Un grupo de investigadores ha empleado rayos X para estudiar pinturas rupestres en Texas (EU) con el fin de evitar daños en estas obras de arte, según un estudio presentado hoy en la reunión nacional de la Sociedad Química Americana (ACS, en inglés).

"En este trabajo en concreto, empleamos una técnica denominada espectroscopia fluorescente de rayos X portátil (pXRF), en la que un instrumento portátil se puede llevar al sitio y puede ser utilizado allí, sobre el terreno", dijo la autora principal de la investigación, Karen Steelman.

La experta subrayó que esta técnica proporciona "un análisis elemental de un material específico, y es el primer paso para averiguar cómo los artistas antiguos empleaban materiales diferentes para hacer sus pinturas".

El estudio de Steelman y de sus colaboradores del Centro Shumla de Investigación Arqueológica y Educación en Texas se ha centrado en el arte en rocas y cuevas, sobre todo, en la región montañosa de Lower Pecos en ese estado.

Previamente, el equipo había analizado la composición de los pigmentos de más de diez puntos en la región, pero había sido incapaz de entender cómo se compusieron estas pictografías.

Otros métodos de análisis de pigmentos, como la espectrometría de masas con plasma acoplado inductivamente, requerían de una muestra del arte rupestre, lo que suponía infligir daños en el sitio arqueológico.

Para este estudio, los expertos visitaron el cañón de Rattlesnake en Rio Grande, conocido por sus pictografías y situado en Lower Pecos.

Allí, utilizaron un mural de 105 pies (unos 32 metros) a modo de lienzo de pruebas, sobre el que aplicaron pXRF para medir 138 áreas donde la composición indicaba un solapamiento de pigmentos en color rojo, blanco, negro y amarillo.

Asimismo, hicieron mediciones en 90 puntos de piedra caliza no pintada para ver la composición geológica.

Con todos esos datos, los investigadores determinaron un patrón de las capas de pigmento y la composición elemental del mural.

Las mediciones pXRF revelaron capas no detectadas anteriormente de pigmento negro creadas con manganeso, bajo otras rojas de óxido de hierro.

De acuerdo al estudio, esas capas complejas de pigmentos señalan un nivel de sofisticación encontrado en otras partes de Lower Pecos, donde los etnógrafos han concluido que existe una serie de murales religiosos, que dan indicios de la naturaleza de una sociedad de cazadores-recolectores que ocupó la región desde 2.500 a. C. hasta el 500 d. C.

Los expertos también hallaron que había daños de disparos en este sitio, gracias a pXRF, que les permitió identificar elementos provenientes de municiones.

"Desafortunadamente, a menudo vemos impactos sospechosos de balas en los sitios de arte en la roca -dijo Steelman-. La mayoría son tipos antiguos de vandalismo desde comienzos de 1.900".

akc

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