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pasó una noche intranquila, durmió poco y mal, no sólo porque con el asalto a su casa la tarde del domingo, la gata que heredó de Carlos Monsiváis , “la mitad de Monsiváis” dice Elena, se salió y no regresaba, pero sobre todo fue intranquila porque pasado el susto de regresar y ver su casa abierta y robada se fue haciendo consciente de que su intimidad había sido violentada.
“Pasó entre 2:00 y 5:30 de la tarde, porque nos fuimos a comer al Libanés ya ves que la comida es rica, de Hojas de Parra, y cuando regresamos pues ya luego luego vimos que estaba todo abierto, estaban todos los closets abiertos, todo tirado en el suelo, los calzones, los brasieres, los vestidos. Todo”, cuenta la escritora y periodista que ayer, luego de salir a comer con sus tres hijos: Paula , Emmanuel y Felipe Haro Poniatowski , descubrió que había robado en su casa y los ladrones se habían llevado una laptop de su estudio que está en la parte superior de la casa.
“Es que subieron, porque ya ves que en la casa hay puros libros, paredes de libros, eso no les interesó y entonces eso lo dejaron. Yo creo que vieron en la sala las paredes todas de libros y entonces subieron y ahí estaba abierta mi recámara, donde duermo, ahí estaba abierta una cómoda y allí todos los calzones tirados, la ropa interior y casi todo”, relata en entrevista la escritora que el próximo 19 de mayo cumplirá 90 años.
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Dice que se llevaron la laptop que no tenía mucho que la había comprado, porque la anterior se le había quemado en una descarga eléctrica, pero no se llevaron su computadora de escritorio, “es en la que trabajo y es del año de María Canica y está como encajonada dentro de mi escritorio, pues es más difícil llevársela. De hecho no me he fijado voy a ir a ver ahorita”.
Aspectos de la fachada de la casa de la escritora. Foto: El Universal, Juan Boites
“No dormí porque se salió la gata, la mitad de Monsiváis, y luego porque ya te vas dando cuenta por qué hay algo que tiene que ver como con la violación , la violación de tu intimidad, la agresión, pues siempre es duro, el hecho de que llegues a tu casa y que todo esté tirado, la idea de que vas a levantar. Pero sólo fue eso, nadie roba libros, a mí nunca en mi vida que yo me acuerde nunca he visto que la gente robe libros, claro si van a las librerías, a las ferias, ahí sí los roban, pero que ese sea el motivo de entrar a una casa, no”, dice Elena.
Ella no desconfía de nadie, no sabe si algún asistente del pasado, dice que no había nadie en la casa, Martina que trabaja con ella y es su compañera de vida, no estaba porque siempre descansa los domingos y se va a visitar a su hijo. Elena también dice no haber recibido amenazas, como en el pasado sí las ha recibido, sobre todo cuando Andrés Manuel López Obrador , a quien siempre ha apoyado en sus campañas, estaba buscando la presidencia, pero esas amenazas pararon cuando ganó.
“Cuando fue candidato López Obrador sí recuerdo que una vez me rayaron el coche y otra vez le dieron por detrás un golpe al coche porque me estaciono enfrente, y luego en la noche sí me llamaban y me decían ‘pinche vieja puta’, sobre todo vieja, les gustaba mucho, me decían ‘vieja regrésate, en qué te metes, pinche idiota’”, cuenta Elena de esas amenazas, incluso dice que le mandaron pañales.
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“Insistían muchísimo en la vejez como que la vejez les daba mucho coraje. Dice Paula que me mandaron pañales”, cuenta la autora de “La noche de Tlatelolco, quien dice que las autoridades han estado muy atentas: “yo ya no vi pero parece que en la noche dejaron una patrulla; Claudia Sheinbaum habló en la mañana, tempranísimo, a las 8, muy preocupada. Ha habido muchísima atención, mucho cariño, mucho afecto, mucha gente que llama y se preocupa pues también por la edad, ya no soy ninguna chavita”.
A pesar de la mala noche y del susto, Elena Poniatowska se siente tranquila, “estoy bien, muy bien, sobre todo porque mi hija Paula vino al homenaje de su papá, de Guillermo Haro, y está aquí conmigo, y ella es muy fuerte y me da mucha fuerza”, señala la narradora y periodista que está contenta porque hace unos días recibió de la editorial el primer ejemplar de su nuevo libro, la segunda parte de “El amante polaco”.
melc