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La ex legisladora e hija del pintor Diego Rivera , Guadalupe Rivera Marín , pidió que no se traslade a Puebla la sede de la Secretaría de Educación Pública (SEP) cuyo edificio principal en el centro histórico de la Ciudad de México alberga más de mil 500 metros cuadrados de la obra de su padre .
"Acabo de escuchar que piensan cambiar la Secretaría a la ciudad de Puebla. A mí me parece y, perdón pero lo voy a decir con todas mis palabras, que de ninguna manera se puede hacer cosa tal", dijo.
"La Secretaría de Educación Pública está hecha para el pueblo de México, y este no es ninguna ciudad aledaña: el pueblo de México es el zócalo y a tres cuadras está Educación Pública (...) De ninguna manera debe salir la secretaría de este sitio de donde se encuentra".
Al participar en la inauguración del simposio internacional Nuevas miradas a los murales de la Secretaría de Educación Pública que encabezó el titular de la SEP, Otto Granados Roldán , la ex diputada federal y senadora priísta dijo que "de ninguna manera" debe trasladarse la sede de la SEP a Puebla, como propone el presidente electo Andrés Manuel López Obrador, quien plantea descentralizar la dependencia federal, la cual estará a cargo de Esteban Moctezuma .
"No es necesario que se vayan, ni deben de irse. Es tan importante la Secretaría de Educación Pública y la labor que se ha hecho en estos 90 años de existencia que no puede destruirse por un deseo de modernidad que ni viene al cuento porque no por irse a Puebla, las cosas van a cambiar",dijo.
"Me parece que aquí se deben de quedar".
Visiblemente conmovida, Rivera Marín, de 94 años de edad, se reconoció "terriblemente emocionada" de regresar al edificio donde dijo haber pasado muchas horas de su infancia en compañía de su padre, quien decoró casi mil 500 metros cuadrados de sus muros hace 90 años, trabajo al cual dedicó 6 años de su vida.
Reconoció que para ella, la SEP y los murales que pintó Rivera tienen un gran significado personal puesto que recordó que durante su infancia vivió en las calles de Mixcalco y que caminaba de la mano de su padre para acompañarlo mientras pintaba sus murales.
"En estos corredores de la Secretaría pasé parte de mi infancia. Estoy retratada, pintada por mi padre Diego Rivera en dos o tres murales. Estoy a la edad de 2 años en uno de ellos con un vestido que mi mamá Lupe Marín me hizo, especial, para que viniera yo aquí a que mi padre me pintara".
Su padre, dijo, fue un mexicano que dedicó "su vida entera a resaltar lo que somos como nación". Lo recordó sentado en un andamio con su paleta, pintando en las paredes del edificio de la calle de Brasil.
"Hace 90 años, empezó a pintar la historia de México aquí. Empezó con la idea de que fuera precisamente en la Secretaría donde se educa al pueblo mexicano donde su obra permaneciera para el resto de la vida porque amaba a México, a la niñez, al arte y todo lo que somos como país", agregó.
El titular de la SEP, Granados Roldán , anunció la apertura al público del despacho de José Vasconcelos , como parte de los actos para conmemorar el 90 aniversario de la conclusión de los casi mil 500 metros cuadrados de los murales de Diego Rivera en el edificio central de la institución, los cuales, dijo, "representan un elemento constructor de la identidad nacional, y un vehículo de propagación de las banderas revolucionarias".
En el salón Iberoamericano recordó que José Vasconcelos ocupó un lugar protagónico en esta narrativa, y sin más estímulo que la confianza en la Revolución, fundó la SEP, e invitó a artistas mexicanos y extranjeros a decorar los muros.
Diego Rivera incluyó en sus murales a familiares, colegas, celebridades políticos y empresarios de la época, como el líder agrarista Úrsulo Galván, el torero Juan Silveti, la fotógrafa Tina Modotti, el diplomático Genaro Estrada y la entonces pintora Frida Kahlo.
En el inmueble ubicado entre las calles de Brasil y Argentina, frente a la plaza de Santo Domingo, hay más de 3 mil metros cuadrados de frescos pintados por muralistas mexicanos:
Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Roberto Montenegro, José Chávez Morado, Raúl Anguiano, Luis Nishizawa, Jean Charlot, Amado de la Cueva, Erick Moss y Federico Canessi.
Diego Rivera desarrolló su obra mural de 1923 a 1928 en el inmueble localizado entre las calles de Brasil y Argentina, frente a la Plaza Santo Domingo, en la Ciudad de México.
Su obra está en el Patio del Trabajo, que contiene en la planta baja escenas relacionadas con actividades laborales; en el primer nivel representa el trabajo intelectual, y en el segundo rinde homenaje a las artes, héroes e ideales nacionales, en tanto que en el cubo de la escalera desarrolló su concepto de la transformación del ser humano, y en el vestíbulo de los elevadores ofrece un tributo a la fertilidad.
Al espacio contiguo, el Patio de las Fiestas, en la planta baja recrea diversas celebraciones mexicanas; en el primer nivel incorpora los escudos de las entidades federativas, y en el segundo escenas vinculadas con las luchas sociales revolucionarias.
