Señor Director:

En relación con la nota publicada el día de hoy bajo el título 200 vestigios arqueológicos fueron destruidos por obras del , por este medio solicito a usted la publicación de las siguientes notas aclaratorias:

En primer lugar, debemos enfatizar de manera contundente que es completamente falso que haya habido destrucción de monumentos arqueológicos durante la construcción del Tramo 7 del Tren Maya, como lo afirma la nota en cuestión, a partir de declaraciones sin elementos de prueba.

Al respecto debe recordarse que la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos faculta al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para investigar, proteger y difundir el patrimonio arqueológico del territorio nacional.

En atención a esta responsabilidad y obligación, el INAH implementó un amplio programa de salvamento arqueológico en los 1,554 kms. que corresponden a trazo de la vía del Tren Maya, así como en los predios donde se construyeron las estaciones, paraderos, cocheras, talleres asociados y otras obras complementarias. Todo el cual fue revisado y aprobado por el Consejo de Arqueología del INAH, órgano colegiado encargado de avalar los proyectos de salvamento arqueológico en todo el territorio nacional.

El salvamento arqueológico en el Tren Maya ha sido un proyecto de enorme transparencia, indudablemente uno de los que más ha informado a la opinión pública en la historia del país; no podemos soslayar que el antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del INAH, ha informado permanentemente de los avances tanto en los trabajos de salvamento arqueológico del Tren Maya como de las tareas del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas.

Además, el INAH ha publicado numerosos boletines, videos informativos y ha atendido múltiples solicitudes de información, de entrevistas y de recorridos de diversos medios nacionales e internacionales al respecto de las labores que han hecho sus especialistas.

Además, la metodología del proyecto de salvamento arqueológico implementada por su responsable académico, el doctor en arqueología Manuel Pérez Rivas, está conformada por procesos innovadores y con los más altos estándares internacionales para la intervención y diagnóstico del patrimonio arqueológico en obras de infraestructura, lo que ha posibilitado una intervención precisa de cada uno los contextos, para dar continuidad a la obra de infraestructura, sin perder la valiosa información que se encuentra tanto en una concentración de fragmentos de cerámica, como en un gran templo o basamento piramidal.

La ubicación espacial y las características de cada elemento encontrado fueron meticulosamente registradas en campo, incluyendo tanto bienes muebles como inmuebles, lo que permite saber exactamente dónde estuvieron depositados antes de la intervención arqueológica.

A partir de las categorías establecidas por el proyecto, se han aplicado diversas medidas técnicas para su conservación, que van desde su excavación extensiva para ser registrados y recuperados de inmediato, antes de dar paso a la obra, la conservación in situ de los bienes inmuebles para que coexistan con la obra de infraestructura, hasta la modificación en el trazo de la línea, con el fin de garantizar la preservación de los monumentos que tengan un valor excepcional.

Toda la información recabada ha sido incluida en una amplísima base de datos que contiene la información de la ubicación de todos y cada uno de los elementos encontrados, registros virtuales, fotogrametrías y un gran cúmulo de datos que pronto estarán disponibles para su consulta e investigación, al igual que los bienes muebles recuperados, que se encuentran actualmente en proceso de análisis y conservación, y que pronto serán exhibidos en los nuevos museos que se habilitarán en la ruta del tren.

Es por ello que resulta absurda, infundada y mal intencionada la aseveración de que durante los trabajos de salvamento arqueológico haya habido destrucción de monumentos arqueológicos durante las obras de construcción de la vía férrea del Tramo 7.

Precisamente este tramo es en el que se ha registrado la mayor cantidad de estructuras prehispánicas: 30,624 a la fecha; todas y cada una de ellas fueron cuidadosamente registradas, excavadas y sujetas a diversas medidas de protección técnica, que incluyeron en algunos casos, la reubicación de los monumentos en áreas donde podrán ser conocidas por la población local y los usuarios del tren.

Los comentarios de las fuentes de la nota -muchas de las cuales se esconden en el anonimato- carecen de sustento real y académico, y de documentación concreta, por lo que sólo se entienden en el contexto de una campaña de ataques mordaces y sistemáticos en contra de los trabajos de salvamento arqueológico en la ruta del Tren Maya, un proyecto que cambiará la metodología para la realización de trabajos de salvamento arqueológico en México.

Por lo anterior, consideramos que es lamentable la poca seriedad y profesionalismo de la nota y de los declarantes. A pesar de lo cual, el Instituto reitera su compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas a favor de la protección del patrimonio cultural de la Nación y a ello seguirá dedicando sus esfuerzos.

Atentamente,

Adriana Velázquez Morlet

Directora del Centro INAH Campeche

Respuesta del reportero:

El trabajo publicado es la entrevista con el arqueólogo e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desde hace 45 años, Fernando Cortés de Brasdefer. No es una fuente anónima. Cortés de Brasdefer es arqueólogo egresado de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y tiene un doctorado en Arqueología por la misma escuela del INAH, institución en la que labora desde hace 45 años. Fue miembro del Consejo de Arqueología durante seis años y delegado del INAH en Quintana Roo. Cuenta con 45 años de experiencia como docente, es autor de una decena de artículos y coautor de varios libros, así como arqueólogo encargado de los trabajos de salvamento en la zona arqueológica de Chakanbakán, Quintana Roo.

Sus declaraciones forman parte de un trabajo académico titulado “La construcción del Tren Maya y la destrucción del patrimonio en la Península de Yucatán”, realizado con el antropólogo Juan Manuel Sandoval y el historiador Felipe Echenique, también investigadores del INAH. EL UNIVERSAL tiene una copia de dicha investigación académica de 228 páginas, en la que los investigadores documentan las afectaciones realizadas a lo largo del Tramo 7 del Tren Maya, que incluye evidencia fotográfica y entrevistas con pobladores.

Cristopher Cabello

Reportero

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