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La obra Felipe Ángeles de Elena Garro —que se presentará el próximo 26 de noviembre en el marco del centenario del asesinato del general villista—, para el director de escena Luis de Tavira, es uno de los textos capitales de la dramaturgia mexicana del siglo XX y tiene una “poderosísima vigencia” porque retrata a los mesías carismáticos que se hicieron del poder, como Venustiano Carranza, y porque refleja la incapacidad de un diálogo entre los mexicanos para articular el proyecto de una nueva nación.
De Tavira llevó a escena la obra de Garro en 1999, en una coproducción entre la Compañía Nacional de Teatro y el Festival Internacional Cervantino. Dos décadas después será producida por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y será presentada en el teatro Juan Moisés Calleja, del 26 de noviembre al 29 de diciembre, con la dirección de Rodolfo Guerrero y la coordinación artística de Antonio Zúñiga, director del Centro Cultural Helénico.
“Es un texto fundamental que dejó un legado; el teatro mexicano no pudo ser igual después de esta obra y dejó abierta la discusión sobre la figura de este mártir y de sus convicciones, plantea el desenlace de la Revolución Mexicana y de alguna manera coloca a Carranza como el verdugo, él recupera el autoritarismo presidencialista contra el que se combatió con Porfirio Díaz. Con Carranza se inaugura la era de los caudillos, de los jefes máximos, del presidencialismo absoluto y pues esto ahí está, en los mesías carismáticos que se hacen del poder y no resisten a nadie enfrente; la obra habla también de la incapacidad de un diálogo entre los mexicanos para articular el proyecto de una nueva nación, o de una nación como la aspiración de los pobres”, asegura Luis de Tavira en entrevista.
El actor y director de escena, considerado como una de las figuras teatrales más importantes de nuestro tiempo, añade que en esta obra se verifican algunas de las mayores virtudes de su autora. “Está inscrita en la corriente de la dramaturgia universal, Garro comienza a plantear uno de los primeros textos de teatro documental porque está basada, fundamentalmente, en las actas del proceso de juicio a Felipe Ángeles, pero va evolucionando para acceder a la dimensión poética que la filología llama realismo mágico, que es una instrospección lírica a la mente y al corazón del personaje”.
De Tavira recuerda que en su versión de 1999 siguió la línea y el concepto de Garro pero leyó de otra manera las actas del juicio. “El juicio sucede en un teatro, y es Carranza quien habrá de tomar la decisión del jurado, le ofrecen a Ángeles la posibilidad de salvarse, le dicen que si reconoce que el jefe de la Revolución es Carranza, podría salvar su vida, pero si se niega prácticamente se suicida. Por eso hice la comparación del martirologio de Cuauhtémoc según López Velarde, porque en el fondo es una pasión, es un viacrucis, y va directo a la muerte”.
El director agrega: “Ángeles es la figura de la historia del siglo XX más elocuente para el momento que vivimos, plantea muy claramente cuál es dilema en el país. El fracaso de la Revolución nace en la Convención de Aguascalientes y en la incapacidad de los mexicanos para entrar en un consenso”.