En el marco del foro"La crítica en su laberinto", se llevó a cabo la mesa de debate "¿Qué hacer frente al desmantelamiento del aparato artístico y cultural?", en la que participaron la periodista y escritora Adriana Malvido, el etnólogo y doctor en Arte y Antropología, Sergio Raúl Arroyo y el investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH, Bolfy Cottom, quienes, en palabras de la crítica de arte y moderadora de la mesa, María Minera, son "tres expertos en la materia".
Minera abrió la mesa: "En estas semanas hemos tenido que ver a la comunidad científico hacer lo más increíble para la época en la que vivimos: defender el quehacer científico. Es increíble porque, después de la pandemia, debería entenderse que la ciencia salva vidas". Pero, abundó la ensayista, eso es otra historia porque es sencillo defender el valor incuestionable de la ciencia, ya que salva vidas, mientras que a través del arte no se logra lo mismo —o no a la misma escala.
"Lo importante es adentrarnos en esta paradoja. Como comunidad vemos cómo se desmantela sin piedad la cultura y los presupuestos desaparecen hasta la inoperancia", dijo.
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Al tomar la palabra, Malvido se preguntó qué se puede hacer ante el desmantelamiento de la cultura que algunas figuras y miembros de la comunidad artística testifican. La escritora hizo un inventario sobre lo que ha sucedido en este tiempo: la incertidumbre ante el futuro de Notimex, la parálisis en el INAI y la transformación del Conacyt, junto a varias medidas que limitan sus facultades.
A México le llevó décadas construir esta estructura, continuó Malvido, pero en este sexenio el FONCA desapareció y se integró a la Secretaría de Cultura; para el INAH, el INBAL, IMCINE, Instituto Mora y cualquier espacio público relacionado a la investigación y el conocimiento, los cambios significaron el recorte de personal; y recordó que María Novaro, directora del IMCINE, tuvo que abandonar el Festival de Cannes por no contar con permiso de la Presidencia. Las prioridades, abundó, son obras gigantes como el Tren Maya, el Proyecto Chapultepec. Naturaleza y Cultura, el AIFA y la Refinería Dos Bocas.
A las organizaciones de la sociedad civil y los colectivos, la 4T los canceló. "Al desmantelamiento le sigue la cancelación de la FILIJ, así como la desaparición de la Dirección General de publicaciones que nunca se fusionó al FCE junto con Educal".
También recordó que la mudanza de las colecciones del Dolores Olmedo de Xochimilco a Chapultepec va contra voluntad notariada.
"Quitar los recursos es abrir paso al saqueo y la destrucción. Sólo quiero hacerme una pregunta de este desmantelamiento en presupuesto y personal, ¿a quién le inquieta esta crítica?"Cuando fue su turno, Cottom dijo que las cosas deben ser llamadas por su nombre: "La cultura ahora es como un caballo desbocado en un terreno abierto que no sabe a dónde va".También subrayó que uno de los núcleos fundamentales del populismo es el discurso y la retórica. "Ahí tenemos la mañanera que constantemente remarca un discurso".
La desarticulación cultural, abundó, no es gratuita, es parte y una especie de triunfo del régimen: "¿A quién le hablamos? Un trabajo importante es desmantelar discursos. La denuncia de los hechos es fundamental (...) Pero hemos dejado de pensar en lo que viene y eso es fundamental".
En otras palabras, Cottom dijo que la denuncia por sí misma no basta si no hay acciones bien articuladas. "Si seguimos en la misma línea, continuaremos en este círculo vicioso".Mientras que Arroyo señaló que los radicalismos se convirtieron en la monstruosidad que pretendieron combatir y que el ambientalismo y cierto feminismo incómodo, por ejemplo, son vistos como una clase media a vencer; paralelamente, las agrupaciones civiles y los organismos autónomos han sido llevados al confinamiento."La fe política nunca se deja engañar por la realidad, esto es una paradoja interesantísima". Hoy, por ejemplo, hay proyectos que no se aprueban si no tienen contenidos sociales. "¿A qué le llaman contenidos sociales?", se preguntó Arroyo y profundizó en que los proyectos culturales, entendidos como expresiones autónomas, no tienen otro camino más que replegarse.
De un lado, los creadores se someten a convocatorias que se convierten en lamentaciones. Pero, "¿ése es su papel?", se volvió a preguntar Arroyo.
A la par, a la ciencia y la tecnología las subyuga el empresariado militar.
Para finalizar, Minera subrayó que los expositores coincidieron en que el desmantelamiento no va a parar, que este gobierno "nos dejará, al final, con ejército y burocracia. También mencionó la falta de diálogo con las autoridades y la desinformación brutal al respecto. "Muchos colegas quizá no saben hasta dónde llega la debacle".
Algo en lo que coincidió Arroyo durante sus palabras finales: "Nos hemos quedado sin interlocutor".
El encuentro es organizado por Graciela de la Torre, titular de la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión Cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Jacobo Dayán, director del Centro Cultural Universitario Tlatelolco (CCUT) y María Minera.
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