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El último trimestre del año, que se caracteriza por el maratón de celebraciones que muchos esperan con entusiasmo, está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo festejarán los mexicanos con la nueva normalidad impuesta por la pandemia? La celebración del Día de la Independencia de México de este 2020 marcó lo que podría ocurrir con las conmemoraciones y fiestas como el Día de Muertos o Navidad : plazas públicas cerradas.
Lo cierto es que, con el Grito, pese a que las autoridades recomendaron no hacer reuniones ni salir de casa, a uno que otro le ganó la emoción de festejar y se saltó las medidas de prevención, ya consideradas como normas sociales.
Entramos a la semana número 13 en semáforo naranja en la Ciudad de México y en otros estados de la República, pero, como casi cada semana, hay postales que demuestran que para muchos la nueva normalidad se parece mucho a la vieja.
Las fuertes lluvias de la ciudad también obligaron a la búsqueda de refugio en las vías públicas, convirtiéndose ahora en un posible punto clave para el contagio de Covid-19 . También esta semana se cumplieron 35 años del terremoto de 1985 y tres años del de 2017, y como parte de la conmemoración se llevaron a cabo simulacros con rescatistas, en donde los perros discípulos de Frida se robaron la atención.
Los fotoperiodistas de EL UNIVERSAL cuentan la historia detrás de las imágenes más destacadas.
Refugio contra la lluvia, ¿posible zona de contagio?, de Juan Boites – 12 de septiembre
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Ese día justo iba a la conferencia de Gatell y en el camino empezó a llover horrible. Fue un aguacero espontáneo. Llegué al Zócalo y vi los tumultos de gente tratando de cubrirse de la lluvia. La mayoría de la gente no traía cubrebocas, qué sana distancia ni que nada, como si nada pasara. De pronto las preocupaciones de la nueva normalidad se suman a las preocupaciones de la vida diaria. Como una lluvia puede provocar esos tumultos, puede llegar a hacerse un contagiadero. Antes compartías hasta paraguas, ahora qué vas a andar compartiendo.
Tortillas tricolor, de Jorge Alvarado, 14 de septiembre
Foto: Jorge Alvarado/ EL UNIVERSAL
Es una familia que se ha dedicado a vender tortillas desde hace 25 años. La idea de preparar una tortilla tricolor surgió cuando su hijo cumplió 15 años, porque su cumpleaños cae también el 15 de septiembre. Ellos hacen las tortillas a base de frutas y verduras, los sabores no son fijos, los van cambiando, pero siempre usan frutas, verduras y cereales; las hacen de jamaica, espinaca o betabel, depende de lo que hayan comprado de mercancía. No le ponen conservadores.
Saben muy ricas. Se encuentran en Toluca, ya las había probado hace mucho. Este año, desafortunadamente, calculan que su producción bajó un 80%. En años anteriores desde días antes les hacían los pedidos al grado de que casi no vendían tortillas sin que fueran bajo pedido. Pero ahora sí le vendían la docena de tortillas a quien llegara.
Oportunidades perdidas por cierre del Centro, de Berenice Fregoso – 15 de septiembre
El día del grito cerraron las calles del Centro de la ciudad. El Zócalo estuvo totalmente hermético. Las autoridades pedían mostrar una certificación que señala que vives ahí, pero la verdad es que mucha gente iba por trabajo. Nos encontramos a una chica que llevaba su solicitud de trabajo para una panadería muy famosa de ahí. Estaba muy preocupada, sentía que tenía muchas oportunidades de quedarse con el trabajo, pero pues no podía pasar.
El ambiente sí estaba un poco tenso porque la gente reclamaba porque necesitaban adquirir ciertas cosas. Yo pasé el bloque porque me identifiqué como prensa, la verdad es que todos los locales ya estaban cerrados. Muchos iban a comprar algo, pero por lo visto tampoco se enteraron que todo estaba cerrado.
Un 15 de septiembre sin gritos, de Diego Simón Sánchez – 15 de septiembre
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
El Zócalo vacío fue lo relevante este año. Fue extraño verlo así en la noche del 15 . Los fuegos artificiales, la iluminación y la bandera, todo sin gente. Nos citaron a las siete de la noche y esperamos todas esas horas en silencio, otros años hay verbena, pero ahora sólo estaban las luces que formaban la silueta del país.
Nos pasamos cuatro horas matando el tiempo platicando. Los años pasados nos entreteníamos haciendo fotos de la gente celebrando, ahora sólo retratamos calles vacías. También pasamos hambre, a las 9 de la noche ya queríamos cenar, pero ahora no había nada que comer. Otras veces sabíamos que podíamos ir a un restaurante después del grito para mandar nuestras fotos y celebrar, ahora todo estaba cerrado. Rodeamos como cuatro calles buscando una tiendita, no encontramos nada, regresamos muy tristes.
Preseas para personal médico durante el desfile, de Berenice Fregoso – 16 de septiembre
Foto: Berenice Fregoso/ EL UNIVERSAL
Fue un desfile militar desangelado, pese a que hay personas que intentaron acercarse para verlo. También entregaron la Medalla Miguel Hidalgo al personal médico, entre ellos se encontraba un familiar en representación de uno de los galardonados que falleció durante la pandemia. Aunque no tenían a sus familiares a un lado, el que haya sido en el marco del desfile le dio emotividad, incluso a pesar de que no hubo una entrega mano a mano de las preseas por parte del presidente. Eran como más de 30 personas que platicaban entre ellos, yo creo que por la lucha que han tenido con la pandemia están conscientes de que no pueden tener contacto, eran muy respetuosos con la sana distancia.
Buscando el color del desfile militar, de Diego Simón Sánchez – 16 de septiembre
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
A mí me acreditaron para estar en la azotea del Palacio Virreinal . Ahí tomé la foto de la bandera. Desde muy temprano hicimos las fotos oficiales. Ésta fue cuando el presidente dio la orden de izar la bandera. Este año también fueron muy pocos vehículos militares, pero en la imagen no se aprecia mucho porque la foto no es abierta.
Fue muy apresurada la cobertura porque después del show de los helicópteros, nos fuimos corriendo a Eje Central para ver si había ido gente a presenciar el desfile. Era lo que buscábamos, ver cómo el público seguía al convoy pese a las peticiones de que no asistieran. Unos iban con cubrebocas, otros no.
Foto: Diego Simón Sánchez/ EL UNIVERSAL
Me acordé mucho de cómo fue el rollo hace 10 años con el Bicentenario , esa vez hasta trajeron producción casi casi hollywoodense, había tropas de otros países invitadas a desfilar. Otros años hay mucho color, ahora no. También buscamos cuando rompen filas los militares, ahí es donde encuentras esas fotos que no son oficiales, donde vemos cómo se reúnen con sus familias o con la novia que los reciben, tampoco pudimos ver eso.
Rescatistas con actitud de rockstars, de Juan Boites – 17 de septiembre
Foto: Juan Boites/ EL UNIVERSAL
Nos invitó la Marina para ver una demostración de cómo estaban preparados sus equipos para rescates en construcciones colapsadas. El simulacro era un sismo de 7.6 a las 7:40 a.m. Entre el equipo se encontraban los perros y encontraron a dos víctimas, uno vivo y otro muerto. Ellos son como los discípulos de Frida y eran muy curiosos porque ya con los gogles puestos parecen rockstars, pero además para la foto posaron como si lo fueran, me voltearon a ver. Le tuve que decir a los marinos “ustedes también pueden voltear”, porque más bien los que volteaban eran los perros, listos para la foto. Estaban entrenados para rescatar, pero un poco también para la atención a medios.
Más que un cubrebocas, de Carlos Mejía – 17 de septiembre
Foto: Carlos Mejía/ EL UNIVERSAL
La tomé mientras esperaba a que salieran los invitados del informe de Sheinbaum y pasó este muchacho con su cubrebocas que parece más una bandera que una mascarilla. Me llamó la atención y rápido traté de acomodarme para que me quedara limpio, en primer plano, sin algo que me estorbara al fondo. Son reacciones en segundos en las que debes de componer la imagen en tu mente.
Tomar fotos de personas con cubrebocas creo que ya es una pena a la que nos estamos acostumbrando. Ahora ya vemos mascarillas de todos los materiales y con caricaturas. Creo que ya le vemos el lado de sacarle provecho y buscar comodidad. A finales de febrero veíamos como una exageración ver a alguien con su cubrebocas desechable. Ahora, ya hasta nos sentimos inseguros sin él.
fjb