El trasfondo de la nueva novela del Premio Nobel de Literatura 2017, Kazuo Ishiguro , es prácticamente el de un mundo distópico, donde los seres humanos se han quedado sin empleo, sustituidos por los robots; sin embargo, en el primer plano de la historia que relata en Klara y el Sol (Anagrama, 2021), hay una idea más optimista sobre los seres humanos , quizás porque con los años, el escritor japonés se ha vuelto más optimista y confía en las personas.
“En Klara y el Sol el trasfondo no es completamente oscuro, yo quería mostrar una sociedad que intentara hacer frente a los cambios y que se reorganiza para tratar de salir adelante; y que aunque se muestran sociedades que viven en un entorno donde hay milicias, yo no quería decir que el mundo vaya en esa dirección”, dijo el narrador en un encuentro con la prensa de habla hispana.
“Lo que digo es que hay grandes desafíos, desafíos a los que nos enfrentamos por esos cambios radicales en la ciencia y en la tecnología y uno de los grandes problemas es el desempleo masivo, y no tenemos una respuesta adecuada; la inteligencia artificial va a eliminar muchos empleos, y eso va a ser complicado, pero también es fácil pensar que se van a crear nuevos empleos, así que igual tendremos que pensar en cómo vamos a dirigir nuestras sociedades”, señaló.
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Klara es una AA (Amiga Artificial) especializada en el cuidado de niños; mientras pasa sus días en una tienda esperando a que alguien la compre y se la lleve a una casa, observa el mundo desde su escaparate, mira a los transeúntes, sus actitudes, sus gestos, su modo de caminar, y es testigo de algunos episodios que no acaba de entender.
“Ese sistema del capitalismo lo tenemos que abandonar, en la novela la gente ya no es desempleada sino post empleada es así como se les denomina, entonces cómo sobrevive la gente postempleada, esa idea capitalista que ya no funciona; no tengo soluciones, ninguna recomendación más allá de decir que son temas en los que deberíamos reflexionar y sin duda el tema del desempleo es uno de los más urgentes, más que el temor de si los robots se van a hacer con el control del mundo o no”, aseguró Ishiguro.
El también autor de Pálida luz en las colinas , Un artista del mundo flotante , Los restos del día , Los inconsolables , Cuando fuimos huérfanos , Nunca me abandones y El gigante enterrado , comentó en enlace con medios desde el Reino Unido , que tuvo que cambiar su actitud en los últimos años.
“Cuando llegué a la tercera edad, o me he hecho un poco mayor, me he hecho más optimista”, aseguró el narrador que agregó que la era de la vigilancia, de la inteligencia artificia l, de los big data pueden sacar partido de las ventajas que tenían los sistemas democráticos liberales”.
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El escritor nacido en Nagasaki , en 1954, que vive en Inglaterra desde 1960, aseguro que las democracias liberales antes proporcionaban sociedades más ricas e hicieron que muchos países abandonaran los sistemas opresores, pero que hoy es posible que la inteligencia artificial y el big data eliminen esa ventaja y es posible que sociedades centralizadas autoritarias tengan herramientas que no existían durante la Guerra Fría .
Ishaguro aseguró que no podemos ser tan complacientes, “creo que se están abriendo nuevas direcciones en nuestras sociedades liberales democráticas y me parece que nos cuesta mucho gestionar este tema. Es decir el análisis izquierda-derecha no está funcionando, no funciona”, afirmó el Nobel.
Dijo además que en esta novela está otro de sus intereses, la falta de perspectiva de las personas, y Klara tiene una visión muy restringida y llega a la historia sin historia, sin prejuicios. “Cada vez que me siento a escribir una historia agonizo durante mucho tiempo para ver qué tipo de limitación debe tener el narrador”, dijo el creador respecto a su octava novela, de la que ya llevaba escrita una tercera parte cuando recibió el galardón.
El dato
Klara y el Sol (Anagrama) plantea una idea más optimista sobre los seres humanos.