En “Fortuna”, la novela publicada en español por Anagrama que ya va en su sexta edición y que le dio al escritor argentino el en su lanzamiento en inglés con el título original de “Trust”, hay una obra clásica potente. No sólo se apropia de la novela total que se produjo en el siglo XIX y la deconstruye, además es una apuesta “discretamente experimental”, porque el narrador y filósofo no quería una novela explosiva “pirotécnicamente experimental”.

Una obra arriesgada que supone un rompecabezas, una obra que arranca siendo una novela dentro de una novela, pero que avanza hasta ser una pieza ambiciosa contada a cuatro voces, donde dos de ellas son de mujeres; un artefacto literario que juega con la potencia de la ficción en su otra cara de la realidad, en la que se revela una historia sobre el dinero, las grandes fortunas en Estados Unidos y los soberbios magnates que acumulan enormes fortunas.

Una novela que habla del poder del dinero, del capitalismo y la codicia, que deja entrever los orígenes y oscuridades de la desigualdad social que se fundamenta en la desigualdad económica, y una historia que recorre el siglo XX --arranca en los triunfales años veinte--, teniendo como protagonistas principales, al magnate norteamericano Benjamin Rask y a su esposa, la aristócrata Helen. Una historia de excesos, pasiones, ambiciones, traiciones, locura, amor, lucha política y oscuridades.

Foto: Editorial Anagrama.
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“Fortuna” es la segunda novela y la apuesta más tremenda de Hernán Díaz, quien asegura que cuando decidió escribir sobre el dinero, se dio cuenta también que si toda persona contiene multitudes, toda fortuna es una multitud de multitudes, porque toda fortuna es la suma de “trabajo humano que ha sido expropiado”, aunque en Estados Unidos y en todos los países subsista la idea del magnate que se ha hecho a sí mismo, sin ayuda de nadie.

“La del gran magnate que se ha hecho así mismo es por supuesto una mentira ideológica; sabemos que toda fortuna es producto de una suma de trabajo humano que ha sido expropiado. No es posible otra definición realmente. Toda fortuna contiene a todos estos trabajadores. En un momento para mí eso fue paralizante, darme cuenta de esto, porque dije ‘¿de qué modo puedo reflejar esta dimensión multitudinaria de una fortuna?’, pues traté de hacerlo en ciertos pasajes, mediante cierto uso del lenguaje”, afirmó el escritor a

Hernán Díaz, el Premio Pulitzer de Ficción 2023 estará en México para el mes de septiembre, pues es uno de los invitados principales al Hay Festival Querétaro, que se realizará del 7 al 10 de septiembre.

Novela polifónica y poliédrica

El narrador y filósofo nacido en Buenos Aires, en 1973, que creció en Suecia y ha pasado la mayor parte de su vida en Estados Unidos, donde da clases en la Universidad de Columbia, y desde donde escribe su obra literaria en inglés, aun cuando mantiene su perfecto español tan “porteño”, tan argentino y tan de Buenos Aires, donde estudió su licenciatura para luego doctorarse en Filosofía en la Universidad de Nueva York, conversó con periodistas de México y Argentina.

Allí aseguró que tras la parálisis que fue darse cuenta de que toda fortuna se amasa sobre el trabajo de miles de trabajadores que tienen muy poco, y de reconocer que hay pocos que amasan grandes fortunas, mientras jardineros o gente de la construcción apenas sobrevive, llegó a la conclusión de que podía resolver esa desigualdad con la estructura polifónica del libro.

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“Es un modo modesto, contenido, a escala, sinécdoque de pensar esta multiplicidad poliédrica que tiene toda fortuna. Creo que por eso el libro es polifónico, prismático, poliédrico en sí mismo”, afirmó Hernán Díaz, quien asegura que hubo un trabajo profundo de documentación de diarios, archivos y lecturas privadas de magnates y esposas de esos magnates de los Estados Unidos, y de documentos de finanzas y tratados financieros y monetarios en bibliotecas públicas, de la época, así como periódicos y revistas.

“Leí documentos del momento para aprender mejor a hablar del dinero en ese tono y evitar anacronismos; también leí todas las autobiografías que pude de prohombres norteamericanos, desde Benjamin Franklin hasta Herbert Hoover, unos 250 años de estos libros indigeribles, y también leí muchos documentos escritos por las mujeres y esposas de estos grandes hombres, capitanes de las finanzas norteamericanas, que son documentos que no han sido publicados”, señala.

En esa profunda documentación, investigación y lecturas para la novela se dio cuenta de otro tema que lo sorprendió: la ausencia total y absoluta de mujeres en estas épicas del capital.

“Esto pasó a ser un interés central para mí en la novela, porque es una exclusión absolutamente deliberada; pensemos que la primera mujer en ser aceptada en la Bolsa de Valores de Nueva York, fue en 1975, esto habla de lo intencional que ha sido esta segregación. Y me intereso mucho el lugar al que las mujeres habían sido adjudicadas en estas narrativas, que es un lugar en general bastante servil, el de esposa obediente, que parece ser el lugar más primordial”, señala el narrador que aún no se sobrepone de lo que ha significado “Fortuna”.

Foto: Editorial Anagrama.
Foto: Editorial Anagrama.

Desde su aparición, la novela se convirtió en todo un éxito, se ubicó en uno de los diez mejores libros publicados en 2022 en periódicos como “The New York Times”, “The Washington Post” y la revista “Time”; fue uno de los mejores libros del año en la lista del expresidente Barack Obama. Una novela sobre el dinero que le trajo fortuna y le cambió la vida.

Para Hernán Díaz las voces pasaron a ser muy importantes para él en su novela; es decir, quiso plantear a quién se le ha dado un megáfono en la historia y quién ha sido amordazado.

“En vez de meramente tematizar esta cuestión de la voz en torno a grandes épicas del capital que coinciden también con las épicas de la constitución de la nación, o presentarla como monográfico, me pareció más interesante invitar a los lectores y a las lectoras a tener la experiencia de lo que implica estar en contacto con estas voces, o tener la experiencia de la marginalización de ciertas voces. Por eso también la voz más importante de la novela está literalmente enterrada bajo estos estratos y estas capas tectónicas narrativas y el trabajo de los lectores es arqueológico para llegar a esa voz”, afirma Díaz.

La ficción puesta a prueba

Pero hay algo más que también quiso el autor de “A lo lejos” --su primera novela--, Hernán Díaz, quiso en “Fortuna”, además de hablar del dinero y de desvelar los engranajes del capitalismo, quiso volver a pensar un poco cuál es el lugar de la ficción en nuestras vidas, en nuestra vida cotidiana.

“Creo que la ficción es relegada, en general, a una especie de accesorio discursivo, podría estar, podría no estar, es un pasatiempo inocuo, y creo que la ficción para bien y para mal puede dejar una huella, una marca en la realidad; creo que cada uno de nosotros somos la suma de historias que contamos acerca de nosotros mismos y las historias que otros cuentan acerca de nosotros, algunas de esas historias son ficticias y no por eso dejan de ser relevantes”, afirma el escritor que empezó a publicar “tarde”, pero que ya había sido con “A lo lejos”, finalista del Pulitzer, y del PEN/Faulkner.

Silvia Sesé, directora editorial de Anagrama, calificó a Hernán Díaz como “uno de los autores más importantes e interesantes de la narrativa norteamericana” y a “Fortuna” como una novela de muchísimas capas de lectura a través de cuatro partes en las que se divide y en la que retoma la tradición de la novela del XIX para romperla y deconstruirla, con el fin de reflexionar sobre qué es una novela, qué es una narración.

“Además de centrarse en el gran tema del dinero y del capital, que a la vez se liga con el origen de la narración, sobre el origen de la literatura, es una novela sobre el dinero, sobre el patriarcado, es una novela de mujeres silenciadas, y de mujeres que toman la voz. Una novela con muchos niveles de lectura, juega con la experimentación, pero consigue tener ese pulso narrativo clásico, totalmente absorbente”, señaló la directora de Anagrama.

Una característica que enfatizó Hernán Díaz: “Esta novela es discretamente experimental, no quería que fuera pirotécnicamente experimental. Sí ese experimento tiene algún sentido es el de recuperar el lugar de la ficción en el mundo y tal vez invertir las expectativas que tenemos. La ficción no sólo está ahí para imitar la realidad, que es lo que se nos ha enseñado en general, sino que está ahí para constituir el modo en el que percibimos la realidad”, sentenció el autor de la novela que ha sido considerada una novela magistral y que ha sido traducida al español por Javier Calvo.

El escritor dijo además “si bien en ‘Fortuna’ sólo vemos la cúspide de esta especie de iceberg que es este magnate Benjamin Rask, creo que en todas partes del mundo es bastante similar esa idea de que se presenta a sí mismo como un hombre que se ha hecho en el mundo del dinero por sí solo, cuando sabemos lo que eso ha significado para millones de personas”.

Díaz, agrega, que el proyecto nació como una novela acerca del dinero, de esa disonancia que imaginó entre un exceso total, a personas y situaciones, y por otro lado un confinamiento y paranoia, de esta especie de desconexión entre exceso y soledad radical, “la soledad parece ser algo de lo que al final termino escribiendo siempre”.

Una investigación primera lo llevó a descubrí que en el canon norteamericano, que es en el que él estás más en conversación, no había novelas sobre el proceso de acumulación del capital, aunque sí había un montón de novelas sobre historias que giran en torno al dinero, cuestiones de clase, las excentricidades o la opresión de los subalternos, y de las clases subalternas, pero no del proceso mismo, de los engranajes mismos de la acumulación del capital, porque de eso es algo de lo que no se habla.

“Por un lado tenemos esta fuerza que determina casi todas las relaciones sociales, interpersonales que establecemos a diario, están medidas de algún modo y nuestras relaciones están regidas por el dinero, y al mismo tiempo el dinero es un gran tabú, es algo de lo que no se habla, que genera incomodidad, especialmente en Estados Unidos, donde existe una mojigatería muy fuerte en torno al dinero que tiene que ver con cierta tradición puritana”, afirma el narrador cuya obra, “Fortuna”, ha sido calificada de intrincada, ingeniosa, ambiciosa, inteligente y rebosante de sorpresas.

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