Francis Bacon
encauzaba su ira a través del pincel para acabar por volcarla en el lienzo. Al menos, eso hizo en 1968 después de que la policía entrase en su estudio y lo detuviese por esconder un alijo de marihuana en la base de una escultura africana.
En realidad, las drogas pertenecían a su amante, George Dyer , pero fue el pintor el que pagó el pato: aunque fue declarado inocente del delito, tuvo que desembolsar 3 mil libras por las costas del juicio, así lo detalló ABC .
Ahora, según unas grabaciones que se escuchan por primera vez, resultado de unas conversaciones entre Bacon y su amigo Barry Joule, sabemos que aquel percance dejó una huella profunda en el artista, que se refería a aquellos hechos como el "terrible episodio de la crisis de las drogas".
"Durante el tiempo de mi arresto y mucho tiempo después, permanecí furioso. Para liberrar algo de la tensión de inmediato fui a mi caballete...hice una gran pintura", dijo el pintor que luego se lanza a describir la obra resultante: "Dos estudios de George Dyer con perro por Francis Bacon".
"Dos estudios de George Dyer con perro por Francis Bacon". Foto: tomada de la página de Facebook de Francis Bacon
"Nunca fumé ninguna droga ya que tengo asma, pero George sí que lo hacía cuando venía aquí", continúa el pintor. Según recalca el artista en las grabaciones, la escultura africana en cuestión había sido un regalo de cumpleaños del propio Dyer, que había conseguido la obra de manos de dos hermanos gánsteres, los gemelos Kray.
akc