictar su lectura estatutaria sobre el ensayo tan actual de don Pablo González Casanova y porque se cumple un siglo de que se publicó la magna obra de Manuel Gamio. “Esta obra es el primer gran estudio multidisciplinario que se llevó a cabo en una región de México, en este caso el Valle de Teotihuacan”, concluye.
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