En Bogotá , en la sala del Memorial Fragmentos , donde se presenta una exposición del artista Francis Alÿs, el espacio fue ocupado el 9 de mayo para una conversación entre el presidente Iván Duque , varios miembros de su gobierno y algunos representantes de diversas iglesias de Colombia . La mesa fue antes de que el gobierno iniciara las conversaciones con los grupos que participan en el paro.

En la sala donde tuvo lugar el encuentro se tiene programada, hasta el 30 de mayo, la exhibición "Salam Tristesse" , de Francis Alÿs. Para la reunión, algunas de las obras del artista fueron cubiertas con hojas blancas, sin respeto a las reglas de conservación y al proyecto de exhibición. Fragmentos es un memorial que contiene una obra creada por la artista Doris Salcedo tras la firma del Proceso de Paz.

Desde hace dos semanas, Colombia vive un paro nacional como reacción a la iniciativa de reforma tributaria del gobierno -que fue retirada—y a una serie de demandas sociales que no se han resuelto.

El hecho de que un museo sea espacio de este tipo de reuniones y el que no se respete la obra del artista, fue cuestionado en México y Colombia.

En sus redes sociales, el curador Cuauhtémoc Medina describió los hechos y publicó un texto llamado “El Museo Ocupado” , donde cuestionó el uso del espacio y el llamado de otras instituciones a que los museos fungieran como espacios de diálogo para las comunidades en pugna.

“En violación de las normas de conservación, el presidente de Colombia Iván Duque ocupa para una reunión político-religiosa una sala del ‘antimonumento´ Fragmentos del Museo Nacional de Colombia con las obras de Francis Alÿs colgadas en los muros cubiertas con papel blanco”.

Medina añadió que este espacio debió ser para reflexionar sobre la sangrienta memoria colombiana, no para poner en práctica tácticas de control político y escenificaciones para los medios.

“Todo este incidente esta precedido de la sugerencia del Museo Nacional de Colombia el pasado 5 de mayo, de que los Museos fungieran como espacios de diálogo para las comunidades en pugna. Extraña interpretación de que ocurra en salas de exhibición entre las obras”, dijo Medina y agregó que el artista no fue informado y mucho menos se le solicitó permiso.

“Así es como los gobernantes vampirizan la cultura a todo lo largo del continente. Todo esto me convence de que, a pesar de nuestra indignación o voluntad de ayudar, las instituciones de cultura deben preservar su autonomía y distancia antes que cualquier otra cosa”.

En Colombia, en redes sociales, curadores, artistas y público también cuestionaron la acción.

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