El actor Joaquín Pardavé ("¡Ay qué tiempos Señor Don Simón!", de 1941) y la actriz Consuelo Quiroz se encontraban en escena cuando repentinamente se escucharon gritos de mujeres. Al incio, Pardavé pensó que era parte de la puesta en escena. Minutos después, todos escapaban para desalojar el Teatro Principal .
Se trataba de un incendio que comenzó en unas cortinas del recinto, considerado como uno de los teatros más antiguos de México.
Ya era la última función del día de “El Fracaso del Sábado”, y fue la última en sí de toda la historia del escenario del "Principal", después de aquel accidente.
Así fue como EL UNIVERSAL cubrió el incendio del Teatro Principal, en 1931.
Foto: Archivo
Se incendió el “Principal”
2 de marzo de 1931
- Se inició el fuego cerca de la una de la madrugada
- Se estaba presentando la última tana por la Cía. de Revistas de Soto, cuando se produjo la conflagración, principiando por la escena
- Enorme pánico entre el público y los artistas.— Muchas personas salieron por las azoteas de las casas contiguas.— Ocho heridos recogidos
El Teatro Principal, antes del devastador incendio. Foto: Colección Villasana-Torres
Esta madrugada, faltando veinte minutos para la una, estalló un violento incendio en el teatro “Principal” , uno de los más antiguos de México, el cual se inició al incendiarse una cortina en el propio escenario, en los momentos en que se representaba una revista denominada “El Fracaso del Sábado”. Afortunadamente, como era la última tanda, no había sino un público muy escaso, un centenar de personas en butacas y plateas y alrededor de doscientas personas en el resto de las localidades.
Al principio y en los momento en que estalló el fuego estaban en escena el actor Joaquín Pardavé , al final de un cuadro con otro actor y la tiple Consuelito Quiroz, de la Compañía de Roberto Soto, que actúa en dicho coliseo, cuando se oyó en el interior un ruido de alarma, escuchándose gritos de mujeres. Sin embargo, como el actor Pardavé expresó al público, mirando hacia “las cajas”, que no tuviera cuidado, el público, por breves instantes, creyó que se trataba de algún truco escénico de la propia obra, pero unos segundos después, quedó la escena vacía y se oyeron precipitadas carreras de los artistas hacia las salidas y por las escaleras de los camerinos y una enorme lengua de fuego salió hacia la sala, envolviendo una de las decoraciones o telones suspendidos sobre el escenario.
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Entonces, el público comprendió que había una seria conflagración y precipitadamente se arrojó sobre las salidas y pasillos, quedando vacía en un instante la localidad baja, no así la alta, que con dificultades y gran estruendo se estaba desalojando, entre gritos de horror y golpes. Los artistas del teatro que no estaban vestidos por completo salieron como estaban, pero algunos parece que no tuvieron tiempo y ganaron las azoteas, para pasarse a las demás casas, pero se encontraron que por el lado del Banco de Londres y México la altura del edificio hacía infranqueable la salida y prefirieron salir por las casa inmediatas, como el Hotel Coliseo, casas que dan a la calle de Motolinia.
Uno de los redactores de “El Universal Gráfico”, nuestro compañero José G. Morales, que en unión de su esposa y del señor Rafael Solana, también redactor de “El Gráfico”, presenciaba la función desde la platea número 7, a la izquierda de la sala, pudieron ser de los primeros en salir. Inmediatamente, el primero telefoneó, desde “El Fénix”, al Cuartel Central de Bomberos y a la cuarta demarcación, dando aviso de lo que ocurría y manifestando la urgencia de prestar auxilio a los artistas y personas amenazadas por el fuego en el interior del teatro o en el cabaret “Principal” que queda encima del vestíbulo del coliseo de la calle de Bolívar, pues nuestro compañero pudo ver en la azotea a un regular número de personas, la mayoría mujeres, que desde lo alto del teatro daban voces pidiendo socorro.
Foto: Fototeca Nacional vía Mediateca INAH
En un momento, la calle donde está ubicado el teatro que se incendiaba, quedó desalojada de vehículos y a los tres minutos, que llegaron los primeros auxilios del Cuartel Central de Bomberos, éstos pudieron maniobrar con libertad para atacar el fuego y proceder al salvamento de las personas que había aún en el edificio.
Las llamas, con una rapidez increíble, estimuladas por el fuerte viento que soplaba, envolvieron una gran parte del teatro, amenazando a las casas contiguas.
Cómo se salvó la familia Arcaráz
La familia de don Enrique Arcaráz habitaba en un departamento en el último piso del teatro. En los momentos en que comenzó el fuego, las dos niñas hijas del señor Arcaráz, su esposa y el mismo Arcaráz buscaron una salida, huyendo de las llamas. Dos de los bomberos que primero llegaron al techo del teatro para tender las mangueras, tomaron en brazos a las chiquillas salvándolas de una muerte segura. Otros miembros del Cuerpo de Bomberos, tendieron escaleras por las cuales pudieron bajar a todas estas personas.
El público, que desde la calle presenciaba la conflagración, se prestó a tender las escaleras, ayudando a los bomberos en las obras de salvamento.
Entre tanto, del restaurante instalado en planta baja del edificio, fueron sacados varios barriles que contenían líquidos inflamables.
El edificio del Banco de Londres, amenazado
Las llamas, que en pocos momentos alcanzaron grandes proporciones, amenazaron los edificios contiguos, estando en grave peligro el edificio del Banco de Londres y México , así como la casa contigua al escenario del Teatro, en la cual hay instaladas varias vasas comerciales cuyos muros fueron refrescados por los bomberos.
El maestro Luis Rosado, que dirigía la orquesta, nos dice que tiene la seguridad de que algunos de los tramoyistas y músicos no pudieron salir a tiempo del escenario y supone, por lo tanto, que hayan muerto. Cree también que la señora Carmen Velasco de Janet no pudo salir violentamente de unos de los camerinos, en donde se encontraba en compañía de otra persona.
Foto: Fototeca Nacional vía Mediateca INAH
Tres heridos graves
La Cruz Roja , momentos después de producirse el incendio, recogió a varios heridos, entre ellos tres graves. El señor José González Ortega fue curado de quemaduras en las manos, rostro y espalda. Nos dijo el herido que se hallaba en el escenario en los momentos que comenzó el fuego. No sabe exactamente el lugar donde se inició el destructor elemento.
Dice que cuando pretendió salir, la puerta que comunicaba con el pórtico del teatro, se encontraba cerrada, por lo cual él y varios de los artistas lucharon durante algunos momentos para franquear la salida. Vió entonces caer a algunos de los artistas, cuyos nombres ignora. La señorita María Mercedes Rodríguez presenta varias heridas en el rostro y las manos. Es una de las segundas triples que, según relata, se hallaba en uno de los camerinos cuando, sin explicarse cómo, vió a su frente una cortina de fuego. Al querer ganar la salida, recibió las quemaduras que presenta.
Otro de los lesionados graves fue el músico Fidel Ramírez, quien tiene quemaduras graves en el rostro. Declara que en los momentos en que pretendió entrar al escenario para recoger algún objeto, le cegó una llamarada, y que nada supo después de cómo se salvó.
El tramoyista Adolfo E. Fernández fue recogido también con graves quemaduras en la espalda y en las manos. Nos dijo que no sabe cómo fue salvado, pues se hallaba en medio de la hornaza del escenario.
Leonardo Escalante otro de los tramoyistas fue recogido por los bomberos y enviado a la Cruz Roja. Las ambulancias de la Cruz Verde recogieron al señor Adrián Morfin, padre de la artista Blanca Morfin presentando varias quemaduras en el rostro. Su estado no es grave.
Foto: Fototeca Nacional vía Mediateca INAH
Un desconocido fue recogido del callejón que conduce a los camerinos. Por su grave estado, no ha podido declarar y no ha podido ser identificado.
Varias de las segundas tiples fueron curadas en la Cruz Roja, pero como presentaban quemaduras leves, previa responsiva médica se retiraron a su domicilio.
En las afuera del teatro se aglomeraron todas las segundas tiples y demás miembros de la compañía, unos con las caras aún pintarrajeadas, algunos a medio vestir haciendo comentarios de la desgracia que tan repentinamente se abatió sobre todos ellos, y muy especialmente sobre Roberto Soto, el popular actor, que a fuerza de trabajos y esfuerzo personal había logrado dar vida a la compañía, y en un instante perdió todo su capital, al convertirse en cenizas el decorado y el vestuario que tan cuidadosamente había hecho para su jira (sic.) por España, y que le sirvió para montar los espectáculos que desde hace unas semanas ofrecía en el teatro que hoy está convertido en ruinas.
Roberto Soto
no estuvo presente en la catástrofe. El actor se encuentra tirado en el lecho, con una fiebre de cuarenta grados a consecuencia de la gripa. Y hasta su residencia fueron algunos de sus compañeros a llevarle la triste nueva.
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Roberto Soto pierde cincuenta mil pesos
El empresario Roberto Soto ha perdido en el incendio de ayer no menos de cincuenta mil pesos, pues el atrezzo y vestuario y decorado de las revistas que estaba dando en esta temporada, quedaron convertidos en pavenas.
Por lo que se refiere al edificio, propiedad de los señores Arcaráz Hermanos, se calcula que la pérdida llega a un millón de pesos.
Hasta los momentos de cerrar esta edición, se logró localizar el fuego. Del viejo edificio, sólo queda por decirlo así, el “cascarón”. Se están tomando precauciones para evitar el derrumbe de una pared. La fachada está intacta.
Ernesto Finance lloraba silenciosamente a media calle, conmovido por el desastre que deja sin trabajo a todos los artistas que trabajaban en el Principal y que dejaron en sus camerinos sus ropas, sus pelucas y todo aquello que les servía para ganarse el sustento divirtiendo al público. Todos ellos tendrán que volver a trabajar de nuevo para rehacer lo perdido. El “Chaflán”, también dejaba deslizar lágrimas por sus mejillas, saliendo de la hornaza en que estuvo convertido el foro, en camiseta, y un compañero tuvo que prestarle una camisa para cubrirse.
La noticia del incendio se propaló rápidamente y los demás teatros se vaciaron corriendo los artistas en masa a ver cómo ayudaban a los compañeros en desgracia.
Foto: Fototeca Nacional vía Mediateca INAH
Entrevistamos al señor Eduardo Pastor, Director de Escena en el Teatro “Principal”. Nos dijo que se encontraba en el escenario en los momentos en que estaba siendo representado el cuadro del “Sillón y el Radio”, cuando de pronto se dio cuenta de que la cortina negra que formaba el fondo del escenario y que seguía por los dos lados cubriéndolo también, comenzaba a quemarse por el lado derecho del apuntador. Inmediatamente se dirigió a los camerinos de los artistas:
- ¡Todo mundo afuera!... - Y en seguida se dió cuenta de que todos los artistas salían de sus camerinos dejando sus objetos personales en los cuartos. Los tramoyistas y electricistas comenzaron a su vez a bajar de los telares, habiéndose quedado sin embargo tres de ellos, llamados Juan Chávez, Luis Flores y otro más del que se ignora el nombre.
El público, mientras tanto, había sido avisado por Pardavé y poco a poco salieron del salón.
El señor Enrique Arcaráz, quien con su hermano Santiago son los propietarios del “Teatro Principal”, nos refirió que su familia se encontraba recogida en las habitaciones que tienes reservadas en el mismo edificio. El se encontraba en las taquillas haciendo la liquidación y de pronto se dió cuenta de que salían algunas personas dando voces. Por fortuna la salida de seguridad del escenario es amplia y comenzaron por allí a salir los artistas y el público. El señor Arcaráz inmediatamente subió a las habitaciones por los miembros de su familia, dándose cuenta de que la escalera que acababa de usar para llegar a las alcobas, estaba quemada al tratar de regresar y entonces por las azoteas hacia el lado del “Hotel Coliseo”, pudo llevar a los miembros de su familia, poniéndolos a salvo.
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El señor Arcaráz se encontraba en un estado de nerviosidad atroz. Nos dijo que estimaba, a “grosso modo”, un millón de pesos las pérdidas, contando decoraciones, atrezzo de las artistas, etc.
El señor Francisco Cornejo, que tiene su cuarto en el número sesenta y uno del “Hotel Coliseo”, nos brindó su habitación, pues desde allí se podía ver perfectamente todo el siniestro, ya que los techos de lámina del teatro cubierto en llamas. Y aquello adquirió pronto un carácter tremendo, dándose cuenta el señor Cornejo, al caerse los techos de lámina, que había aún personas dentro, en el lado del escenario, por lo que se supone que hay varios muertos carbonizados.
Daños en las propiedades contiguas
Las casas colindantes al teatro sufrieron daños de mayor o menor consideración. Hicimos un rápido recorrido por todas ellas y pudimos anotar los datos siguientes:
Hotel “Buen Tono”, ubicado en la Avenida 16 de Septiembre: los excusados y cuartos de baño del segundo piso resultaron quemados, pues las llamas que salían de las bodegas del teatro penetraron haciendo presa en puertas y ventanas.
Empresarios teatrales y policias en el Teatro Principal después del incendio. Foto: Fototeca Nacional vía Mediateca INAH
Edificio del Banco de Londres y México: resultó sin daños. Los bomberos lograron aislar el fuego y sólo algunos despachos fueron inundados por el agua que se virtió sobre los muros para refrescarlos.
Casa número 37 de Motolinia: un cuarto del piso alto, ocupado por una familia, quedó reducido a cenizas.
Casa número 33 de Motolinia: casa de huéspedes, un cuarto del piso superior quemado. Otro materialmente destruído por el agua y por los derrumbes necesarios que tuvieron que hacer los bomberos para aislar el fuego.
Hotel Coliseo, en las calles de Bolívar contiguo al teatro: los cuartos superiores quedaron destruidos; el fuego hizo presa en puertas y ventanas.
En ninguno de estos edificios se registraron desgracias personales.
El policía 191, Leonardo Pérez, resultó herido al pretender salvar algunas personas.
Complementarias
En la cuarta demarcación de Policía, fueron recogidos Luis Gutiérrez, con lesiones graves y quemaduras en varias partes del cuerpo; Miguel Pulido, con signos de asfixia.
Se teme que uno de los electricistas que se encontraban en el sótano del teatro, haya perecido. Los bomberos hasta la madrugada no han encontrado ningún cadáver.
fjb