Luego de “Será larga la noche” (Alfaguara, 2019) la novela protagonizada por el fiscal Jutsiñamuy y por la periodista Julieta Lezama y su asistente Johana, exguerrillera de las FARC, el escritor colombiano Santiago Gamboa , retoma la novela negra en “ Colombian Psycho ” (Alfaguara, 2022), un thriller que retrata la maldad que habita Colombia y que tiene gran resonancia en México, países con realidades compartidas.
“Lo que pasa es que Colombia y México tienen la mala suerte en este momento de compartir uno de los problemas más graves que existen: el narcotráfico; fíjate que México empezó siendo hace 25 y pico de años, un intermediario y ahora es el dueño de todo el negocio, inclusive la cocaína dentro de Colombia ya es mexicana, y eso ha hecho que el capitalismo mexicano, inclusive el ilegal, haya crecido muchísimo con ese negocio, y ese negocio necesita permanentemente una gigantesca corrupción en todo ese sistema para poder seguir funcionando, ese es una de las tremendas consecuencias del narcotráfico”, asegura el escritor y filólogo nacido en Bogotá, en 1965.
Gamboa asegura que también a eso se une una vieja herencia española que tenemos en América Latina que él llama la herencia del Hidalgo, que es este hombre cuyo gran valor es no trabajar, “es como si en nuestras elites hubiera algo de ese Hidalgo español que no quiere levantarse en la mañana para trabajar, pero si quiere estar en el club y tener el último auto de moda, esa especie de viejo Hidalgo se encuentra con el narcotráfico y es el matrimonio perfecto, porque este viejo Hidalgo que está en la política o en alguna otra actividad donde encuentra quien le suministre dinero y viene la corrupción”.
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Y la corrupción es una de los grandes cánceres de América Latina, que para Santiago Gamboa tiene que ver con la incapacidad del Estado para darle a la gente las mismas oportunidades, que es algo que está latente en esta nueva novela que vuelve a tener como protagonistas al fiscal Jutsiñamuy, Julieta Lezama y Johana.
“La corrupción tiene que ver con ese deseo de salvarse individualmente, la corrupción tiene que ver con la idea de que el único botín importante es el propio Estado entonces hay que robarle dinero al Estado porque es ahí donde está la riqueza, y eso también es muy español, eso también nos viene desde muy atrás”, cuenta el narrador que asegura que los millonarios colombianos no han hecho nada, solamente tienen monopolios del Estado y el botín es el Estado.
Para el también autor de “Los impostores” y “Plegarias nocturnas”, los millonarios colombianos como muchos millonarios de América Latina, se han enriquecido con los dineros del Estado. “Hay una cultura de la corrupción en países donde no hay protección social, donde la gente quiere construirse su pequeño estado lleno de torretas y de vigilantes, y la gente cree que la felicidad es vivir así, viven en una gigantesca casa lujosa, con piscina, pero con hombres armados defendiendo porque afuera es el fin del mundo. Esa idea de la salvación individual en países como los nuestros determinan muchísimo la corrupción y eso es lo que veo por supuesto en Colombia”.
A partir de esa realidad, escribió este último par de novelas que retratan el presente; historias dentro del género negro que ojalá, dice, se quedé solo en la literatura pasado un tiempo, aunque por ahora lo que vemos son un pasado reciente en que se puede ver cómo se vivía y cuáles eran los problemas que había, “podrán leer las novelas de esta época y encontrarán ahí, las claves de cuáles eran los problemas de estas sociedades”.
Gamboa señala que Colombia era uno de los países y lo es todavía, uno de los países más injustos y más desiguales en términos económicos de América Latina, precisamente por esta desigualdad económica que se debe a la poca movilidad que tiene Colombia en sus 200 años de historia republicana, y asegura que “por eso ha habido guerrillas, por eso ha habido violencia, por eso hoy desde hace unos días tenemos un presidente de izquierda por primera vez en la historia”.
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Para el escritor, la guerrilla y ahora la llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia tiene que ver con que la gente explotó porque ya no podía más, y porque vivía en un esquema social que no tenía manera de seguir sobreviviendo porque era un esquema que tenía como base el hecho de que el 85% o el 90% de la población tenía que permanecer en un estado prácticamente de pobreza o de una especie de pobreza acomodada para que un 10% pudieran seguir viviendo, “como si todavía estuviéramos viviendo en el siglo XIX”.
Santiago Gamboa asegura que las guerrillas por supuesto no lograron hacer un cambio porque se fueron enquistando y se fueron convirtiendo en un modo de vida, pero todo se fue a peor porque luego vino el narcotráfico y las corrompió, incluso, afirma, el Estado también fue corrompido por el narcotráfico y el ejército fue corrompido por el narcotráfico, “entonces toda esa guerra se convirtió en una guerra absurda, en la que ninguno de los bandos podía ganar pero todo el país la perdía cotidianamente”.
El narrador concluye asegurando que el primer paso para entrar a la modernidad fue el proceso de paz con Juan Manuel Santos, “y creo que el segundo paso es este, es haber elegido el primer gobierno populista. Esperemos que las cosas funcionen, es muy pronto todavía, pero las ideas y las propuestas sin duda van a ser que el país cambie muchísimo de aquí en adelante y espero que en el futuro más reciente no haya que escribir tantas novelas negras, y que los escritores podamos dedicarnos a otro tipo de novela: la histórica, la filosófica”.
“Colombian Psycho” parte de un hecho terrible, el hallazgo inesperado de unos huesos humanos que son descubiertos en las montañas de La Calera, al oriente de Bogotá. El fiscal Edilson Jutsiñamuy tendrá la misión de encontrar a su propietario, de la mano del agente Laiseca y de su amiga, la periodista Julieta Lezama con su asistente Johana. Una novela cuyo eslogan es: “Lo que mejor define a esta república violenta y desamparada es la orfandad. Y lo que cada uno es, allá en el subsuelo, es lo que todos quieren esconder”.