Más Información
Elección judicial: Aspirantes a cargos comparten carta de motivos y hasta currículum; “Justicia no debe ser inaccesible”, afirman
Niño de 3 años toca “la campana de la victoria” por vencer al cáncer; recibió quimioterapias en el IMSS
Tres de cada 10 estudiantes es víctima de violencia en planteles; exigen reforzar medidas de seguridad
Unión Nacional de Padres urge a acabar con clima de inseguridad en Sinaloa; exigen esclarecer asesinato de su líder
“Aún hay tiempo”: Inai lamenta extinción aprobada por Diputados; pide al Senado reconsiderar reforma
Como una respuesta a la necesidad de pensar a México como un país de artistas de primer nivel, a los que caracteriza la pluralidad de sus propuestas y los nuevos lenguajes, nace el Festival Internacional de Ópera Mexicana (FIOM), que se llevará a cabo del 1 de mayo al 9 de septiembre.
El encuentro, que organizan el tenor Raúl Alcocer Rodríguez, el bajo barítono Lucho Cano y la curadora del programa académico e investigadora Enid Negrete Luna, obedece también a las necesidades del presente: se trata, para empezar, de un Festival que se realiza de manera virtual y se centra en el repertorio mexicano; su concepto dista mucho de ciertos clichés que existen en torno al cantante de ópera per se. Su programa, abierto a compositores y cantantes, se define por la convocatoria y tiene como primer filtro el envío del material (audio o partitura) con seudónimo, para que el proceso de selección se dé con la mayor transparencia posible. Además, cuenta, en entrevista, Enid Negrete, dicho formato permite la participación de cantantes que viven fuera del país y rara vez tienen acceso a un concurso on line.
Pero, en esencia, responde a “una falta de oportunidades que hay en nuestra ópera. Lo que tenemos ahora es una profunda falta de conocimiento sobre lo que es la ópera mexicana y la historia emocional que contiene del país. Tampoco le damos el apoyo que merecen a nuestros artistas”. Otro objetivo es alejar el foco de la centralización artística para abrirle puertas a la gran cantidad de artistas talentosos que hay en el país. “Los cantantes tienen que migrar a Europa, Estados Unidos o teatros como el Colón porque no les damos un espacio en México. El festival nace de la necesidad de tener un espacio de experimentación”.
El envío, bajo seudónimo, explica, permite el anonimato y reafirma una ética: ya no es posible que en el siglo XXI haya cantantes con voces impresionantes a los que no se les llame por no encajar en un statu quo de apariencia. Además, es una oportunidad para que los intérpretes plasmen su propia visión a partir de otros lenguajes (visuales, escénicos).
Lee también: El Estado en América Latina no acompaña las luchas feministas
“Tenemos una tradición de 300 años de ópera, con voces grandísimas, de las cuales, las primeras, fueron de mujeres. El propio Carlos Fuentes lo dijo: la única salvación del tercer mundo de México es su cultura del primer mundo. Nuestras instituciones pueden decepcionarnos, pero no nuestros artistas”.
Si bien, se trata de la primera edición del FIOM, su antecedente son las ediciones previas (2020 y 2021) de la Competencia de Ópera Mexicana “Voces Irreverentes, voces con Causa”, que hoy se ha convertido en el festival.
Se tiene contemplado que, en el futuro, la convocatoria tenga apertura a la recuperación de partituras mexicanas y a equipos de producción. Para los compositores el premio es que una de las arias sea programada con una gran orquesta. Para intérpretes, los premios son de tipo académico, curricular o económicos (estos serán sorpresa y se anunciarán hasta el final).
Las propuestas de los 30 finalistas se podrán ver en la cuenta de YouTube: El Canal Irreverente - Ópera Irreverente.
Lee también: José Agustín reaparece en Cuautla durante presentación de sus obras reeditadas por Penguin