Más Información
INE aprueba presupuesto precautorio de 13 mil mdp para elección judicial; organización sigue pausada por suspensiones
Juez multa con más de 50 mil pesos a 11 consejeros del INE; desacatan prohibición sobre preparativos de elección judicial
Relatoría de CIDH repudia violencia contra periodistas y medios en México; estas situaciones generan autocensura, afirma
Reforma para desaparecer órganos autónomos, lista para debate en Diputados, afirma Monreal; detalla proceso y fechas clave
¿Cuando una mujer publica un libro, es autora o " autriz " ("autrice", en francés )? ¿Escritor, escritora, mujer de letras? ¿O simplemente novelista, ensayista? La cuestión, no dilucidada, revela las dificultades de la feminización de la literatura francesa.
"Femmes de lettres, 101 auteures essentielles" (Mujeres de letras, 101 autoras esenciales), titula la revista "Lire" en un número especial publicado este viernes. En este número, la austríaca Elfriede Jelinek, premio Nobel de Literatura 2004 , asegura a la periodista: "Sí, yo soy un 'autriz' cómica".
La palabra "autora" (en francés "auteure"), muy inusual antes de 1990, fue preconizada inicialmente en Canadá y adoptada en 1999 por la "Guía de ayuda a la feminización de los nombres de oficios, títulos, grados y funciones" del Centro Nacional de Investigación Científica (CNRS) de Francia.
Elfriede Jelinek.
Foto: EFE/Ulrich Schnarr, archivo
Al final, fue reconocida por la Academia de la lengua francesa 20 años más tarde.
Pero en la actualidad está sufriendo la competencia cada vez más tenaz de la palabra "autrice" -similar a "actrice", "actriz" en francés- que vuelve tras años de olvido.
Lee también:
"Aún estamos en un período de transición. La Academia observa" declaraba en 2019 la académica Dominique Bona al diario "Libération". La institución, en un informe firmado por cuatro miembros, optaba mas bien por "auteur" (autor) para una mujer, asemejándolo al caso de "médecin" (médico, una medico).
Un debate que se ha extendido por años
El tema no es nuevo. El escritor Jules Renard indicó en su diario, el 6 de marzo de 1905, tras una de sus habituales pullas misóginas: "Las mujeres buscan un femenino a 'auteur'".
En este mismo número de "Lire", que rinde homenaje a Virginia Woolf , Madeleine de Scudéry o Toni Morrison , se lee que el "37% de los escritores ("écrivains") son escritoras ("écrivaines")". Esta palabra, "écrivaine", está lejos de generar unanimidad.
La novelista Christine Angot , por ejemplo, prefiere "écrivain". "Yo soy 'écrivain', no soy 'écrivaine'", declaró en televisión en 2017, irritada por que la profesora universitaria y política Sandrine Rousseau escribiera "auteure".
Lee también:
Simone de Beauvoir.
Foto: Archivo
Aunque la feminización se ha acelerado en el idioma francés en este siglo, el proceso fue muy lento en el XX. Françoise Sagan, Marguerite Yourcenar o Simone de Beauvoir probablemente jamás escucharon que ellas fueran "autrice" o "écrivaine", términos considerados entonces como barbarismos.
La represión del femenino en las letras francesas
"La inseguridad lingüística es muy fuerte en Francia, debido al temor a no hablar como se debe. Y los franceses piensan que el idioma debe ser regido desde arriba, cuando en realidad evoluciona desde abajo" explica a la AFP Véronique Perry, lingüista de la universidad de Toulouse Paul-Sabatier.
A título personal, ella prefiere "auteure", pero insiste en que "cada uno sea libre de designarse según su preferencia (...) ¡No debemos corregir a la gente cuando se refiere a sí misma!".
Lee también:
Eliane Viennot, historiadora de la lengua francesa , defiende "autrice" con fervor. "Es la palabra que está ganando, y apuesto que dentro de cinco años muy poca gente seguirá escribiendo 'auteure'", dice a la AFP.
Las escritoras Paule Constant y Dominique Bona celebrando el haber ganado el Premio Goncourt en 1998. Foto: AP PHOTO/Michel lipchitz
El proceso llega tras siglos de represión de los femeninos por parte de la Academia francesa. "Hay ámbitos marcados como masculinos: la escritura, la palabra pública, la filosofía... Se ha vendido e impuesto la idea a las mujeres de que en esos campos, como en el de la política, más valía pensar en masculino", apunta Viennot, que firma como "professeuse" emérita.
"Durante mucho tiempo, se les ha rehusado la expresión adecuada. Y aunque escribieran tanto como los hombres, lo hacían ante la desaprobación pública", agrega.
El techo de cristal, en un sector editorial muy femenino (74% de los empleos en 2016, según el último informe social del ramo), sigue existiendo sin embargo. Desde 2000, los hombres han ganado 18 premios literarios Goncourt y 14 Nobel de Literatura, de 21.
fjb