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El miércoles 15 de enero se festejó en grande el Día del compositor con una comida en la Sociedad de Autores y Compositores de México, en el marco, por cierto, de sus 75 años de historia. Acudió toda la plana mayor de la Secretaría de Cultura y hasta el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, y su esposa, la doctora Beatriz Gutiérrez. El primer mandatario habló de impulsar el arte y la cultura y lanzó unos enjundiosos vivas a la música, a sus creadores y a México. Por la tarde, la Secretaría de Cultura envió un boletín para informar sobre el evento, así como cuatro imágenes para ilustrar tan bonita fiesta a la que, nos dicen, fueron alrededor de mil invitados. ¿Y quiénes eran los festejados? Ah, pues nos cuentan que por ahí se le vio a Arturo Márquez, a Aleks Syntek, Héctor Infanzón, entre muchos otros más. Para la Secretaría este dato no fue relevante, por eso no lo registró ni en su boletín ni en sus imágenes, lo que sí informaron fue que asistieron funcionarios culturales, entre ellos, claro, la secretaria Alejandra Frausto. ¿Y en las fotos quiénes creen que aparecían? ¡Los funcionarios! Aquí solicitamos imágenes de los festejados para los lectores que son fans de sus composiciones, y pues no, en Comunicación Social no había más. El Día del Compositor fue tan importante para la 4T que resultó más relevante dar notoriedad a los funcionarios. ¿Culto a la personalidad o error de comunicación? ¿Quién aparece en los avances en restauración? La secretaria. ¿Qué pasó con la voluntad de “hacer visibles a los invisibles”?
Prometer no empobrece más que a los creadores
Artistas lanzaron en redes una convocatoria para realizar una “toma pacífica” de la Secretaría de Cultura federal, para, dijeron, discutir sobre el atraso en los pagos, pedir audiencia con la secretaria de Cultura, Alejandra Frausto, y otras cosas como “trato digno”. Las quejas, ciertamente, eran muchas. La cita fue a las 7 de la mañana, acudieron alrededor de 40 artistas y promotores que, aseguraron, iban en representación de muchos más. Poco más de dos horas después, un pequeño grupo de 15 personas fue recibido por funcionarios culturales de alto rango como la subdirectora del INBAL, Laura Ramírez; el titular de titular de la Unidad de Administración y Finanzas de la Secretaría de Cultura, Omar Monroy; y la directora general de Vinculación Cultural, Esther Hernández Torres, entre otros. El diálogo duró seis horas y los acuerdos a los que llegaron fueron, en realidad, muy generales. El compromiso de pago, una promesa de reunión con Frausto, promesas de pago oportuno, y otras generalidades más como la promesa de que la Cultura solicitará más presupuesto al Legislativo. De parte de los artistas hubo pocas propuestas concretas, mucho desconocimiento del sector y de sus procesos administrativos, vaya, se lanzaron sin más armas que su descontento y sus reclamos, que si bien son legítimos fueron también muy dispersos. Seis horas de soliloquios. Una pena.
