En obras realizadas por los frailes Bernardino de Sahagún y Diego Durán se habla de diferentes señales que presagiaban la caída de Tenochtitlán, como el paso de un cometa, una mujer que lloraba por las calles, una grulla con un espejo de obsidiana en la cabeza, el incendio repentino del Templo Mayor y la aparición de seres monstruosos. Alguno de estos presagios serán analizados durante la conferencia “Cometas, luz zodiacal y bolas de fuego: augurios de la caída de Tenochtitlán”.
La ponencia será presentada hoy a las 17 horas, por el investigador Jesús Galindo, del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE), como parte del ciclo La Conquista en el arte mexicano.
El astrónomo abordará la historia del Cometa Moctezuma, que fue documentado en la Historia de las Indias de Nueva España e Islas de Tierra Firme, más conocido como Códice Durán, un manuscrito del siglo XVI en el que aparece una ilustración de Moctezuma en una azotea y en el cielo un cometa.
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“Normalmente, un cometa, dependiendo de la cercanía y la relación entre el Sol, el cometa y la Tierra, se observa durante un periodo largo de días y puede coincidir con el año siguiente o el que le precede. Entonces no se puede saber en qué momento pasó ese cometa. Aunque para que Moctezuma hubiera visto algo en la noche, habría ocurrido en época de sequía, porque en la de lluvia no hubiera sido posible”, explica Galindo.
El cometa Moctezuma no es el único presagio relacionado con algún fenómeno en el cielo, en otras fuentes se habla que apareció un “un cometa muy largo, apareció y se fue”. Sin embargo, Galindo sostiene que “eso no pudo haber sido un cometa, a lo mejor un meteorito”.
El especialista también abordará fragmentos de Historia general de las cosas de Nueva España, de Sahagún, en especial de “una luz que apareció en el oriente a manera como de una pirámide, es decir, que era ancha en su parte inferior y subía para tomar esa forma”, algo que habría ocurrido cerca de 10 años antes de la llegada de los españoles al actual México.
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“¿Qué pudo haber sido? Astronómicamente es muy claro, porque los cometas —masa de piedra y hielo— que dan vueltas alrededor del Sol y conforme se acercan a él, la radiación solar evapora ese material y se desprenden polvo y gases. Generalmente un cometa tiene dos colas, una de polvo, que es la que refleja la luz, y una de gas. El cometa conforme avanza, deja polvo y éste también gira alrededor del Sol”, detalla e indica que de acuerdo a las condiciones del Sol, se refleja cierto tipo de luz.
En su investigación, Jesús Galindo habla de que “aparentemente lo que vieron los mexicas fue un evento excepcionalmente de ‘luz zodiacal’ provocado porque en esa época hubo un mínimo de manchas solares y eso sucedió en 1509 o 1510, que encaja muy bien con el registro histórico de Sahagún”.
También Sahagún describió que cuando los mexicas ya estaban cercados dijeron que de pronto vieron una bola de fuego que se movía y que cuando intentaron acercársele “desapareció”, pero que ese fenómeno es conocido como relámpago esférico, actividad que hoy explicará Galindo en la conferencia que será transmitida por el canal de YouTube del IIE.