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El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura ( INBAL ) rindió homenaje a Carlos Fuentes en su décimo aniversario luctuoso .
Los especialistas en su obra Hernán Lara Zavala, Alberto Vital, Florence Olvier y Javier Garciadiego fueron las voces participantes en el encuentro moderado por Lucina Jimenez, directora del INBAL, y en presencia de Silvia Lemus, viuda del escritor.
En este encuentro Jimenez anunció que a partir de un diálogo con Silvia Lemus y Florence Olivier, el Instituto explorará la obra dramática de Carlos Fuentes. La relación de Fuentes con las artes visuales, como el cine, y la danza, son los otros pendientes a trabajar, indicó Jiménez.
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El aspecto multifacético de Fuentes también fue abordado por Florence Olivier, catedrática de Literatura Comparada en la Universidad Sorbonne Nouvelle Paris. La académica destacó el peregrinar y desplazamiento de Fuentes a través de la cultura y sus “mil caras” como narrador, dramaturgo, guionista de cine, disciplinas a través de las cuales fue capaz de dialogar en América y Europa. “Es un escritor muy propio del ombligo de la Luna (...) pero también un escritor de las dos orillas del Atlántico”, afirmó.
Coincidiendo con el Día del Maestro, los exponentes destacaron a los grandes maestros de los que se rodeó Fuentes, como Juan Rulfo, Juan José Arreola, Octavio Paz, su profesor de leyes Manuel Pedrozo, pero sobre todo Alfonso Reyes, a quien conoció por parte de su padre, el diplomático Rafael Fuentes, en la Capilla Alfonsina.
Javier Garciadiego, director de la Capilla Alfonsina y del Archivo de Alfonso Reyes de Bellas Artes, contradijo a la frase del propio Carlos Fuentes: “Aprendí literatura en las rodillas de Alfonso Reyes”.
“Fuentes se hizo escritor solo, nada de las rodillas de Reyes”, aseguró. Sin embargo, reconoció que la relación entre las dos figuras de la literatura mexicana fue estrecha y relevante para la historia literaria de México: “Yo creo que es importantísimo hacer historia cultural de estos años de medio siglo porque ahí se forma todo”.
“El impulsivo joven y el viejo generoso”, así fue como Garciadiego resumió la relación entre Fuentes y Reyes, una amistad que lejos de formarse en las rodillas, surgió del acompañamiento y la asesoría.
Hernán Lara Zavala, director de la Colección Nuestros Clásicos de la UNAM, señala que la energía y capacidad de combinar la fuerza de voluntad y la fortuna del talento le permitieron al autor de “Aura” y “La región más transparente” adentrarse como escritor y entrar en el alma mexicana.
Lara Zavala señaló que en la actualidad, ante los “problemas” que “hay entre países”, es importante rescatar el libro “La frontera de cristal”.
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Por su parte, el escritor Alberto Vital abordó en su participación la habilidad de Fuentes de adueñarse de la palabra a través de los sonidos.
“La música de la palabra logra sus efectos con muy pocos utensilios, por ejemplo los módicos 22 fonemas del español americano. (...) En otros textos de Fuentes hay evidentemente un enriquecimiento de la palabra a través de sonoridades de lenguas indígenas. Desde los primeros libros, los nombres propios sintetizaban el vastísimo repertorio tonal del autor, Pimpinela de Ovando, Ixca Cienfuegos, Aura (...) nombres característicos que terminan conduciéndonos (...) a historias condensadas que nos permiten aprender un aspecto arquetípico de la vida, mediante un relato, que las comunidades hacen suyo y comparten durante generaciones”.
melc