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Fotoperiodista de EL UNIVERSAL desde el año 2000, Jorge Serratos celebra 30 años de trayectoria con la exposición “Narco normalizado”, compuesta por 13 imágenes sobre narcotráfico que ha capturado en los estados de Nuevo León y Guerrero, y una charla homónima que impartirá hoy miércoles a las 12 horas en la Escuela de Periodismo “Carlos Septién García”, de la que egresó en 1988 y a la que vuelve para compartir su experiencia con estudiantes de nuevo ingreso.
El actual editor de fotografía de El Gran Diario de México, asegura que fue en 1993 cuando se publicó su primera fotografía y desde entonces ha podido registrar la violencia en México por parte de los grupos criminales, pero también donde ha visto la normalización de esa violencia por parte de la sociedad y de las propias de autoridades.
“Ahora ya la gente ha normalizado tanto la violencia que ya no protesta, las únicas que han salido a protestar son las madres y padres de los desaparecidos, de ahí fuera la sociedad está como pasmada, no creo que no salgan a protestar por miedo, sino que más bien ya es como que muy cotidiana la violencia, que veamos que levantan gente, que matan, que decapitan y hay una normalización de esa violencia cotidiana”, afirma el fotógrafo que desde su labor ve como esa violencia se ha incrementado y lo peor, es que crecerá en el próximo sexenio porque “estamos casi en campaña electoral y también yo no veo que los candidatos planteen nada”.
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Por eso le interesa la plática que tendrá hoy con chicos de nuevo ingreso porque hablará de su experiencia y mostrará algunas de sus imágenes, sabiendo que ellos son jóvenes y terminarán su carrera en medio de una violencia más intensa.
“Es muy triste ver cómo para estos chicos, que son mayores de edad, como uno de mis hijos y lo que veo es que para ellos es muy normal todo esto porque nacieron ya con un grado de violencia que es increíble, tanto en series televisivas, en música donde habla del narcotráfico, donde crecen en medio de la venta de drogas; entonces yo creo que ahí es donde debería empezarse a trabajar porque para todo los jóvenes sí la ven como muy normal”, afirma Jorge Serratos.
A lo largo de 30 años de trabajo, Serratos ha cubierto la violencia en México, mucha provocada por el narcotráfico en Tamaulipas, Nuevo León Michoacán, Guerrero; se ha creado estrategias para su cobertura, “siempre he procurado ser como una persona invisible, me ha resultado tal vez, no sé, porque soy bajito y procuro no hacer mucho ruido cuando estoy trabajando, o sea, les doy su espacio, si están llorando no llegó y luego luego hago fotos, voy midiendo el momento para ver cuándo puedo entrar y salir rápido; no quedarme ahí cinco minutos haciendo fotos, si no, llego, observo y cuando veo que es momento de entrar, entró, tomo cuatro, cinco fotos y me retiro rápido”.
Son estrategias que él como mucho otros colegas, han desarrollado. Por ejemplo, cuando hizo la cobertura de las autodefensas en Michoacán, siempre “anduve pegado con un grupo de los autodefensa y me hice un protocolo de seguridad, no era estar entrando y saliendo, no era irme a buscar un hotel y quedarme en otro lado porque eso puede ser mal visto porque pueden creer que traes y llevas información; si había que dormir en la calle o en el carro, ahí dormía”.
Eso, dice, les funcionó, porque de esa manera también “les ganamos más fotos a las agencias”, sin embargo, reconoce que también a veces ha sido temerario y por fotografiar hecho eso lo muestra como con mucha imprudencia por los fotógrafos, “pero si no tenemos ese poquito de imprudencia no logramos capturar cosas que quisiéramos tener”.
Una de las fotografías que se exhibe en la exposición “Narco -normalizado” que estará en la Septién casi todo el mes de septiembre para luego ser inaugurada en Pachuca, en la Casa Pädi, es la de un tráiler quemado. “Esa foto está con un angular, ahí tengo como metro y medio de distancia entre el sujeto y mi cámara, porque lo que te hace ese lente es exactamente hacerte la foto más atractivo por el plano que tiene y la forma que tiene, porque también pues deben de saber qué lente vas a ocupar, para qué cosa”, afirma.
O cuenta esa otra foto de Felipe Calderón Y Margarita Zavala y otros funcionarios donde hacen una guardia tras el incendio provocado en el Casino de Monterrey que dejó 52 víctimas, ahí la foto está hecha con telefoto porque lo que quería era mostrar la magnitud de la tragedia y a los funcionarios aplastados por esa tragedia.
Esas coberturas del narco son intensas y de alto riesgo. Al menos recuerda dos episodios en las sintió en peligro su vida. Una fue en Michoacán, tras el granadazo en Morelia, donde tuvieron que salir huyendo, dejando todas sus pertenencias, porque ya estaban bajo el ojo del narco. La segunda fue Tamaulipas, regresando de Matamoros, cuando pararon a fotografiar y reportear un altar a la Santa Muerte, en figuras gigantes.
Asegura que 30 años de trayectoria ha valido la pena. “He visto muchas cosas que yo creo sin esta carrera no hubiera visto y no hubiera llegado a donde me ha llevado; por ejemplo, he estado en Centroamérica, en Guatemala, El Salvador, Honduras y Estados Unidos, también por parte del trabajo he estado en Panamá, en Cuba, en Venezuela y haciendo cosas muy interesantes y simbólicas como la muerte de Fidel Castro. Coberturas que valen la pena, porque no sólo ha sido narcotráfico, también he cubierto otras secciones, por ejemplo, me ha dado la fortuna de retratar a grupos como Los Rolling Stones, a Paul McCartney, Madonna, fue poderlos retratar y tener eso en mi archivo, pues es muy padre”.
Porque, además, agrega, ha valido mucho la pena sobre todo como intentar mostrarle a la gente lo que ellos no ven, contarle las historias, nosotros somos los ojos de las personas y les mostramos la realidad en el momento que nosotros nos tocó para que ellos la observen”.
Aunque ha retratado muchos temas hay uno que le interesa como proyecto realizar: retratar también a los hijos de las víctimas del narcotráfico. “para mí sería muy muy importante buscar exactamente a los niños que perdieron a sus padres en esta guerra, saber que ha sido de ellos y cómo han realizado su vida y cuáles son sus metas, pero sobre todo ver si no tienen un rencor clavado contra la sociedad o contra los gobiernos por lo mismo que les arrebataron a sus padres, quizás empezar por Tijuana que me parece es la zona donde más huérfanos hay del narcotráfico”, señala Serratos.
La exposición “Narco normalizado” que este mediodía se inaugura en la Escuela de Periodismo Carlos Septien García, estará para octubre en la Casa Pädi de Pachuca, luego podría volver a la UAM y posteriormente exponerse en Querétaro.
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