El martes de esta semana, la Fonoteca Nacional recibió a sus escasos visitantes con un pequeño letrero que informaba que, por labores de mantenimiento, las consultas a los archivos y documentos de audio no estaban disponibles para el público.
Al lado del área de consulta, la exposición "Las músicas de las carpas de México" (1890-1930), de Natalia Bieletto-Bueno, es la única actividad a la que se puede acceder por las tardes, ya que el resto del recinto (Francisco Sosa 383, Coyoacán) está cerrado. Dentro de la sala, una única visitante contempla la muestra.
En la audioteca Octavio Paz, una trabajadora informa a una visitante interesada en consultar el acervo para un trabajo de sonoridades de la capital mexicana, que la semana pasada un alto voltaje en la zona provocó un apagón que ocasionó daños, por lo que los servidores de los archivos están en mantenimiento.
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Al preguntarle cuándo se podrá consultar el archivo sonoro, la trabajadora responde que no tienen fecha, pero que en redes sociales informarán si hay novedades. Todavía ayer, en redes, la Fonoteca informó que el sistema de consultas seguía suspendido.
La visitante pregunta si es posible entonces consultar los archivos sonoros en línea, a lo que la trabajadora responde que no, debido a temas de derechos de autor. Hasta ayer, la página web de la Fonoteca se encontraba sin servicio.
Lo que se encuentra activo son las redes sociales, que informan constantemente que este septiembre se realizarán 10 eventos (sesiones de escucha y conciertos), todos a las 19 horas en diferentes fechas.
La belleza del edificio que alberga a la Fonoteca Nacional, la Casa Alvarado, construida en el siglo XVIII, poco importa al público, que es cada vez menos.
En agosto de 2022, las fuertes lluvias y la falta de mantenimiento provocaron la caída de una de las bardas perimetrales del Jardín Sonoro. Hoy, otra barda se alzó en su lugar, no está pintada y tiene manchas de humedad por la lluvia.
Del otro lado del Jardín Sonoro, una estación que mostraba distintos sonidos de aves mexicanas luce abandonada. Un pequeño letrero indica que se encuentra en proceso de mantenimiento.
Estos hechos son evidencia del desmantelamiento y falta de presupuesto de la Fonoteca Nacional que dirige Francisco Javier Rivas, y que es la institución, a nivel Nacional, encargada de la difusión, preservac
La fotógrafa Paulina Lavista denunció en varios textos publicados en este diario “el golpe del gobierno federal a la Fonoteca”, con una disminución de 80% de su presupuesto y el despido de una parte importante de sus trabajadores. Denunció también a Pável Granados, director de la Fonoteca de 2019 a 2022, por el despido masivo de trabajadores y “por inepto”.
En 2022, Lavista escribió una recopilación de hechos en la Fonoteca: “El escritor e incipiente director, Pável Granados, no da la cara y cobardemente manda a uno de sus empleados a comunicar la triste noticia, cuando, a mi parecer, un director que se respeta debe enfrentar a sus subordinados, sobre todo sí tiene ‘la facilidad de palabra’ por ser escritor”.
De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, los recursos para la Fonoteca en 2019 fueron de 13.1 millones de pesos, pero en 2020 bajó a 9.9 millones. Para 2021 se destinaron 8.1 millones, lo que provocó la reacción de la comunidad cultural. En 2022 el presupuesto subió a 12.5 millones y en 2023 bajó a 11. 9 millones. Este año el gasto asignado es de 12.5 millones. Si bien hay un incremento, no se compensa por la inflación acumulada, que alcanzó en julio pasado 27.7% de 2019 a la fecha.
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Priorizar objetivos
El 10 de diciembre de 2008, la Fonoteca Nacional abrió sus puertas en su actual sede, lo que la convierte en una de las direcciones de la Secretaría de Cultura más jóvenes.
De acuerdo con la fundadora y exdirectora de la Fonoteca Nacional, Lidia Camacho, la institución nació con la finalidad de preservar el patrimonio sonoro de México, el cual era uno de los más abandonados y complejos del país en ese momento. Admite que el abandono y falta de presupuesto es un tema delicado, pero se necesita “concientizar a los tomadores de decisiones para voltear a ver a la Fonoteca”.
Rememora que su creación fue producto de ocho años de gestión, en los que el trabajo principal fue convencer a las instituciones públicas, privadas y a los coleccionistas para donar sus acervos sonoros. Durante sus primeros años de operación, la Fonoteca Nacional dedicó sus esfuerzos a digitalizar el material donado.
“(El abandono y el presupuesto) es sin duda un tema delicado, puesto que en el ámbito cultural se suele decir que no hay presupuesto que alcance para todo lo que se quisiera. Sin embargo, es muy importante, concientizar a los tomadores de decisiones de que estamos en una carrera contra el tiempo, ya que la mayor parte de los documentos sonoros que no se salvaguarden ahora, habrán desaparecido y me temo que por falta de mantenimiento en el sistema de gestión de almacenamiento digital se pierdan incluso los acervos sonoros ya digitalizados”.
Lidia Camacho reitera que se necesita presupuesto para llevar a cabo las tareas sustanciales de la Fonoteca. “Se requiere destinar recursos suficientes para los trabajos de restauración, catalogación y digitalización de los acervos sonoros y, sobre todo, para mantener actualizado y en permanente revisión el sistema de gestión y almacenamiento masivo digital. Es fundamental mantener su visión, misión, alcances y prestigio”.
El conservador de materiales audiovisuales Fernando Alarcón coincide con Lidia Camacho, ya que confirma la necesidad de destinar presupuestos adecuados a las instituciones para proteger el patrimonio sonoro. “Los archivos audiovisuales en México se mueven de acuerdo con la agenda política, por eso las instituciones dedicadas a la preservación de la memoria deben recibir presupuestos adecuados, y deben tener una agenda propia”, expresa.
Alarcón insiste en que se debe invertir en especialistas en restauración y catalogación sonora que garanticen la protección de los actuales acervos, y que deben existir evaluaciones serias al trabajo de la Fonoteca en los últimos años.
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El especialista recuerda cuando la Fonoteca Nacional comunicó en 2019 el probable hallazgo de la voz de la artista Frida Kahlo. “Cuando dijo la Fonoteca que tenían la voz de Kahlo y luego se dijo que no, ¿qué falló en el registro? Fue claramente un fallo en los registros, en la catalogación. Si hubieran hecho un buen trabajo, desde el inicio, se hubieran dado cuenta de que era la voz de una actriz”, abunda.
Sobre la poca afluencia en la Fonoteca, Alarcón menciona que el área de difusión debe encargarse de crear públicos jóvenes. “No porque no tenga público no sirve o no tiene una función social, se debe de difundir de forma seria su importancia, deben de crear públicos”.
Xilonen Luna, etnomusicóloga que trabajó como coordinadora del Catálogo de Música Indígena de la Fonoteca, piensa que la austeridad republicana debería priorizar en sus objetivos el patrimonio vivo y la memoria sonora de México.
Afirma que “se necesita algo más que un buen administrador” en la cabeza de la dirección. “Se necesita un especialista que sepa de patrimonio sonoro, alguien que no pierda los objetivos por los cuales fue creada la Fonoteca Nacional. Desde Pável (Granados) yo perdí contacto, ellos cerraron filas. Creo que hay personal valioso todavía, pero hacen lo que pueden, eso es lo que preocupa”.
Apunta que, en general, hay un mal entendimiento entre la población sobre el valor de un archivo audiovisual. “Entiendo la austeridad y respeto mucho a nuestra futura presidenta, pero hay un mal entendimiento de lo que requiere un archivo sonoro, de su complejidad y de su importancia; la restauración es un trabajo poco valorado en México. Espero que haya un cambio en el futuro, que la política cultural vea hacia estos temas”, ahonda.
En el baño de la Fonoteca, un letrero hecho con papel pide cuidar las instalaciones sanitarias, con la frase: “Fonoteca Nacional, la casa de los sonidos de México".
Cerca de las tres de la tarde, la trabajadora que informa sobre la situación de consulta de archivos cierra la audioteca...
Se solicitó al encargado de la Fonoteca Nacional una entrevista para conocer los programas, avances, alcances y planes en materia de restauración sonora, pero hasta el cierre de esta edición el área de Comunicación Social no dio respuesta. Se preguntó también sobre el cierre de las consultas del archivo sonoro, pero tampoco contestaron.