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Isaac Hernández llegó a México hace un par de horas, su agenda contempla 15 entrevistas diarias durante toda la semana, reuniones y un arduo trabajo para lo que será la última edición de uno de los proyectos que echó a andar en México, la Gala Despertares. Una noche antes ofreció una función más de La cenicienta con coreografía de Christopher Wheeldon, en el Royal Albert Hall, uno de los recintos más importantes de Londres. Las reseñas y críticas especializadas han alabado la producción y la interpretación del jalisciense por ser “un dulce y encantador príncipe”.

El bailarín principal del Ballet Nacional de Inglaterra, una de las compañías más importantes del mundo, anunció hace unos días que Despertares, que se presentará el 20 de julio en Guadalajara y contará con 45 bailarines de importantes compañías de Europa y Estados Unidos, será la última porque no encontró “condiciones” para continuar.

“Llevamos ocho años con Despertares y desde el principio me he dado cuenta de que hay situaciones que hacen que esto sea un proyecto milagroso año con año. Por ejemplo, la cantidad de burocracia que existe para tener acceso a un apoyo gubernamental es increíble. El apoyo del gobierno, que es semilla, es fundamental pero este año no lo tengo”, dice en entrevista.

Hernández ha tocado las puertas del gobierno federal desde que nació Despertares, pero ahora fue distinto. Hizo peticiones a la Secretaría de Cultura y al INBA, le recomendaron que hiciera la solicitud a través del Profest, uno de los programas para los que se destinaron 500 millones de pesos adicionales que el sector tiene de presupuesto para 2019.

“Lo intenté con Profest pero hay tantos requisitos que el proyecto no es siquiera elegible para poder obtener el apoyo de medio millón de pesos, de hecho mandé un oficio al INBA con todos mis comentarios al respecto porque en serio, bajo ese esquema es verdaderamente imposible que un proyecto como Despertares pueda acceder”, dice.

Hernández envió también peticiones a la Secretaría de Cultura pero no obtuvo respuesta, hasta hace dos días cuando le ofrecieron una reunión. “Estoy a menos de un mes de que iniciemos el proyecto”, dice. Aún así tratará de que en su agenda planeada con precisión casi quirúrgica desde hace meses, haya un espacio para pactar un encuentro solicitado de último momento.

“En el sistema actual para la promoción de la cultura o para la producción de este tipo de eventos, no hay mecanismos que nos permitan, a los productores, ser competitivos. A mí nunca me importó hacer todos los procesos burocráticos que siempre han existido, fueron rounds que se echó mi hermana Emilia durante mucho tiempo, siempre nos hemos enfrentado a esto”, agrega.

Para Hernández, quien obtuvo el Benois de la danse por el ballet Don Quijote con la Ópera de Roma, bajo la dirección artística del legendario bailarín ruso Mikhail Baryshnikov, el apoyo del gobierno federal sólo representa entre 5% y 7% del total que se requiere para emprender una gala con más de 40 bailarines de más de 20 compañías internacionales.

“Ese primer apoyo nos daba la certeza para empezar a contactar artistas, para hacer los preparativos básicos. Siempre he luchado por hacer una unión de esfuerzos entre la iniciativa privada y el gobierno federal, pero cuando intenté involucrar más a los empresarios me di cuenta de que hay muy pocos beneficios para ellos, más allá de lo que pueda impactar a su imagen, hay muy pocos beneficios para adentrarse en la filantropía. En Estados Unidos, las artes, en su mayoría, dependen de individuos y de la iniciativa privada porque han tenido una cultura de mecenazgo desde hace generaciones. En México no podemos ser competitivos frente a un proyecto, como Disney On Ice, pero Despertares tiene el potencial para convertirse en un proyecto de nación si hay interés”, advierte.

Y agrega: “Este tipo de conversaciones en el gobierno están siendo relegadas por otras prioridades, por eso decidí dar un paso hacia atrás. No puedo planear a futuro con incertidumbre. Me gustaría que el gobierno estudie la posibilidades de que haya proyectos que eventualmente se conviertan en una filantropía sustentable. Creo que no soy el único ni el último productor mexicano que está encontrándose con esta realidad del país”, advierte.

El año pasado, Despertares tuvo dos funciones en el Auditorio Nacional. Adicionalmente, a través de su productora Soul Arts, creó Despertates Impulsa, Industrias Creativas en México, que se centró en la enseñanza y capacitación en distintas áreas tales como animación, cine, fotografía, diseño, arte urbano, nuevas tecnologías, coreografía, ballet, entre otras. Además facilitó 15 becas para el English National Ballet.

Suma de esfuerzos. Este 2019 lanza el segundo año de Impulsa; ofrecerá conferencias, workshops y clases magistrales totalmente gratuitas con el apoyo del gobierno de Jalisco, de la Secretaría de Cultura de Jalisco (SC) y de la Universidad de Guadalajara, del 15 al 20 de julio en Guadalajara. También, por vez primera en su historia, el San Francisco Ballet realizará audiciones en México, en Guadalajara.

“Despertares hizo lo imposible con el ballet, hemos dado resultados extraordinarios, sentamos el precedente de que estos proyectos benefician al país. Tengo que considerar cómo puedo consolidar los proyectos porque hasta hoy han existido de milagro, quiero que no dependan de un Isaac Hernández, que tiene que venir a echarse todas las peleas para que 15 niños reciban una beca”.

Isaac tiene una voz firme, no acusa, plantea realidades. Recuerda que su sueño era “revalorizar lo que significa un bailarín en la sociedad”. Y lo logró. Hoy es posible tener noticias de bailarines mexicanos en distintas compañías y el jalisciense formó parte de una generación que comenzó a colocar a México en el mapa del ballet mundial.

Dar un giro a su proyecto, reconoce, provoca emociones agridulces. “Las diferentes marcas han volteado a ver a un golfista, a un futbolista, y ahora voltearon a ver a un bailarín, eso es revolucionario en nuestro país; mi interés ahora es que volteen a ver más proyectos culturales”.

El bailarín siempre ha buscado estar en proyectos visionarios como la versión de Cenicienta en Londres, una gigantesca producción técnica y artística con más de 130 bailarines en escena y 370 vestuarios originales distintos. “Fue extraordinariamente complejo, teníamos que recorrer tres veces el espacio, con público en todas partes y muy cerca, físicamente fue muy demandante, perdí muchísimo peso, tuve que ser muy disciplinado. Se logró que el ballet fuera para todos y eso es justo lo que yo he tratado de hacer con Despertares. Fue interesante ver cómo sí se puede llegar un público masivo con un ballet clásico”.

La Gala Despertares se despedirá con un elenco conformado de figuras como Esteban Hernández (San Francisco Ballet), María Alexandrova y Vladislav Lantratov (Bolshoi Ballet) y Natalia Osipova. “Siempre quise traer lo mejor, nunca dejé que los bailarines escogieran un repertorio que cumpliera, quería ofrecer lo mejor para que la gente volviera a ver ballet. A Natalia la invité desde hace años, ya no hace galas y me dijo que sólo vendría a la mía, estrenará una pieza con nosotros y no podía acabar el proyecto sin ella; a Alina Cojocaru tampoco la ves en galas y también me dijo que no se la quería perder, bailará La bella durmiente, un papel emblemático para ella”.

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