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En junio de 1923, mientras se seguía construyendo el Zoológico de Chapultepec, la fauna salvaje ya se estaba apropiando del lugar.
Hace 100 años, el avistamiento de un enorme caimán en Chapultepec sorprendió e inquietó a los capitalinos.
El hallazgo del reptil fue todavía más impactante, pues fue durante la construcción de unas obras en la zona, cuando un obrero pisó accidentalmente al animal.
"¡Qué susto se llevó el pobre hombre! Lo vi correr desaforado hacia al otro extremo del islote", se lee en el artículo. Como era de esperarse, la reacción del caimán al tremendo pisotón no fue positiva.
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APARECIÓ UN CAIMÁN EN EL BOSQUE DE CHAPULTEPEC
Se le ha visto en el lago, cerca de islote.-El animal mide, del hocico al extremo de la cola, poco menos de un metro.
¡Un caimán en el lago de Chapultepec! Confesamos que la noticia nos sorprendió cuando la escuchamos de los labios de un alto empleado de la Secretaría de comunicaciones. A fuerza de tratar constantemente los asuntos más increíbles, hemos llegado a formarnos una coraza psicológica que nos permite conservar la ecuanimidad ante los hechos que parecen más absurdos. Pero, francamente nuestra sorpresa fue grande cuando escuchamos la nueva referida y a punto estuvimos de soltar una carcajada, si la seriedad y el respeto que nos merece nuestro informante, no lo hubiera impedido.
Ante la cara de asombro que debimos poner, nuestro informante expresó, recalcando las palabras:
-Si, ha aparecido un caimán en el lago de Chapultepec. El profesor Alfonso L. Herrera, director de estudios Biológicos lo ha visto ya, y lo clasificó con el nombre científico de “Aligator Mississippi”. El reptil mide cerca de un metro. Es de color café con franjas amarillas a manera de anillos. Se le calcula un año de edad.
CÓMO FUE DESCUBIERTO
En esos momentos penetró en el Departamento de la Secretaría de Comunicaciones donde sosteníamos esta conversación, el Director de Obras del Bosque de Chapultepec.
-Mire usted, nos dijo nuestro Interlocutor, aqui viene una persona que puede darle mayores datos sobre el raro huésped de nuestro pintoresco lago.
Después de las presentaciones de estilo, el Director de las Obras del Bosque corroboró en todas sus partes la especie, y nos explico como se descubrió la existencia del lagarto .
-Como usted sabe, estamos montando la “Glorieta del Quijote”, en un paraje cercano al lago, y proyectando, al mismo tiempo, construir un puentecito que comunique el pintoresco islote que se encuentra en uno de los extremos del lago con la tierra firme del bosque. Ordenó que uno de los albañiles, llevando el extremo de la cinta métrica cruzara las aguas en un bote, con el fin de tomar la medida del claro del puente proyectado, y al saltar a tierra, piso al animalito que se encontraba tomando el sol. ¡Que susto llevó el pobre hombre! Lo vi correr desaforado hacia al otro extremo del islote, en tanto que el pequeño caimán se arrojó al agua sin ocuparse por el hombre . Cuando regresó, me dijo que se había asustado porque el animalito abriendo desmesuradamente el hocico le bufó en una forma parecido a los gatos cuando se enojan.
Inmediatamente comuniqué este descubrimiento al secretario de comunicaciones, quien a su vez ordenó se pusiera el hecho en conocimiento de la Dirección de Estudios Biológicos, que sin buscarlo ha conseguido un ejemplar de caimán vivo, para el parque Zoológico que pretende formar el Bosque de Chapultepec.
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¿DE DÓNDE VINO EL CAIMÁN?
Ayer por la mañana nos dirigimos al edificio que ocupa la Dirección de Estudios Biológicos, en la esquina de las calles de Balderas y Ayuntamiento, teniendo la suerte de encontrar al profesor Alfonso L. Herrera, director de esa importante rama de la ciencia.
Nos corroboró la existencia del caimán en el lago, y nos llevó a Chapultepec para que viéramos al Reptil. No se nos había engañado. Allí estaba en el islote, tomando sol tranquilamente. De la cola al hocico al extremo debe medir un metro más o menos y tendrá algunos meses. Lo único que lamentamos fue no llevar fotógrafo.
Sobre la procedencia del caimán, el profesor Herrera que bien pudo ser traído por alguna persona y arrojado en el lago de Chapultepec -nos dijo-, según afirman algunos ingenieros, tiene comunicación subterránea con el Pánuco y bien pudo venir a dar aquí, aunque esta es una hipótesis poca seria.
Le preguntamos si la presencia del animalucho podría ser un peligro para los visitantes del bosque. Indudablemente que existe -nos contestó- pero como el caimán merodea por un sitio poco frecuentado, el peligro disminuye. Los niños son los más amenazados y por lo mismo ya se está procurando por ver qué hace el ejemplar, que la suerte le ha deparado para el Parque Zoológico.
Nos prometió un estudio sobre el caimán de que se trata y nos rogó guardáramos el secreto su rara aparición. Cosa que se vé, nos abstenemos de hacer, porque, como quiera constituye una noticia que, por lo curiosa, resulta interesantísima.
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