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La Galería Oscar Román (Julio Verne 14, Polanco) llevó a cabo el martes por la noche la novena edición de su subasta de arte benéfica. Este año, el objetivo fue apoyar la salud emocional y física de los niños, niñas y adolescentes de México a través de la fundación Reinserta —organización sin fin de lucro que trabaja la reinserción social y tiene programas para los niños que nacen y viven dentro de las penitenciarias— y la asociación civil AMOR —que se enfoca en la protección de la salud a través de acciones como la difusión, el patrocinio de tratamientos médicos y la innovación el para el desarrollo de políticas públicas.
“Para nosotros es muy importante que la sociedad tenga la posibilidad de apoyar el crecimiento de estas instituciones y puedan hacer algo por la mejoría de México. Nosotros no sólo queremos apoyar al arte, queremos apoyar a instituciones que cumplan con los beneficios de la sociedad civil”, dijo en entrevista Óscar Román, propietario de la galería.
En la subasta se ofrecieron 186 lotes con una amplia variedad de estilos, formatos, presupuestos y tamaños para los diversos gustos de los compradores.
“Las obras no son donaciones en total porque queremos que los artistas sí recuperen (dinero). No todos los artistas participantes son representados por la galería, también hay obras que nos donaron privados. Hay Carrington, Tamayo, grandes firmas, pero también hay artistas jóvenes, como Japane. La riqueza es buena porque eso hace que la gente esté pendiente (de la subasta)”, detalló Román.
En la subasta se ofrecieron obras de grandes artistas como Autorretrato matutino, de José Luis Cuevas; un dibujo de la serie Niños, de Fanny Rabel; el dibujo Almost Human, de Alice Rahon; Niña cantora, de Rufino Tamayo, así como piezas de Dr. Atl, Luis Nishizawa, Fernando García Ponce, Raúl Anguiano, Sergio Hernández, Luis Filcer, Jesús Urbieta, Gabriel Macotela, Angelina Beloff y Francisco Toledo. Y hubo obra de artistas jóvenes, como Demián Chango Mohar, Japane, Mr. Brainwash y Brigitte Briones, por mencionar algunos ejemplos.
Quienes se robaron la noche fue Tzompantli, del artista Gastón Galo, que tuvo un precio de salida de 100 pesos y se vendió en 32 mil pesos; y la escultura de barro Pájaro, de Jorge Marín, que se ofreció en 80 mil pesos y tras una reñida puja se vendió en 240 mil pesos.
“Cada pieza subastada representó no solo un valioso aporte cultural, sino también un compromiso social con el bienestar integral de las nuevas generaciones”, agregó Román a través de un comunicado.
Al inicio de la subasta se entregó, por cuarto año consecutivo, el galardón “Presea corazón de oro”, que este año fue para Mirtha de la Peña, por su labor filantrópica dentro de Reinserta.