México vive una atmósfera de terror, de persecución, que es absolutamente inmerecida, considera el biólogo Antonio Lazcano de cara a los intentos de la Fiscalía General de la República (FGR) por girar, por tercera vez, órdenes de aprehensión contra 31 científicos a los que se les acusa de diversos delitos, entre ellos delincuencia organizada.
En entrevista, el miembro de El Colegio Nacional alza la voz y lamenta el estado actual de la ciencia en México, “estamos en un bache” que representa “una pérdida enorme de generaciones nuevas de investigadores”.
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Frente a ese panorama sentencia que “la ciencia en México no puede depender de los caprichos del gobernante en turno”, aún más porque luego de que el rector de la UNAM, Enrique Graue, reprobara las acciones judiciales contra la comunidad científica, senadores de Morena pidieron a la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que investigue recursos de la UNAM y de universidades públicas —y aunque la UIF indicó que no fue creada “para investigar instituciones académicas o a sus integrantes”—, Lazcano sostiene que toda esta trama es “equivalente a lo que hizo el gobierno de Díaz Ordaz durante el 68: organizar una andanada con la que por distintos frentes trataron de minar a los organismos autónomos”.
El FCCyT fue creado en 2002. Conacyt le quitó recursos y creó el suyo, pero ¿por qué era importante ese Foro?
-En una democracia siempre se necesitan órganos independientes de control, de supervisión, que puedan ejercer una actitud crítica de las decisiones oficiales. Y así fue concebido el Foro. Tenía un papel, una función muy importante porque asesoraba a la Dirección del Conacyt, criticaba aspectos del Consejo y las decisiones de los colegas que estaban ahí, proponía una serie de candidatos para, por ejemplo, las comisiones del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). Además era parte de la Junta de Gobierno del Conacyt y por ello se podían aprobar ciertos puntos que requerían de votación, pero siempre con actitud discursiva, participativa.
Por Ley —y esto lo avaló la Suprema Corte— el Conacyt estaba obligado a darle dinero al Foro, dinero que, como sabemos, estaba absolutamente supervisado y completamente regulado. Con ese dinero, por ejemplo, como el Foro estaba pagando montos de renta... se decidió comprar una casa en Coyoacán.
Otra de las funciones importantes del Foro es la de asesorar al Estado, a los distintos niveles de gobierno y esto tampoco es raro. Por ejemplo, las decisiones sobre la pandemia que tomaron Inglaterra o Estados Unidos... lo que uno ve de inmediato es que ahí había participación de instituciones o dependencias equivalentes al Foro. Aquí se vio su ausencia. El gobierno ha manejado de manera errática la pandemia.
"Álvarez-Buylla ha confundido su papel de directora General del Conacyt con el de propagandista e implementadora de las ideas que el Presidente tiene sobre la ciencia”.
Han pasado tres años desde que Álvarez-Buylla llegó a la dirección del Conacyt, ¿qué balance hace de su gestión?
-La doctora ha confundido su papel de directora General del Conacyt con el de propagandista e implementadora de las ideas que el Presidente tiene sobre la ciencia —si es que las tiene—, porque se sustituyó el discurso analítico, crítico —que no significa antagónico—, pero se sustituyó por un discurso absolutamente hueco, demagógico y luego decidió implementar el nacionalismo de una manera muy torpe.
Por la pandemia, otros países han reconocido la importancia de la ciencia, pero en México se da todo esto.
-La ciencia en México nunca fue parte de una política de Estado. La ciencia en México no puede depender de los caprichos del gobernante en turno, no puede ser simplemente un anexo en los informes presidenciales. Tampoco ha tenido el apoyo constante ni programas transexenales que vayan más allá de las ocurrencias de los gobernantes en turno.
El aparato científico mexicano —en su estructura actual— tiene unos 50 años y ha tenido altibajos. La ciencia y la cultura no son vistos como una prioridad nacional. Los gobernantes en México siempre han pensado en términos sexenales y nada más.
El problema es que muy rápidamente dejó ver su talente autoritario, su incapacidad para escuchar voces distintas y empezó a tomar medidas que claramente buscaban acallar a la disidencia. Lo recuerdo muy bien porque pretendieron expulsarme de una Comisión Dictaminadora, cosa que no pudieron hacer porque no tenían las facultades y porque me amparé de inmediato. También corrieron de la Dirección del Centro de Investigaciones Científicas de Yucatán a la doctora Beatriz Xoconostle, que llevaba muchos años oponiéndose a la idea de Álvarez-Buylla en contra de la ingeniería genética. Entonces, muy rápidamente vimos una parte muy fea, aspectos de su personalidad que muchos, yo entre ellos, jamás hubieran sospechado. Esto ha continuado y para describir en pocas palabras lo que está pasando diría que estamos viviendo un bache y no vemos claro cómo vamos a poder salir. En la ciencia, un bache de un año, dos años, significa una pérdida enorme de generaciones nuevas de investigadores. Hay una atmósfera de persecución con la que la gente se siente profundamente afectada. Aparte de la falta de recursos, de la desaparición de programas, de la incertidumbre sobre el futuro, tenemos ahora que cargar con la atmósfera con la que la gente se siente perseguida. La atmósfera es pavorosa.
El martes, el rector Graue desaprobó las acciones judiciales contra los 31 científicos. Sin embargo, Conacyt indicó que el asunto era una “ola concertada” de desinformación en medios y redes sociales para polarizar y generar incertidumbre…
-La doctora Álvarez-Buylla estaba obligada a decir exactamente qué papel había jugado en estas órdenes de aprehensión. Yo no creo en las coincidencias, pero lo que realmente ha ocurrido es que qué casualidad que el doctor Gertz Manero de repente es Nivel III del SNI sin haber pasado por todo el proceso de análisis curricular y aun así le otorgan el máximo nivel y resulta que su obra está llena de plagios; qué casualidad que tan rápidamente obsequia las órdenes de aprehensión y además aumenta los delitos que se están imputando a 31 personas en donde hay investigadores, funcionarios, gente que simplemente estaba haciendo su trabajo. Eso es parte de esta atmósfera de terror. Esto es lo que la doctora debió haber salido a aclarar, pero no se atrevió a dar la cara.
En su comunicado también dijo que el Conacyt presentó a las autoridades correspondientes el reporte de las irregularidades, es decir, ella se está deslindando de las acciones del fiscal Gertz Manero. Y no, me parece una falta de sentido de responsabilidad decir que no tuvo qué ver, ella fue la que inició este proceso, ella tiene que hacerse responsable de estas amenazas, de esta atmósfera de terror, de este daño institucional que se está causando y es parte de lo que a mí me preocupa más. Que en México se hable de la ciencia porque un grupo de colegas está siendo perseguido es pavoroso en términos institucionales, significa que lo que estamos viendo es el abaratamiento de la justicia en manos de alguien como Gertz Manero, significa la destrucción de mucho de lo que había logrado el aparato científico y los responsables son dos: Elena Álvarez-Buylla y Alejandro Gertz Manero.
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"Mereceríamos una situación en la que los ciudadanos comunes y corrientes no se sintieran perseguidos por tener una voz distinta al discurso oficial”.
Hay un fracaso absoluto en la administración y promoción de la investigación científica y académica, que es lo que debería hacer Álvarez-Buylla. Además hay un fracaso político estrepitoso, la doctora es la representante del Estado ante la comunidad científica, no es la representante de los científicos ante el Estado, ella es el Estado en los laboratorios, en las bibliotecas, en las becas, en los cursos, y fracasó estrepitosamente, no sirvió como política, punto. Y lo más grave es la derrota moral que se acaba de llevar, ella solita se ha fraguado la derrota moral tan terrible y es una situación de la que el Presidente debería darse cuenta, lo que tiene que hacer es pedirle la renuncia.
Senadores de Morena pidieron a la UIF que se investiguen los recursos de la UNAM y de universidades públicas estatales, esto un día después de las declaraciones del rector.
-Es equivalente a lo que hizo el gobierno de Díaz Ordaz durante el 68, organizar una andanada con la que por distintos frentes trataron de minar a los organismos autónomos. Además es una demostración bastante patética del nivel de ignorancia de ese grupo de políticos porque, si algo sabe uno, es que cualquier decisión de dinero, de gasto, se hace constantemente supervisado y analizado. ¿Quieren que se hagan auditorías? Ya se hacen y son perfectamente transparentes. ¿Quieren tratar de estrangular a la Universidad como una forma de acallar a las voces críticas y a las instituciones independientes? Pues nos damos cuenta de cuáles son sus intenciones.
¿Con qué otros hechos históricos compararía este actuar de Conacyt y de la FGR en contra de la comunidad científica?
-En México costó mucho trabajo tener una fiscalía independiente y resultó ser el parto de los montes, terminamos con un domingo 7. En México uno de los agravios más fuertes que se le han hecho a la ciudadanía históricamente es precisamente la imposición de decisiones políticas o de injusticia a la gente en general. Ahora estamos viendo una situación equivalente. Creo que la transición que estamos viviendo hacia la democracia es una transición que no fue producto ni de las ideas de Andrés Manuel López Obrador ni de quienes ahora tienen puestos en Morena ni de un sector más o menos sensible del partido político que usted quiera, es el resultado de una lucha histórica del pueblo de México y la verdad es que merecíamos una situación más adecuada en la que los organismos independientes como las universidades y las fiscalías tuvieran todo el apoyo. Mereceríamos una situación en la que los ciudadanos comunes y corrientes no se sintieran perseguidos por tener una voz distinta al discurso oficial.
Lo que hicieron los diputados de Morena me recuerda ese canto de jilgueros que se dio después del 68, cuando había gente que apoyaba las actitudes del gobierno contra las universidades, es algo que periódicamente se repite.
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