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“Fue el más original crítico del poder”, dijo el ensayista Christopher Domínguez Michael, quien participó ayer, junto al historiador Enrique Krauze, en el conversatorio “Los mundos de Gabriel Zaid”, realizado por la Cátedra Alfonso Reyes del Tecnológico de Monterrey, la Escuela de Humanidades región CDMX y Letras Libres, en el marco del natalicio del escritor y durante la inauguración del Ágora de Gabriel Zaid. Krauze, quien inició el conversatorio, mencionó la triple vocación de Zaid, formado como ingeniero industrial en el Tecnológico de Monterrey: las matemáticas, la poesía y la consultoría de empresas; y recordó cierta ocasión en la que el expresidente Vicente Fox buscó directamente a Zaid y éste no lo recibió debido a la congruencia que le exigía estar volcado en la escritura y la literatura, por no mencionar que prácticamente nadie conoce una fotografía de él y que nunca ha dado una entrevista —el cuidado receloso, por lo menos, de la vida privada que recuerda a escritores como J. D. Salinger o Thomas Pynchon—. Además, Zaid —dijo— “ue uno de los hombres más cercanos y afines a Octavio Paz y hoy (miércoles) cumple 90 años”.
En su turno, Domínguez Michael se dio a la compleja tarea de profundizar en el perfil político de Zaid y se refirió al historiador y ensayista Humberto Beck, “quien decía que había mucho en Zaid del regiomontano, del norteño y de ingeniero”, haciendo énfasis en la desconfianza a las iniciativas del Estado: “el porvenir de sociedades que se han hecho a sí mismas basadas en la iniciativa privada”.
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Zaid se opuso, continuó, “a la idea de que la economía fuera manejada de la manera que presumía Luis Echeverría, desde Los Pinos, como resultado del capricho del poder omnívoro y autoritario. Hoy, que vivimos en circunstancias similares, con un poder con avidez autoritaria, es importante entender que la forma en la que Zaid planteaba la relación entre el poder y la economía se basaba (...) en que el Estado debe ser reducido en sus ambiciones y proyectos, y la sociedad debe generar sus maneras comunitarias de sobrevivencia”. El autor de Vida de Fray Servando, biografía histórica refirió los tiempos en que cuestionar la vigencia del PRI era considerado como una provocación: para que el PRI tuviera fin, Zaid decía que bastaba con contar los votos. “El planteamiento democrático que está en Zaid: democracia es elegir, pero democracia también es quitar”.
Krauze habló de “El Estado proveedor”, artículo de Zaid publicado hace medio siglo e incluido en El progreso improductivo, donde menciona que el Estado mexicano “provee muchas cosas, pero al primero al que le da es a sí mismo (...) Este gobierno ha repartido dinero, pero lo cobra con obediencia política. Zaid cree que es posible repartir sin populismo”. Las ideas de Zaid —continuó Domínguez Michael— incidieron en el diseño de la cultura mexicana “con todas sus deformaciones”; basta con señalar un mecanismo propuesto por Zaid: el de un fondo autónomo donde los creadores beneficiaran a otros creadores para que la cultura fuera libre.