Interpretar a , uno de los compositores contemporáneos más importantes, siempre es un reto. Para Laura Reyes, directora de orquesta a cargo del estreno en México de "", ópera de Glass, en dos actos, basada en el cuento homónimo de Edgar Allan Poe y estrenada internacionalmente en 1988, se trata, en parte, de mantener los cambios súbitos de tiempo y no perderse con las repeticiones; son retos, tanto para los intérpretes como para el público porque en la atmósfera que crea el compositor, los espectadores pueden sumergirse en esa cotidianeidad y sentir que el tiempo se queda estático y no pasa.

Sin embargo, continúa la directora, Glass crea un patrón que él mismo rompe para sacar al público y a los músicos de esa cotidianidad: introduce polirritmias y notas nuevas que no están en armonía y, en ocasiones, cambios de compás.

Más allá de los retos técnicos, el hecho de que durante 35 años esta ópera de cámara no se haya estrenado en México se debe a las particularidades de cada programación. "Las agendas son vastas. A la hora de programar hay mucha música por elegir y las principales instituciones que hacen ópera en el país se abocan a la de corte más tradicional, la italiana o Mozart, por ejemplo. Cuando toca el turno de la ópera contemporánea es importante escoger a compositores mexicanos; entonces, eso baja el margen. Quizá estas sean las razones por las que no se había presentado en México", explica Reyes.

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Aunque la directora no tuvo injerencia directa en la elección de "La caída de la Casa Usher", que inaugura la programación del Festival Cultura UNAM,  explica que se seleccionó debido a la instrumentación y a que se trata de un compositor de primer orden. En muchas óperas hay una gran inversión en aspectos como el vestuario o la escenografía, pero en el caso de la obra de Glass todos los elementos son minimalistas, lo cual los emparenta con el concepto del compositor.

"Esta ópera ya se presentó en muchos otros teatros y casas de ópera del mundo. Es muy interesante que, por fin, se estrene en México. Estoy segura de que no va a ser la primera vez".

Respecto a la instrumentación, que debe ser particular si se piensa en las nociones estéticas de Glass, Reyes explica que hay un quinteto de cuerdas con contrabajo, en la parte de los alientos: "Por lo común, las orquestas utilizan alientos a dos. En este caso, como es orquesta reducida, se trata de alientos a uno. Tampoco tiene metales, salvo el corno francés que se considera parte de las maderas. Hay un sintetizador, cuya función es enriquecer el cuerpo sonoro de la orquesta; está el timbre del arpa y una caja musical, que es un personaje secundario en la ópera de cámara, así como la guitarra, instrumento poco típico en la ópera".

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Sobre la historia, la directora recuerda las sensaciones creadas por Poe en su perturbador y tenebroso relato que, "al vivirlas en escena se vuelven más reales. Se crea una empatía de emoción en la que hay duda, temor, enojo y todo conduce a una catarsis del grupo.

"La caída de la Casa Usher" se estrena el 30 de septiembre y el 1 de octubre en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.

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