El arte de (Connecticut, 1973) va más allá de la polémica por convertir las cenizas de Luis Barragán en un anillo de diamante. Su obra se puede conocer en la (Gral. Francisco Ramírez 5, Ampliación Daniel Garza, Amp Daniel Garza, Miguel Hidalgo), donde se exhiben sus creaciones más recientes, que surgen tras una reflexión sobre el trabajo y el valor que se le da, a partir de la pandemia de Covid-19.

“Cada exposición explora el entrelazado entre la economía y las vidas humanas tanto a pequeña como a gran escala”, explica la galería.

Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR
Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR

Foto: LABOR, cortesía

En la muestra titulada “Labor Days” se puede ver de primera mano el perfeccionismo que caracteriza a la artista estadounidense. La detallada y laboriosa caligrafía de “Labor Days”, obra que le llevó días hacer a la artista al recrear mensajes de los presidentes Donald Trump y Joe Biden sobre esta efeméride; el corte exacto para formar collages de libros de elegantes arreglos florales en su obra “A Book of Cut Flowers” y el demandante cuidado que implica su instalación “Market Flowers” -adaptada al contexto de un mercado mexicano-, pues se deben lavar y cambiar constantemente las flores, son algunas de las piezas que se pueden ver en esta exposición, que se trata de una segunda entrega, pues en primavera-verano ya había presentado “Tender”, en este mismo espacio.

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Sobre la atención al detalle y arduo labor manual que implicó crear estas obras, Magid dice a EL UNIVERSAL -a través de correo electrónico-, que en estas obras se puede ver su mano dentro de estas piezas, a través del dibujo y del corte.

Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR
Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR

Foto: LABOR, cortesía

“Dibujar a mano estas cartas presidenciales fue una forma de insertar mi propio cuerpo a este concepto politizado del trabajo “americano”. La atención de las manos -las mías o de otros- es consistente en esta exhibición: se ven manos manejando dinero en la película ‘Tender Balance’ (también presente en LABOR), y las flores cortadas a mano en la serie ‘A Book of Cut Flowers’. Para mí, la pandemia trató mucho sobre el aislamiento, la falta de tacto humano, incluso el miedo de tocar el dinero. Quería sentir y hacer visible el trabajo que implicó hacer estas obras, como una especie de experiencia física, sensual y temporal”, explica Magid sobre la labor manual que hay detrás de las obras de arte.

La artista afirma que los procesos de creación de estas obras la hicieron consciente del paso del tiempo. Señala que tan sólo dibujar el mensaje de Joe Biden en gran formato le llevó 46 horas de trabajo.

“A través de estos dibujos pude ver mi trabajo como imagen. A veces, mientras dibujaba, pensaba en el significado de esas palabras, pero luego me perdía entre las formas abstractas de las letras. En estos momentos, estaba abocada puramente en mi trabajo (...). Las palabras de los presidentes, generalizando y mitificando el trabajar, se volvieron un trabajo físico para mí”, dice Magid, quien agrega que decidió recrear estos discursos de presidentes como un ejercicio dual: mantiene el peso del discurso oficial, pero a la vez muestra a las palabras como formas abstractas.

Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR
Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR

Foto: LABOR, cortesía

La artista explica que para explorar los conceptos de “trabajo” y “valor”, y cómo le damos más peso que al valor de la vida humana, decidió trabajar con objetos comunes, como monedas -que para su performance “Tender” mandó a grabar la frase “THE BODY WAS ALREADY SO FRAGILE” (“El cuerpo ya era muy frágil”, en español).

Las flores, otro objeto cotidiano y con gran protagonismo en esta muestra, también ayuda a reflejar la fragilidad del humano, de la que se adquirió consciencia durante la pandemia.

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“Las flores frescas se encuentran entre la vida y la muerte; su belleza y valor están relegados a su fragilidad”, afirma Magid. La artista explica que al usar flores reales para “Market Flowers” o usar ilustraciones o fotografías de libros raros y costosos para su serie “A Book of Cut Flowers”, las “saca” de los flujos de circulación del mercado en el que usualmente se encontrarían. “Cortarlas tan finamente las vuelve objetos únicos y delicados. El proceso de hacer estas obras de arte es tanto destructivo como creativo”, agrega.

Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR
Jill Magid reflexiona sobre la relación del trabajo físico y la fragilidad del humano, en LABOR

Foto: LABOR, cortesía

Magid cuenta que en sus futuras obras se podrá ver el interés que ha desarrollado por las flores, objeto bello que se obsequia en momentos de felicidad, pero también de pérdida, que pese a ser efímeras, tienen un valor en el mercado. “Tengo algunas piezas en las que estoy trabajando en el estudio que explora las flores en el espacio digital y de otras formas que aún tengo para mostrar”, adelanta la artista.

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melc