Declarada como Zona de Monumentos Arqueológicos el 5 de junio pasado, Huapalcalco, en Hidalgo, no cuenta con un plan de protección o salvaguarda ni con un cronograma o presupuesto para 2024, así lo denuncia la asociación civil Niebla y Tiempo, que impulsó la declaratoria con el Instituto Nacional de Antropología (INAH).
La situación de la Zona Arqueológica de Huapalcalco se agrava con los constantes vandalismos, saqueo del patrimonio y usos indebidos en las 20 hectáreas que comprende el lugar, de acuerdo con Alejandro Aldana, director administrativo de Niebla y Tiempo.
Hace dos semanas, dos estructuras principales del lugar fueron vandalizadas con pintura roja, en lo que pareció ser una protesta de trabajadores del INAH contra el director del Centro INAH Hidalgo, Osvaldo Sterpone.
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“El decreto estableció que después de 60 días, el INAH debió haber publicado los criterios de protección, de puesta en valor y de investigación de Huapalcalco, pero estos no se han publicado, no se han hecho públicos, lo que vemos dentro del INAH es que hay muy malas prácticas de gestión, lo hemos visto en primera fila”, dice.
También señaló que Huapalcalco ha sufrido, desde hace décadas, de vandalismos y usos indebidos de los espacios, ya que la zona arqueológica no cuenta con redes perimetrales ni con seguridad.
“Ha habido destrucción de pinturas rupestres, hay un problema grave de saqueo, vimos los hoyos que hace la gente para saquear vestigios; son situaciones que ya le hemos reportado al INAH”, afirma.
Aunado al saqueo, Aldana destaca otro problema: la seguridad. “Hace poco vimos que en una de las cuevas aventaron una cabeza de res, en lo que pareció ser una práctica supersticiosa o de brujería”.
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Aldana expresa que es una necesidad que las autoridades tomen medidas para gestionar y mejorar la seguridad de Huapalcalco, ya que diversas situaciones, además del vandalismo y el saqueo, se presentan de forma seguida.
“Han habido accidentes graves porque la gente usa al sitio para actividades como senderismo o para acampar. Incluso hace unos años una persona entró al sitio y se quitó la vida, por eso pedimos al Instituto que haya un verdadero desarrollo y gestión para Huapalcalco”.
Para Aldana, los pendientes en Huapalcalco son la oportunidad para que el INAH establezca mejores relaciones con la sociedad civil para proteger el patrimonio. “Esta declaratoria es una posibilidad para que el INAH muestre cambios en sus políticas culturas y las vinculaciones con sus espacios arqueológicos”, concluye.