A principios de los 90, la poeta mexicana Pura López Colomé se adentró como nadie lo había hecho a la obra de Louise Glück. Solicitó becas, armó proyectos, tradujo dos de los libros de la ahora Premio Nobel de Literatura 2020: Ararat y El lirio salvaje, que por desgracia no se pudieron publicar; sin embargo, quedaron los encuentros con Glück, las conversaciones sobre la traducción y una amistad que se volcó en cartas.
En 2018, gracias a una beca del Sistema Nacional de Creadores de Arte, Pura López Colomé pudo publicar Imperfecta semejanza II en la Dirección de Literatura de la UNAM.
En ese libro escribió un largo ensayo en torno a su obra, con poemas de casi todos sus libros y comentarios muy precisos. Que lo haya publicado la UNAM, su alma mater, fue el colmo de la felicidad y valió la espera.
¿Cuáles son los atributos de la poesía de Louise Glück?
Son esas imágenes deslumbrantes por su desgarradora consistencia; su manera de privilegiar la sintaxis al desnudo, nunca el brillo rítmico de la palabra en sí. A partir de un estilo austero, riguroso, oscilante entre la elipsis y la paradoja, establece el equilibrio entre canto y reflexión. Parte del dolor de la infancia propia, y lo hace extensivo a de todo ser humano. Hace del silencio una capacidad poética que se desarrolla hacia el núcleo expresivo, lo verdaderamente esencial. Desde joven, porque no lograba comunicarse bien con quienes la rodeaban, cultivó una capacidad para estudiar imágenes y esquemas del discurso, y ver las ideas que realmente encarnaban. Siempre ha logrado separar lo superfluo de lo profundo, sin elegir uno u otro.
La Academia ha valorado “su belleza austera”
La austeridad es justo una de las enormes virtudes de su poesía. No le importa la circunstancia, sino la metáfora. Es capaz de decir: “Al fondo de mi sufrimiento había una puerta”, y con esta austeridad llevarnos a todos a nuestra intimidad.
¿Su poesía nace de los mitos y una mirada a lo clásico?
No me parece que su poesía nazca de los mitos, o que tenga un claro anclaje en la tradición clásica como tal, sino que la conoce muy bien, la ha asimilado, y ha hecho de esos grandes arquetipos aspectos presentes universalmente hasta hoy.
¿Es conocida en la lengua española?
Pues se le conoce bastante bien en España. En México supongo que quienes se han interesado por mis versiones la conocen. En la UNAM están mis versiones, al alcance de cualquier lector.
¿Comparte los temas de Glück?
Desde que comencé a leerla sentí una enorme afinidad con su mundo: su manera de hacer subsistir al poema como presencia; el discurso que articula la verdadera percepción solitaria; la falibilidad humana frente a lo sagrado; su manera de animar lo eterno y congelar lo temporal y efímero mediante recursos expresivos y estilísticos de enorme alcance; y, a fin de cuentas, no darle importancia a lo autobiográfico per se, sino a la materia amorosa y doliente de que estamos hechos, y volverla paradigmática. Me pone delante un sueño lúcido muy suyo donde yo me encuentro.
¿Cómo la conoció?
Fue a principios de los 90 en Boston. Leí sus libros y quise traducirla. Pedí una beca a Conaculta, viajé a Estados Unidos sólo para conocerla y revisar mis traducciones con ella. Tuvimos acuerdos y desacuerdos, sobre todo porque su español era limitado, y yo tuve que explicar mucho más de lo que hubiera querido (la poesía no se explica), pero al final quedó feliz.
Frase
“No le importa lo autobiográfico per se , sino la materia amorosa y doliente de que estamos hechos... Me pone delante un sueño lúcido muy suyo donde yo me encuentro”, Pura López Colomé, poeta.