Como en la rifa del avión presidencial, en la que los felices ganadores recibieron puro aire pero nada de la aeronave, los funcionarios de la Secretaría de Cultura parece que han ideado un plan para cumplir con los programas sin gastar un peso. Eficiencia región 4T al mil por ciento. La fórmula: lanzan una convocatoria donde nadie podrá cumplir los requisitos, siguen los procedimientos al pie de la retorcida letra y, al final, ¡lásssstimaaaa, Mar-ga-ri-toooo!, nadie puede ganar. Chin, ni modo.
El dinero será repartido en otra ocasión, con permiso, que disponga Hacienda. Esto sucedió en el ex Fonca, hoy Sistema de Apoyos a la Creación y Proyectos Culturales (SACPC), con el Programa de Apoyo a la Traducción (PROTRAD). A pesar de que especialistas de la industria editorial y el gremio de traductores advirtieron públicamente que era imposible cumplir con una convocatoria descabellada que pedía una reciprocidad imposible entre editoriales extranjeras y mexicanas, la convocatoria siguió y terminó en que, el 1 de noviembre dictaminaron que de 116 aspirantes, sólo uno pudo completar su expediente, pero..., uy, se detectó que no satisfacía “los requerimientos establecidos”.
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Entonces se declaró desierta la convocatoria PROTRAD 2022. Un gran cuento chino o, más bien, cochino. Si en un país de 130 millones de habitantes nadie puede obtener un solo estímulo en una modesta convocatoria de un gran gobierno, es que la convocatoria es un desastre y sus operadores deberían dejar sus puestos. Pero no lo harán. El señor Juan Carlos Bonet , director de la Coordinación General de Estímulos a la Creación, y sus jefas han dejado a editores independientes y traductores del país sin trabajo, sin dinero, sin apoyos, mientras ellos cobran 100 mil pesotes mensuales de salario ¿por trabajar para la cultura del país?
Nada de eso, sino por sacar adelante las prioridades del “Movimiento” y lo han hecho muy bien: han despachado de un plumazo un programa cultural sin gastar un solo peso que el Movimiento necesita. Después de todo, hay dos bocas, un hambriento tren y un elefante blanco engordando en Chapultepec, que alimentar.
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