Fernando Romero (Ciudad de México, 1971), el arquitecto de populares proyectos como el Museo Soumaya y colaborador importante del cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de México (Naim) emprende nuevos proyectos en El Salvador, de la mano del presidente Nayib Bukele: el Nuevo aeropuerto de El Salvador y Bitcoin City.
Romero explica que, tras entrevistarse con Bukele, el presidente salvadoreño le pidió desarrollar el aeropuerto en dos etapas, primero la terminal Beta cuyo funcionamiento ayudará a financiar la construcción del resto del aeropuerto y una vez concluido, ya comenzará la construcción de Bitcoin City —El Salvador es el único país que reconoce a la criptomoneda Bitcoin como una forma de pago legal. Estos proyectos buscan “desarrollar el sur” de El Salvador.
“La terminal beta tiene una pista de 1.4 kilómetros y permite recibir a los primeros inversionistas y a sus primeras aerolíneas. Luego creces la pista y haces ya el aeropuerto completo con toda la infraestructura para (recibir) 7 millones de pasajeros”, explica Fernando Romero, quien agrega que en la estructura del aeropuerto hay una figura triangular que hace referencia al escudo de la bandera de El Salvador.
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Bitcoin City será una ciudad ubicada en las faldas del volcán Conchagua, de un tamaño similar al de Manhattan, Nueva York. Tendrá la forma del logo de Bitcoin, es decir será circular con una gran letra B al centro, que será rodeado por dos perímetros con forma hexagonal para hacer alusión a la tecnología blockchain que usa la moneda. La B será la plaza central de la ciudad, donde habrá un museo dedicado a la historia del dinero.
Romero explica que la ciudad será caminante, pues está basada en el principio de que el habitante tendrá acceso a servicios a máximo 15 minutos caminando de distancia. También asegura que habrá una red de transporte limpio.
Ante el cuestionamiento del impacto contaminante del Bitcoin, Romero apunta que este sistema monetario funciona con energía geotérmica con una planta ubicada ahí mismo en Conchagua.
“La gente lo asocia como cuando un coche está contaminando, pero realmente Bitcoin ya migró a las tecnologías limpias, es decir, la mayor parte de los países, incluyendo El Salvador, están caminando con la energía del calor de la tierra, que es la energía geotérmica”.
El arquitecto señala que “palacio presidencial estará en la parte más alta del terreno” de Bitcoin City. Dice que la ciudad tiene parte de la visión del proyecto del arquitecto Oscar Niemeyer y el urbanista Lúcio Costa, quienes en los años 50 volvieron a Brasilia la nueva capital de Brasil. “Parte de los estudios que están haciendo ahorita es, de qué tamaño y qué secretarías se mueven”.
Ante la pregunta sobre si eso significa que esta nueva ciudad será la nueva capital de El Salvador, el arquitecto mexicano afirma:
“Se están analizando opciones, eso todavía no está confirmado, pero estamos trabajando ahorita en ver los distintos ministerios y sus dimensiones; el gobierno está analizando qué secretarías se podrían mover”, afirma.
De estos proyectos que presenta Romero —quien no será remunerado con Bitcoin—, apenas se inició la construcción del aeropuerto Beta, que estima estará listo de 14 a 18 meses. Espera que la segunda parte del aeropuerto quede concluida de dos a 3 años y medio. En el caso de la ciudad, los tiempos de construcción son distintos:
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“Las ciudades son siempre a largo plazo, imagínate si un aeropuerto puede llevar de dos a seis años, una ciudad puede llevar tal vez de cinco a 25 años. Sin embargo es un presente muy ambicioso y tiene la ambición de desarrollarlo en tiempo récord”, dice Romero.
Al preguntarle qué visión comparte con el presidente Bukele —figura controversial por reelegirse aunque su constitución no lo permite y por reducir la inseguridad a costa de los derechos humanos— para querer trabajar con él, Romero dice que Bukele es un “visionario”.
Agrega: “Ha sido un cliente muy bueno porque cree en la infraestructura, cree en el diseño, cree en la tecnología, es un hombre joven, visionario, buscando desarrollar su país (…) Le tengo mucha admiración, un hombre visionario que ha tenido la sencillez de entender el mundo actual y que ha tenido la capacidad de gradualmente ir transformando a su país”, concluye Romero.