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Ante la posible venta del mural “The Making of a Fresco Showing the Building of a City” (“La creación de un fresco”) que en San Francisco pintó Diego Rivera en 1931, con el fin de resolver los problemas económicos del Instituto de Arte de San Francisco (SFAI, por sus siglas en inglés), miembros de la comunidad escolar expresaron su oposición a la venta.
Como un acto inconcebible calificaron la propuesta y señalaron que si ésta ocurriera sólo sería una solución momentánea, que no resolvería la desorganización de la junta de la Instituto. Además, señalaron que hay racismo en la propuesta de vender la obra de un artista no blanco.
“Nos oponemos firmemente a que el SFAI persiga la venta del Diego”, y añadieron que no es porque no quieran que el SFAI sobreviva. Así se lee en una carta pública, firmada por los líderes sindicales adjuntos de la SFAI.
Hoy a las 21 horas se llevará a cabo una reunión virtual organizada por los autores de la misiva, en donde se plantearán estrategias alternas para superar la crisis económica del Instituto.
Desde diciembre, los líderes sindicales, como representantes de la facultad adjunta y la comunidad interesada del SFAI, hicieron público su rechazo a la venta del mural a través de una carta .
“Sentimos la responsabilidad de criticar la motivación de la junta (de fideicomisarios) para decidir (la posible venta del mural); de intervenir en lo que sentimos son acciones de la junta que dañarán de forma crítica la reputación de la escuela, su legado y posición; y, si es necesario, de exponer públicamente la irresponsabilidad fiscal y ética de la junta, su evidente desatención al significado cultural del mural y su incapacidad para servir ya sea al mural o al personal de mantenimiento de la escuela”, se lee en la misiva.
Foto: Especial
Los líderes sindicales solicitan ayuda con ideas y recursos mientras idean un plan para prevenir la venta del mural, acto que consideran “inconcebible”.
En el documento, explican que el SFAI adquirió una deuda de 19 millones de dólares principalmente por un contrato de arrendamiento de 99 años y la renovación de su sede en Fort Mason, que señalan, la junta de fideicomisarios había prometido que se financiaría a través de una recaudación de fondos, objetivo que no se logró.
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El 30 de diciembre, los regentes de la Universidad de California compraron la deuda del SFAI, y que ahora el Instituto debe pagar la renta de su campus principal, en el número 800 de la calle Chestnut, en San Francisco (EU).
Los firmantes de la carta aseguran que debido a la pandemia, la baja matrícula estudiantil y la recaudación de fondos inadecuada de los fideicomisarios, el Instituto no será capaz de solventar sus gastos. También advierten que la venta del mural de Diego Rivera —valuado en aproximadamente 50 millones de dólares—, sólo sería una solución momentánea que no resolverá los “patrones, la mala conducta y falta de organización de la junta y jefes ejecutivos del SFAI”.
Los líderes sindicales aseguran que si la junta hubiese cumplido con sus compromisos en cuanto a la recaudación de fondos y buscado un modelo sostenible de financiamiento en lugar de apostar solo a las matrículas y al trabajo adjunto, “sería menos probable que la escuela considerara vender el Diego con tanta desesperación”.
Foto: Especial
“SFAI se encuentra en este predicamento por los fracasos y negligencia de la junta”, y aseguran que las fortunas en conjunto de los miembros de la junta de fideicomisarios podrían sanar las finanzas de la escuela. Condenan que la junta, en lugar de tomar responsabilidad por sus errores, busca enmendarlos convirtiendo el objeto “cultural más importante de la escuela en un instrumento monetario” y califican este como un atentado contra la propia pedagogía del Instituto de Arte de San Francisco.
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Considerar la venta del mural de Diego Rivera también se convirtió en un tema racial para la comunidad del SFAI. En la misma misiva acusan que los miembros de la junta de fideicomisarios se han negado a escuchar la preocupación de la comunidad, “crucialmente la de personas de color dentro del SFAI” y recordaron que en una reunión realizada el 17 de diciembre del año pasado, la presidenta de la junta Pam Rorke Levy rechazó la propuesta de leer cartas donde se expresaba inconformidad; hecho que Levy desmintió en un mensaje enviado al medio estadounidense Artnet.
“Tenemos una junta (de fideicomisarios) predominantemente blanca y extremadamente adinerada que está buscando proteger su propia riqueza vendiendo el trabajo de un artista de color a otro blanco e increíblemente poderoso comprador”, declaran los líderes sindicales adjuntos del SFAI.
Medios estadounidenses han reportado que uno de los interesados en el mural es el cineasta George Lucas, quien actualmente construye su museo en Los Ángeles, sin embargo, un representante del Lucas Museum of Narrative Arte dijo a Artnet que no hacen declaraciones sobre especulaciones de adquisiciones.
Los líderes sindicales adjuntos del SFAI cuestionan que la junta no se detenga a considerar el valor cultural del de Diego Rivera. “Es una obra de arte que un artista mexicano dio a una escuela mayoritariamente blanca” que sirve como espacio de conversación entre artistas e instituciones de arte sobre temas como raza, clases sociales, entre otros. También lamentan que en tiempos en los que Estados Unidos lucha activamente contra el racismo estructural, el SFAI considere “subordinar” el valor cultural de la obra con respecto a su valor monetario.