El disco "Fuego que me abrasa", del de la Universidad del Claustro de Sor Juana, dirigido por Aquiles Morales, surgió con la invitación que se le hizo al conjunto para participar en el Festival de Almagro en España en 2019. "Cuando nos invitaron, pensé en algo que representara el todo de lo que hacemos, en el sentido de la música antigua,  en el aspecto de Sor Juana, por supuesto, y de buscar algo innovador. Entonces, contactamos a un compositor joven que hiciera la parte de música electrónica y le pusiera música a Hombres necios..., para así llevar algo que no fuera sólo un concierto de música antigua, sino que tuviera más reflexión en torno a la génesis del proyecto", cuenta, en entrevista, Morales.

Entonces, la rectora del Claustro, Carmen López-Portillo Romano, asistió al festival y propuso grabar lo que se presentó. Si bien la pandemia retrasó el proyecto, el coro siguió activo e incluso colaboró con Santa Sabina. A finales de 2022, cuando fue posible volver a las actividades presenciales, el Coro dio un concierto Monterrey, que la rectora también escuchó y dio pie a retomar el proyecto; se acordó, continúa Morales, grabar el disco en el transcurso de 2023. "Empezamos otra vez a ensayar todo porque quedaba un pequeño porcentaje de los coristas que había en 2019", dice y precisa que, en la pandemia, muchos integrantes se fueron, por lo que se tuvo que lanzar una convocatoria. El año pasado se trató, en concreto, de aprender las obras, pulirlas, trabajar la parte instrumental, grabar y cristalizar el álbum en un proceso complicado de posproducción.

"Varios poemas son del Primero sueño de Sor Juana; que muchos consideran su obra más lograda; otros, no. Hay una pieza, por ejemplo, de la que se supone que Sor Juana escribió la música, mientras que en algunos casos se trata de novohispanos que tomaron el poema de Sor Juana e hicieron la música. En otros sólo es música de ese tiempo, como en el caso de Thomas Tallis, artista europeo que no tiene mucho que ver con Sor Juana, salvo que vivió en la misma época de composición".

Una de las mayores complejidades, abunda el también pianista concertista, es que se trata de piezas a dos coros: "Era una práctica que empezó en Italia, desde el periodo de los hermanos Gabrieli, el barroco temprano en el que el espacio se utilizaba como parte de la expresión. Entonces, se hacían dos coros y era como el principio del surround".  Una especie de diálogo, preguntas y respuestas que vienen de diferentes lugares, algo que al público le da la sensación espacial de que el primer coro viene de una parte de la iglesia y el segundo le contesta desde otro lado, explica. "Es difícil porque se necesita dividir la fortaleza del coro en dos e igualar la sonoridad de ambas partes para que las preguntas y las respuestas se escuchen con la misma calidad".

Otro de los retos, concluye el director, fue que al Coro lo conforman cantantes no profesionales, "gente que quiere y le gusta cantar, pero que no se dedica al 100 por ciento a esto y lleva años de estudio de técnica vocal. Están por el gusto".

"Fuego que abrasa" puede escucharse en Spotify. En los próximos días, el Coro anunciará la fecha de varios conciertos.

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melc

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