El informó a que ya está en proceso de "cubrir adeudos en meses anteriores" a la empresa , que provee los servicios de vigilancia en sus museos.

De acuerdo a comunicados internos de SEICSA, el INBAL adeuda los pagos de agosto, septiembre y octubre. Recién esta semana cubrió el pago pendiente del mes de julio, informó la empresa a sus empleados, quienes llevaban dos quincenas sin paga y continuan vigilando los museos Palacio de Bellas Artes, Museo de Arte Carrillo Gil, la Casa-Estudio Diego Rivera y el Museo Nacional de Arte ( ).

“Actualmente, con colocación de recursos, en este mes de noviembre, por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la empresa regularizará el pago de su nómina”, detalló el Instituto.

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INBAL no detalló el motivo por el cual dejó de pagar a SEICSA desde el mes de julio.

A inicios de noviembre, SEICSA explicó que aún sin paga del Inbal había podido cubrir la paga de sus empleados en estos meses, sin embargo que “el capital con el que se contaba no es suficiente para continuar solventando el pago de la nómina de octubre y los siguientes meses.

“Es insostenible, yo rento. Todos mis compañeros andan igual, pidiendo dinero. La empresa no nos dice ni para cuándo, no hay nadie que nos dé la cara. Nos sentimos impotentes. Ya varios compañeros ya se salieron”, contó Ricardo, un vigilante de museo, sobre el panorama que viven los trabajadores.

Sin embargo, la falta de pago no es la única irregularidad a la que se han enfrentado los trabajadores de Seicsa. Tanto Ricardo, como Martha, exempleada de uno de los recintos afectados, explicaron a este medio que en el periodo de tiempo trabajado no gozaron de vacaciones, solía pagar con atrasos o quincenas incompletas, e incluso que cambian seguido de razón social. “Es una empresa irregular, pero nos aguantamos por mantener el trabajo”, explicó Ricardo.

Martha explicó que cuando fue contratada por SEICSA le ofrecían seguro social, uniformes y vacaciones pagadas. “Al poco tiempo que ingresé empezaron a fallar con los sueldos y los compañeros me mencionaron que esa situación no era nueva”, contó.

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“Nunca nos dieron el uniforme. Yo me compré el pantalón, la camisa y el saco que nos exigen. Si yo faltaba un día, sí me descontaban mil pesos, pero si trabajaba días festivos no me lo pagaban”, detalló Martha sobre las irregularidades, que la llevaron a renunciar.

En el comunicado compartido por Seicsa, la empresa pide comprensión por parte de los trabajadores, así como “no tomar actitudes que resulten no adecuadas y que puedan afectar al servicio, ya que existen sanciones por parte del INBAL si se presentan este tipo de situaciones y esto podría afectar los pagos de los adeudos”.

Ambos entrevistados pidieron que sus nombres no se dieran a conocer, por temor a represalias. “Todos los trabajadores tienen miedo de decir algo. Hasta dónde llega la necesidad que todos siguen trabajando sin recibir sueldo”, dijo Martha.

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