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Con su audacia, el joven José Agustín llegó para cambiar la literatura mexicana. Sus lectores y seguidores lo recibían como a un ídolo de rock n’roll y con esa misma calidez fue despedido el autor de La tumba, quien falleció ayer, después de lidiar con la precaria salud que le dejó un accidente en 2009.
“Abrió la puerta y todos nos metimos a la fiesta”, es como el escritor Yuri Herrera condensa el impacto de la obra de Agustín en una publicación de la red social X.
Brenda Navarro, autora de Casas vacías, reveló que en los inicios de su carrera, aspiraba a hacer su propio “José Agustín style”, mientras que el escritor Juan Pablo Villalobos contó cómo el simple hecho de ver en su librero su ejemplar de Se está haciendo tarde era suficiente para no perder el ánimo ante el hecho de que aún no terminaba de escribir un libro. Estos testimonios de escritores mexicanos contemporáneos son reflejo del impacto que ha tenido Agustín en nuevas generaciones.
Emiliano Ruiz Parra, cronista y autor del prólogo del primero tomo de Tragicomedia mexicana de Agustín, destacó la audacia del escritor, una que no se había visto antes y que, asegura, tampoco se ha visto después.
“La literatura mexicana pierde a su escritor más audaz y original de su generación. Eso es mucho que decir, porque esa generación abrió muchas puertas y la literatura mexicana pudo explorar lenguajes, temáticas que la generación anterior, con escritores como Carlos Fuentes y Octavio Paz, no hizo porque veían mucho a Europa y estaba muy comprometida con la alta cultura. José Agustín y su generación también era cosmopolita y leía mucho en inglés, pero fue capaz de traer a la literatura mexicana temáticas cercanas, como los alucinógenos, el rock, la amistad entre jóvenes. Le quitó no dos, sino como 10 rayitas de solemnidad a la literatura mexicana. Quien abrió ese camino fue José Agustín”, declaró Ruiz Parra a EL UNIVERSAL.
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Conquista a los jóvenes
“Quién volviera a tener trece años, para leer de nuevo La tumba o La mirada en el centro con Iron Butterfly de fondo. Aplausos para José Agustín. Que descanse en rock”, escribió el autor Antonio Ortuño, al lamentar la muerte del escritor.
La obra del también ensayista y dramaturgo fue de los primeros acercamientos a la literatura mexicana para muchas personas.
“Cuando era adolescente, los libros de José Agustín y José Emilio Pacheco — entre los libros y mamotretos solemnes que debía leer en la secundaria— me hicieron pensar ¿esto también es literatura? Ambos me descubrieron un mundo nuevo”, contó Brenda Lozano, autora de Brujas.
Por su parte, lectores en general compartieron su experiencia de cómo Agustín los inició en el “lenguaje de la calle” y cómo los acompañó en los años de relajo en la preparatoria. “Me parece precioso que exista toda una generación que hoy recuerde con cariño La tumba, de José Agustín”, señaló una usuaria en X; “Nos enseñó a leer tal y como hablamos”, destacó otro.
Ruiz Parra señaló que precisamente Tragicomedia mexicana es una destacada obra de divulgación del “mural” que fue México y una herramienta muy útil para que los profesores de preparatoria “engancharan” a los estudiantes al estudio de la historia de México. “Fue un libro que denunciaba a un régimen autoritario y sangriento, y tuvo el mérito de publicarlo cuando aún estaba ese régimen”, agregó el autor.
“Es un gran legado. Su obra es muy sólida, tiene mucho que decirle a muchas generaciones. A diferenca de otras obras que se mueren con su generación, la de José Agustín seguirá hablándole a los jóvenes durante mucho tiempo”, concluyó Ruiz Parra.
Otras figuras que despidieron a Agustín fue el cineasta Guillermo Arriaga, quien lo reconoce como una gran inspiración; por su parte, Julián Herbert recordó la profecía que le dió el escritor: "te va a ir de poca madre". Entre las despedidas también está la de Margo Glantz, quien le dio nombre al movimiento literario que lideró Agustín, muy a pesar del escritor, como La Onda.
“Fue muy importante la aparición de la vitalidad y versatilidad de José Agustín. Cambió totalmente la forma de concebir el lenguaje y la estructura novelesca. No le gustó mucho que yo le pusiera La Onda, sin embargo, todos lo conocen así, es una especie de contrasentido”, dijo Glantz, en entrevista.