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Han pasado 35 años desde que México recibió por primera vez las aventuras extraordinarias, aun oníricas, del niño Patatús de la mano de Helioflores .
Era 1985 cuando la SEP y una editorial lanzaron un proyecto en que involucraron a cinco moneros para hacer libros infantiles. En su época fueron un éxito pero la iniciativa se canceló, pero a más de tres décadas Sexto Piso ha hecho posible revivir las "Aventuras extraordinarias del infante Patatús" .
En una conversación con el ilustrador Bernardo Fernández, mejor conocido como Bef , el monero de EL UNIVERSAL contó que la idea del programa De la caricatura al cuento era que los caricaturistas entraran "a un terreno en el que no teníamos experiencia".
La iniciativa era que cada mes saliera un libro de entre los maestros caricaturistas entre los que también estuvieron Palomo y Naranjo , creadores que "nos dedicábamos a hacer cartones pero no precisamente para niños".
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Helioflores recordó en la charla virtual que la colección se suspendió pese a que los primeros títulos que se hicieron tuvieron éxito de circulación y la edición había sido alta, de entre 100 mil o 200 mil de cada cuento, pero que cuando hubo un cambio de autoridades ya no interesó el proyecto.
"Se vendían en los puestos de periódicos, en las esquinas, y costaban creo como 35 pesos; había dos tipos, uno de pasta dura y otro de pasta rústica, de 20 pesos. Se suspendió la colección porque, como suele suceder, uno de los editores era funcionario de la SEP y el otro coeditor era un editor que se dedicaba a hacer cuentos infantiles. Después de hacer cinco cambiaron al funcionario de la SEP y al que llegó ya no le interesó seguir con la colección", contó.
El autor de las "Aventuras extraordinarias del infante Patatús" recordó que los editores estaban pendientes de qué hacíamos, pues no iban a publicar cualquier cosa, además que para él fue bastante difícil porque "no es el tipo de trabajo al que estoy acostumbrado, que es hacer cartón político"
"De repente hacer un trabajo que implicaba más organización, más planificación para distribuir el trabajo... El trabajo que yo hago normalmente en un día, era aquí como 32 páginas que nos habían fijado y eran como hacer 32 cartones para un solo trabajo".
El Doctor Honoris Causa por la Universidad Veracruzana contó que en el caso del cartón político se ajusta a la historia, al momento y las declaraciones, mientras en "un cuento para niños era otra cosa, algo diferente, pensar algo que atrajera a los niños y que yo no había hecho nunca".
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De esa forma es que partió de la idea de hacer una h istoria basada más bien en la imaginación en vez de en un relato lineal que terminara en un felices por siempre.
"Nosotros mismos cuando éramos niños teníamos mucha imaginación, los dibujos eran diferentes, espontáneos, y entonces dije voy a hacer un relato donde no haya línea de principio a fin sino se tengan muchas bifurcaciones en donde el niño participe, yo solo le voy dando pistas", afirmó.
Los niños que hace 35 años leyeron "Aventuras extravagantes del infante Patatús" hoy son unos adultos. Helioflores ha tenido algunas oportunidades para conocer a algunos lectores de esa época y han hecho preguntas en torno al libro, pero él evoca siempre que cada niño le da su propio significado a los elementos.
"He tenido pocas experiencias pero bonitas", sostuvo sobre esos encuentros con los lectores en quienes sembró una semilla cultural con su libro y el niño Patatús.