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ana.pinon@eluniversal.com.mx
El Instituto Mexicano de la Radio (Imer) ha sufrido en los últimos años de recortes sostenidos. En 2013 su presupuesto fue de 211 millones, para el año siguiente tuvo una reducción de 20 millones, al siguiente se le redujeron 8 millones más. Sin embargo, durante el inicio del sexenio calderonista y el último año de Enrique Peña Nieto, el grupo radiofónico tuvo un incremento extraordinario de 51 millones y se convirtió en el único medio público que contó con esa deferencia. Para 2017, la caída del presupuesto fue estrepitosa porque de 234 millones bajó a sólo 173. Esa merma fue un escándalo mediático, el recorte había sido de 26% . En términos generales, en siete años le han recortado 52 millones. Los números han ido a la baja y la creatividad para seguir al aire, a pesar de todo, a la alza.
Alejandro Joseph Esteinou, quien colaboró en el Imer entre 2004 y 2014 en distintas áreas y fue director de investigación, advierte que el Instituto, a lo largo de su historia, ha tenido una lucha constante. “El Imer siempre ha estado en la rayita, sobrevive con el mínimo posible, cada movimiento presupuestal pega brutalmente, hasta 3 millones menos obligan a revisar hasta siete proyectos. Los ajustes que se han tenido que hacer cada vez, se atienden con ingenio y con creatividad. ¿Por qué el Imer se distingue de otros grupos radiofónicos? Por su talento, por su oferta programática, por su pluralidad, y en, este sentido, frente a una crisis económica es ese talento el primero que pasa por la guillotina”.
En 2018 el presupuesto fue de 177.9 millones, este año es de 159.2, es decir, el recorte es de 18.7 millones de pesos, baja que orilló a que la noche del martes se diera la noticia de que a partir del lunes se cerrarían cuatro emisoras, ya no contratarían a 228 colaboradores y trabajadores y dejarían de transmitir 2 mil 900 horas de programas con contenidos; la medida iba a ser tan drástica que Reactor, a través de sus redes sociales, informó a sus radioescuchas que sólo iba a transmitir música continua a partir del 1 de julio.
En defensa. Horas después se lanzó en Twitter la alerta #IMER_SOS, que surgió desde el propio equipo de colaboradores y trabajadores de la institución. Así inició una rebelión en redes que se tradujo en casi 20 horas de tendencia. No sólo hubo mensajes de apoyo, reclamos a la Secretaría de Hacienda y a la de Educación Pública, hubo también muchos radioescuchas que compartieron las razones de por qué escuchaban las 21 emisoras del grupo.
La escritora Anamari Gomís, por ejemplo, manifestó su gusto por La otra versión, de Javier Platas; el usuario Claudio Flores escribió que toda la barra de Horizonte Jazz es maravillosa, “literalmente abrió mi horizonte musical. Con ellos conocí a Jamie Cullum, Paté de Fua, Melody Gardot, etc.”.
Tras el escándalo, el Imer y el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano anunciaron que se entregarían 19.3 millones.
El lunes, asegura su directora, Aleida Calleja, todo volverá a su normalidad, pero la batalla por el presupuesto continuará.
Ayer por la tarde, la funcionaria sostuvo una reunión con los trabajadores por primera vez tras la tormenta del 26 de junio. Ofreció un discurso que no duró más de cuatro o cinco minutos; les aseguró que de los más de 40 trabajadores con contratos asimilables saldrán algunos y otros serán recontratados como freelance; también les reiteró que con los recursos autorizados podrán operar hasta diciembre.
Calleja, cuya trayectoria se ha enfocado en la radiodifusión pública, las radios comunitarias y los derechos humanos, también les informó que acudirá a una comparecencia a la Cámara de Diputados pero no dio fecha, sólo aseguró que ya prepara la documentación pertinente para comenzar un diálogo con el Legislativo; e indicó a su equipo que los medios públicos pelearán juntos por el presupuesto del próximo año.
Reiteró que se necesitan 31 millones. “Es la cantidad que necesitábamos. Once millones son para asegurar los servicios profesionales, es decir, freelance, hay otros gastos asociados de operación que se van a poder cubrir con los 19.3. Alrededor de 10 millones se usarán para cosas como el pago de luz, renta de terrenos donde están las antenas, compra de diesel para las plantas de luz, entre otras cosas. Teníamos contemplados otros 10 millones que tenían que ver con otros gastos operativos, pero los vamos a tener que diferir para el siguiente año, están relacionados con el mantenimiento del equipo y otras cuestiones más que pueden aguantar un tiempo. El monto adicional nos da para cubrir atender lo urgente”, explica.
Tras esta crisis, asegura Calleja, sólo Ricardo Raphael no continuará porque el periodista fue invitado a trabajar con otro grupo radiofónico. “Lo que sigue es trabajar en el presupuesto del siguiente año, empezaremos la próxima semana para dar nuestra propuesta. En esto hay gran responsabilidad de la Cámara de Diputados, vamos a estar en sus manos”, dice la funcionaria.
Y agrega: “Los recortes los hemos tenido todo el tiempo. Sí se tienen que generar un plan para que haya menos presión de recursos fiscales, por ejemplo, necesitamos cambiar nuestra antena del Chiquihuite para el terreno de Canal 22 para no seguir pagando renta, pero para eso necesito una inversión mínima de 2.5 millones, que es lo que costará trasladar la torre, la tasa de retorno sería de dos o tres años. También tendríamos que buscar ahorros en cuestiones como la energía eléctrica, pero también necesitamos celdas fotovoltaicas y eso requiere una inversión. Las alternativas existen para que cada vez tengamos menos presiones de los recursos fiscales”.
Otro de las cuestiones que deberán revisar es la renta de los terrenos en donde están las emisores AM porque nunca se regularizaron ante el Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales. “Sí hay comportamiento sostenido de recortes desde el Congreso, pero se combina con cosas que se tienen que resolver, como este asunto de los terrenos”, insiste Calleja.
Si bien a principios de año se tuvo que lidiar con un recorte de personal de alrededor de 15 personas, esas medidas, insiste, ya no serán necesarias en lo que resta del año.
El Imer, desde su creación en 1983, cuando el Estado decidió coordinar tres sociedades como la Compañía Nacional de Radiodifusión, concesionaria de la XEB, conocida hoy como La B Grande, es a la fecha una de las emisoras más antiguas de México y Latinoamérica; realizó su primera transmisión en septiembre de 1923 y fue cuna de estrellas del espectáculo como Pedro Infante y Joaquín Pardavé.
De acuerdo con Joseph Esteinou, una de las estaciones mejor posicionada entre la audiencia es Reactor, así como todos los proyectos que están dedicados a los jóvenes, como Órbita; pero le siguen de cerca Horizonte y La B Grande. Otra emisora destacada es Opus 94. Y en el fondo de la tabla se encuentran las que se transmiten por AM.
En el Imer han participado figuras que realizaron programas legendarios, como Ernesto de la Peña y Eduardo Lizalde. Y abarca una amplia diversidad que va del jazz a la música de concierto y su barra de noticieros.
***Con información de Yanet Aguilar