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Han puesto a la venta al mejor postor la casa que Sergio Pitol habitó desde su llegada a Xalapa, Veracruz, en 1989 y hasta su muerte, el 12 de abril del año pasado. Desde ayer por la mañana, el inmueble que tiene un perímetro de alrededor de mil 200 metros cuadrados, está a la venta; la oferta más importante proviene de una cadena de tiendas de conveniencia.
“Xalapa se queda sin Centro Cultural y Museo Sergio Pitol por la apatía de los funcionarios culturales de Veracruz (gobernador alcalde, secretaria de cultura y rectora de la Universidad Veracruzana)”, asegura Laura Demeneghi, sobrina del narrador, traductor y diplomático mexicano.
Vacía, ya sin la biblioteca ni los objetos personales del escritor, la casa ubicada en el número 11 de la calle Pino Suárez, en el centro histórico de Xalapa, será vendida porque ninguna autoridad cultural mostró interés en crear un espacio cultural que honrara la memoria del autor de Domar a la divina garza. La decisión de la venta fue tomada por Laura Demeneghi en representación de la familia.
“No estoy vendiendo la casa por dinero, es una especie de protesta, de manifestación. Yo no lo hago por dinero, pero es la única manera que veo para que esta gente entienda, estos funcionarios culturales, gestores e intelectuales culturales que se rasgan las vestiduras porque son gente sensible, a ellos les digo: ‘Aquí está su sensibilidad’. He hecho muchas protestas, intenté por todos los medios, tuve una lucha encarnizada por cuidar a mi tío, por conservar el nombre de mi tío, porque la Universidad Veracruzana lo respetara y ante esta apatía pues entonces ahora va la respuesta”, señala.
En entrevista, Demeneghi reconoce que es tremendo si ponen un Oxxo o si tiran la casa para poner lo que quieran, “pero esa es la decisión que tomamos; espero que Alejandra Frausto (secretaria de Cultura federal) se entere de qué está pasando a nivel estatal con la cultura en Veracruz”.
Laura dice que ni ella ni su padre se van a sentir jamás culpables. “La cadena de tiendas es la única que ha mostrado interés de pagar lo que valen la casa y los dos departamentos, que son como mil 200 metros cuadrados en pleno centro de Xalapa. Hay personas interesadas que quieren poner un hotel o un hostal, un restaurante o una tienda de conveniencia”, señala Demeneghi, quien cuestiona la apatía y desinterés de las autoridades por crear un sitio cultural.