Más Información
"Vamos por todos los peces corruptos"; Raquel Buenrostro rinde protesta como secretaria de Función Publica
Taddei insiste a Morena que se necesitan 13 mmdp para elección judicial; acuerda revisar presupuesto de nueva cuenta
Comisionada Blanca Lilia Ibarra lamenta extinción del Inai; confía en que se asegurará el acceso a la información
Reforma judicial no es una venganza de AMLO: Loretta Ortiz en Con los de Casa; representa elección de la ciudadanía
En un futuro distópico, el planeta ya no es habitable y el único camino para sobrevivir es colonizar Marte. Dramas humanos, como el dolor y el orgullo de un padre cuando un hijo debe elegir el camino de su vida, son inherentes, incluso, en los escenarios distópicos. El argumento del unipersonal "Hasta luego", pieza del dramaturgo Antoine Jaccoud, traducida e interpretada por Boris Schoemann, aborda, no sin cierta ironía, este conflicto a través de los ojos del padre que debe despedir a los hijos.
Como producción, "Hasta luego" ha rondado a Schoemann desde hace cinco años, cuando Aurora Cano, directora del DramaFest, dedicó el festival a Suiza y le encomendó a Schoemann la elección de una de obra de Jaccoud para traducirla y llevarla a escena en lectura dramatizada.
“Jaccoud es un dramaturgo singular, que habla un poco del futuro y un mundo apocalíptico, donde ya no hay animales y la tierra es inhabitable. Pero lo hace con un gran sentido del humor; es una mezcla de futurismo y actualidad absoluta porque más allá de la metáfora que plantea, habla de lo que está pasando con el ser humano en la sociedad actual”, cuenta Schoemann en entrevista.
Lee también: ¿Cómo expresar amor donde es un tabú? Los árabes encontraron la solución
La propuesta de Cano era idónea para el también director del teatro La Capilla porque, al final de todo, trata sobre un padre que despide a sus dos hijos. Ellos serán la primera colonia en Marte: “Hay viaje de ida, pero no de regreso”. El deterioro del planeta y la despedida que cualquier padre, en cualquier contexto y momento histórico, tarde o temprano, de sus hijos, son los ejes, cuenta el actor y director. “La obra habla del deterioro del planeta y de la esperanza, el orgullo y el dolor que siente el personaje al ver a sus hijos crecer e irse a otros rumbos”.
En lugar de dirigir la pieza, Schoemann decidió actuar y contactó a Daniel Bretón, joven director con el que ha trabajado desde tiempo atrás, ya sea con él como su actor o con él dirigiéndolo. Hasta luego se estrenó en 2018 y pasó por el Helénico, la Capilla y hasta fue montada en Chihuahua. En 2021, durante el confinamiento, fue revivida de forma virtual, con una temporada a puertas cerradas: “En La Capilla estuvimos Daniel, el asistente, el iluminador y yo. Lo planteamos a tres cámaras y lo presentamos como una nueva creación de Los Endebles, llegando a muchos públicos dentro y fuera del país”.
Lee también: ¿Cómo se contaban los años antes del nacimiento de Cristo?
Para el actor, el debate sobre el teatro que se presentó de forma virtual en la pandemia es absurdo: lo esencial es la comunión entre el público y los actores, el director y quienes hacen posible la puesta en escena.
Ahora, desde lo presencial, aunque el equipo sea el mismo, la visión sobre la pieza, la manera de abordarla, ha cambiado. “En cinco años han sido etapas distintas de cómo presentar un texto dramático”, precisa.
Hasta luego se volvió a estrenar la noche del 3 de abril. Su temporada acaba el 24 de abril, se presenta cada lunes, a las 20:30 horas, en La Capilla (Madrid 13, Del Carmen).