Cultura

Fernando Fernández sigue las huellas de Gerardo Deniz

En el libro Mar en turco, Fernández aborda la correspondencia que tuvo Deniz con Octavio Paz y Georges Dumézil y su impacto en Eduardo Milán y Evodio Escalante, entre otros temas

El libro lo publica el sello Bonilla Artigas Editores Foto: Yaretzy M. Osnaya / EL UNIVERSAL
12/08/2024 |02:46
José Quezada
Reportera de la sección CulturaVer perfil

En las palabras del escritor Fernando Fernández, el legado del poeta Gerardo Deniz representa un misterio por delante, una puerta a la espera de ser abierta por los lectores: “Es una obra que se mantiene con todos sus valores, aunque es cierto que, por su propia dificultad, no es accesible para un público mayoritario. No va a ser nunca un , como lo son muchos grandes poetas”, abunda el ensayista y poeta, quien acaba de publicar bajo el sello de Bonilla Artiga Editores el libro Mar en turco. Ensayos sobre Gerardo Deniz, en el cual compila una serie de textos escritos en distintos momentos sobre el autor de Gatuperio.

Pero allí está la obra (casi completa), continúa el también editor, a la espera de los lectores: dos grandes tomos, Erdera, con su poesía, y De marras, con su prosa. Del último libro, afirma, hay cuatro o cinco grandes reseñas desde su publicación, lo que significa que la atención debida tampoco se la ha dado la crítica nacional.

Sobre el origen de este libro, recuerda que conoció a Gerardo Deniz en 1988, “cuando lo busqué para pedirle unos poemas para una revista universitaria llamada Alejandría, que hacíamos en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Pasé a recoger los poemas un viernes de 1988 y muy pronto me sentí fascinado por su conversación y su personalidad. Muy pronto comencé a leerlo y estudiarlo, de tal manera que yo tenía muy avanzada una tesis de grado de licenciatura en la facultad sobre Juan Ramón Jiménez y cuando descubrí a Gerardo Deniz y su poesía, tiré al cesto de los papeles mi tesis sobre Juan Ramón Jiménez y me puse a estudiarlo a él. Llevo estudiándolo desde el año de 1989. En 1990 presenté una tesis de licenciatura que se mantiene inédita y, desde ese momento no he dejado de estudiarlo. Fui muy amigo suyo. Estuve cerca de él los 26 años que le quedaban de vida, hasta su muerte, en diciembre de 2014”.

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Un trayecto en el que Fernández ha dejado una serie de artículos, ensayos y hasta entradas de blog. Hace años, incluso, le propuso al viejo FONCA la creación de un libro dedicado a desmenuzar la vida y obra de Deniz; apoyo que fue el germen de la publicación que hoy se materializa y que tiene 12 partes, diez capítulos en el centro del libro, así como cuatro capítulos que no incluyó y demuestran la vasta exploración de Fernández y lo inagotable que se vuelve la poesía de Deniz o Juan Almela que, como se sabe, era su nombre verdadero: temas poco abordados como las correspondencias que el autor sostuvo con Octavio Paz y Georges Dumézil, el impacto en figuras como Eduardo Milán y Evodio Escalante, la huella de Alfonso Reyes o ciertos paralelismos con otra figura de culto, Pedro F. Miret, son algunos de los ejes del libro.

Es casi un lugar común acusar a Deniz de ser un autor hermético y de difícil lectura, algo sobre lo que Fernández es agudo: Gerardo Deniz decía que su poesía no era hermética. “El hermetismo era otra cosa para él, por ejemplo, la poesía del francés Stéphane Mallarmé. Él defendió siempre e intentó probarlo con su libro Visitas guiadas, que apareció por vez primera en el año 2000 y en el que ofreció los ingredientes de 35 de sus poemas. Fue su forma de demostrar que todo lo que aparecía en sus poemas, hasta la más pequeña referencia cultural o científica tenía una explicación racional, cartesiana, rectilínea. Eso lo trató de probar en ese libro en el que desentrañó sus poemas ante sus lecturas para comprobar que todo era producto de una razón específica; que no había nada caprichoso ni mucho menos hermético”.

Pocas veces Deniz violó esta regla general de su propia poesía, continúa Fernández y pone como ejemplo “Picos pardos”, poema más loco, libre y desatado de las referencias específicas. “Lo que ocurre es que muchas veces, casi siempre, los lectores no tenemos la cultura que él poesía para reconocer todas las grandes alusiones que aparecen en sus poemas. Antonio Carreira, uno de los más grandes estudiosos de Luis de Góngora a nivel internacional, sin tener la información que ofrece Deniz en algunos casos, descifró a la perfección ciertos poemas. Su obra no es hermética, sino que no tenemos la cultura para entenderlo en su pleno significado. Deniz criticaba que el poeta mexicano medio se dedica a explorar un lenguaje vago, impreciso. Él decía que eso sí era hermético”, concluye.

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